Partido Comunista de Vietnam: Un Partido “moral” y “civilizado”

PROF. ASOC., DR. DOAN MINH HUAN
Miembro del Comité Central del Partido Comunista de Vietnam, Editor jefe de la Revista Comunista
21:21, 07-31-2023

Revista Comunista – El punto de vista “Nuestro Partido es moral y civilizado” según el pensamiento de Ho Chi Minh ha sido interpretado desde diferentes ángulos y dimensiones. Este artículo tiene como objetivo esclarecer las cualidades de “moral” y “civilizado” del Partido Comunista de Vietnam (PCV) y de cada militante, afirmando así su carácter de vanguardia, ejemplaridad, papel de liderazgo, responsabilidad de gobernanza y naturaleza como genuino partido marxista.

“Moral” y “civilizado” son los conceptos filosóficos, culturales y éticos que, además de los valores sociales comunes, también abarcan valores intrínsecos debido a las características de clase y las condiciones históricas - específicas. Para el PCV, cuando se habla de “construir un Partido en aspecto ético”, se refiere a la moral revolucionaria, distinguiéndola de la moral feudal y burguesa…La moral revolucionaria comprende principios y estándares que reflejan la naturaleza del Partido, tienen la función de regular las actividades de todo el Partido y de cada militante, y pueden difundirse y orientar la ética social, en implementación efectiva de sus nobles objetivos e ideales establecidos. La moral revolucionaria es el núcleo de la cultura política y de gobernanza. Entretanto, “civilizado” se refiere, en este caso, a la capacidad de liderazgo y gestión de un partido político, de un Estado, y más ampliamente de los encargados de dirigir la nación, cuya medida se evalúa en términos de preeminencia, progreso y superación del atraso y el subdesarrollo. Cuando afirmamos que “nuestro Partido es moral y civilizado”, estamos abarcando las cualidades de todo el Partido y de cada militante, expresadas ​​en la esencia, objetivos, misión, organización, funcionamiento y métodos de liderazgo y gobernanza del Partido,  así como las calificaciones, obligaciones y acciones de sus miembros.

El Tío Ho con mujeres ejemplares en el movimiento de la emulación del Norte _Pintura: Archivo

1- La naturaleza es el “núcleo” que conforma las cualidades de “moral” y “civilizado” de un partido político, y si se separa de esa parte medular, es también sinónimo de que favorece la degradación moral y oposición a la civilidad. Se trata de analizar los aspectos éticos y civilizados desde la meta y el objeto del servicio, en aras de definir si las actividades de un partido político promueven el progreso y la civilización o mantienen y protegen el atraso; si velan por los intereses públicos o los privados; si son en beneficio de la mayoría del pueblo o en interés de una minoría dominante.

El PCV es el Partido de la clase obrera, la vanguardia de ese estrato social, del pueblo trabajador y de toda la nación; fiel representante de sus intereses. La naturaleza del PCV se reafirma no solo a través de declaraciones políticas, sino, lo que es más importante, mediante acciones políticas, con la unidad entre la conciencia y la acción, entre las palabras y los hechos. Desde sus inicios y durante todo el proceso revolucionario, el PCV ha declarado abiertamente su naturaleza asociada con el propósito de hacer de Vietnam un país independiente, democrático, próspero, justo y civilizado, en el que no exista más la explotación de las personas y se implemente exitosamente el socialismo y finalmente el comunismo. En esencia, ese propósito afirma la misión del Partido de servir a la Patria y al pueblo, por los supremos intereses de la nación y por el progreso social, conjugando estrechamente el patriotismo genuino con el internacionalismo puro de la clase obrera, en pos de coadyuvar a la paz, independencia, democracia y progreso social de los pueblos del mundo. La liberación nacional, la emancipación de las clases oprimidas, la liberación social y la emancipación humana son causas nobles que reflejan las cualidades de “moral” y “civilizado”, en contraste con el colonialismo, la explotación, la opresión, la injusticia y el atropello de la dignidad humana que son inmorales e incivilizados. Se dice que el PCV encarna dichas cualidades, porque además de velar por los intereses de la nación y el pueblo, busca brindar una vida próspera, libre y feliz a los pobladores, en aras del progreso social y la civilización de la humanidad, sin tener otros intereses.

Declarar públicamente la naturaleza, el propósito y la misión no solo significa crear una bandera para guiar, iluminar el camino, unificar acciones dentro del Partido, reunir la fuerza de la nación y la solidaridad internacional, sino también constituye una base para que el pueblo pueda supervisar al Partido a través de acciones prácticas. Esa es la virtud y la legitimidad de un partido marxista genuino, que resulta completamente diferente de muchos partidos en el mundo, ya sea que se llame Partido Laborista (Labour Party) o Partido de la Nación (Nation Party), pero en realidad no reflejan la naturaleza de la clase obrera ni representan los intereses de la nación y del pueblo trabajador. Es muy común en las democracias pluralistas occidentales que cada partido político represente los intereses de un determinado grupo de personas, lo que en muchos casos favorece los intereses egoístas de la facción dispuesta a sacrificar los intereses de la mayoría del pueblo trabajador.

2- Las cualidades de “moral” y “civilizado” del PCV se ponen de relieve ante todo al permanecer fieles al marxismo-leninismo, el pensamiento de Ho Chi Minh, las bellas tradiciones de la nación, la asimilación de la quintaesencia y la sabiduría de la humanidad y la compresión clara de la regla objetiva, la tendencia de la época y la realidad del país, con el propósito de trazar correctamente la Plataforma política y el camino revolucionario en consonancia con las aspiraciones del pueblo. Aquí, las cualidades de “moral” y “civilizado” se aprecian a partir de la planificación de la línea política, ser fiel a los principios ideológicos elegidos y asumir la responsabilidad de heredar y promover los valores tradicionales de la nación absorbiendo la quintaesencia de la cultura humana.

Cultivar la lealtad y el espíritu creativo para “ser moral y civilizado” se opone al conservadurismo, el dogmatismo y/o el oportunismo político. Solo en situaciones difíciles y desafiantes se sabe quién se mantiene firme y quién opta sumarse a la tendencia y al oportunismo político. Cuando colapsó el socialismo en la Unión Soviética y los países de Europa del Este, muchos partidos comunistas abandonaron sus principios fundacionales y renegaron del marxismo-leninismo. Con un espíritu de perseverancia y creatividad, desde el comienzo del proceso de Renovación (Doi Moi), el PCV afirmó que la renovación del pensamiento tiene como objetivos superar los conceptos erróneos, enriquecer las ideas correctas sobre la época y sobre el socialismo, aplicar y desarrollar creativamente los principios del marxismo-leninismo. La renovación no significa abandonar la meta socialista, sino asegurar que el socialismo se alcance efectivamente mediante criterios certeros, formas, pasos y medidas apropiados(1). Se trata de ideas innovadoras llevadas a cabo partiendo de la moral, demostrando un espíritu de constancia y creatividad frente al conservadurismo, el dogmatismo y el oportunismo político. 

La apreciación y promoción de las bellas tradiciones de la nación y la asimilación de la quintaesencia y la sabiduría humana demuestran la ética y el nivel ideológico de un Partido revolucionario que siempre intenta llegar a nuevas alturas intelectuales con un espíritu dialéctico, heredando los valores históricos de la nación y estudiando la civilización humana. Es una actitud científica que busca heredar, renovar y desarrollar el legado de los predecesores ​​y el patrimonio cultural de la humanidad, y está ajena del dogmatismo que copia mecánicamente modelos externos sin tener en cuenta las características propias de la nación, absolutiza la universalidad y desprecia la especificidad. También se opone a las nociones antimorales, que persiguen el nacionalismo extremo y estrecho. Asimilar la sabiduría, la quintaesencia cultural y los logros de la humanidad es saber “pararse sobre hombros de gigantes” para que el Partido gobernante y el pueblo vietnamita maduren y se fortalezcan. Esto contrarresta el aislacionismo, que segrega a la nación del mundo, lo que no solo dificulta la capacidad de asimilar la quintaesencia de la humanidad, sino que desperdicia la oportunidad de integrarse internacionalmente y promover el poder blando de la cultura vietnamita en el mundo.

El dominio de la regla objetiva y las tendencias en la práctica para establecer la Plataforma y los lineamientos en consonancia con las aspiraciones del pueblo, es moral y civilizado. El establecimiento de lineamientos políticos correctos y sabios es asegurado por el nivel ideológico y la moral. Si el nivel ideológico es una condición “necesaria”, entonces la motivación moral es una condición “suficiente” para la correcta y sabia planificación de los lineamientos y métodos de liderazgo. En otras palabras, el espíritu de la “consagración total a la causa pública y un desinterés ejemplar”, por el bien de la nación y por la felicidad del pueblo, erradicando todos los intereses parciales y personales ilegítimos, tiene un efecto preventivo contra la subjetividad y el voluntarismo, lo que ayuda a evitar errores y adoptar los lineamientos y métodos revolucionarios correctos y creativos. El Presidente Ho Chi Minh hizo un comentario muy profundo sobre este tema: Las personas morales a menudo admiten la verdad más fácilmente, “Si estamos perfectamente integro, nuestros defectos serán cada vez menos, y las buenas cualidades... serán cada vez más” (2).

3- Las cualidades de “moral” y “civilizado” del Partido se reflejan también en su capacidad de organizar, unificar la voluntad y la acción, tomando como principio básico el centralismo democrático. Esta es la diferencia fundamental entre un partido revolucionario genuino y los que representan a grupos de interés en instituciones democráticas pluralistas. Es decir, se trata de ser verdaderamente moral y civilizado desde la perspectiva científica de un partido político de nuevo estilo.

La buena organización, la unidad de voluntad y acción y la disciplina estricta constituyen la fuerza del PCV, pues evidencian el nivel y la capacidad de un partido político de nuevo estilo. Antes de que se fundara el PCV, hubo muchas organizaciones políticas en Vietnam que seguían diferentes posiciones ideológicas, con una estructura endeble, que dio lugar incluso a que los espías franceses se infiltraran en sus filas y sembraran el caos interno; sus miembros carecían de la unidad necesaria en término ideológico y eran inconsistentes en su accionar... así que gradualmente esas organizaciones se debilitaron, tambalearon y colapsaron. En el mundo, la organización de muchos partidos políticos se asemeja a la de clubes y gremios, al admitir de forma masiva sin consideración a muchas personas, sin tener en cuenta otros criterios ni la disciplina, lo que hace que sus miembros sean propensos a ceder, vacilar, variar su postura frente a las dificultades, e incluso estar dispuestos a “cambiar de bandera” para unirse a otros partidos. En contraste, el PCV está estrictamente organizado sobre la base del centralismo democrático, todo el Partido es un bloque que expresa la unidad de voluntad y acción, con millones de personas que son como una sola, creando una fuerza invencible, no solo para resistir y luchar eficazmente contra los ataques destructivos desde el exterior, sino también para prevenir, impedir y suprimir con anticipación y desde la distancia los riesgos de degradación en el interior.

La fuerza del Partido se genera a partir de una buena organización, basada en los principios de estructuración y funcionamiento de un partido marxista genuino, tomando el centralismo democrático como principio fundamental. La organización estricta refleja el nivel de vertebración científica de un partido político de nuevo estilo y permite optimizar la implementación de las decisiones políticas, unificar los lineamientos, garantizar el entendimiento y el consenso en todos los niveles, a fin de asegurar el triunfo de la revolución vietnamita. La fuente de la fuerza mencionada se basa en los principios organizacionales, los mecanismos operativos y la autodisciplina, que garantizan la transformación de la fuerza individual en la colectiva, la externa en la interna, la de cada elemento en la sinergia. La práctica sustantiva y seria del principio del centralismo democrático hace que se despierte, respete y promueva plenamente la inteligencia y capacidad de cada organización y miembro partidista; el poder político se concentre de manera legítima y responsable, con suficiente autoridad para tomar decisiones y dirigir la implementación exitosa de todas las orientaciones; evitar la posible aparición del centralismo burocrático, la autocracia y el autoritarismo, así como frenar de antemano el riesgo de anarquismo, que podría empujar al Partido al borde de la desintegración. El estricto cumplimiento del principio del centralismo democrático también requiere mantener la disciplina. Ningún militante debe hablar, escribir o actuar en contra de la Plataforma, los Estatutos y los reglamentos del Partido; todas las infracciones se abordarán seriamente del nivel superior al inferior, sin excepciones. El estricto apego a la disciplina del Partido es la base para garantizar que las leyes sean respetadas, construyendo una sociedad civilizada.

Las cualidades de “moral” y “civilizado” del Partido también se muestran en la preservación de la solidaridad y la unidad dentro de la fuerza política, el ejercicio de la autocrítica y la crítica, el respeto a la Constitución y las leyes por parte de todas las organizaciones y miembros partidistas, la estrecha relación entre el PCV y el pueblo. La solidaridad y unidad se basan en la comprensión profunda y la acción coherente con la Plataforma y los lineamientos políticos, así como la aplicación estricta del centralismo democrático. Al formular lineamientos y políticas, resulta crucial ejercer ampliamente la democracia y promover la inteligencia colectiva; sin embargo, cuando se convierten en una decisión política, todas las organizaciones y miembros del Partido deben obedecerla, implementarla seriamente, y no se permite que nadie hable o actúe en contra de la resolución. Lo opuesto a la solidaridad y unidad es la división, las facciones e “intereses de grupo”, que provocan daños incalculables, empujando al Partido a la debilidad y la disgregación. La autocrítica y la crítica son un mecanismo de prevención, autodetección y corrección de errores desde el inicio, para frenar la posibilidad de que se conviertan en faltas graves. Esto se distingue de las expresiones de subjetividad, complacencia, falta de rigor con uno mismo y con los compañeros, de donde surgen las deficiencias. La gobernanza de la sociedad civilizada impone requisitos de estricto cumplimiento a todos los ciudadanos con la Constitución y las leyes, en los cuales las organizaciones y los miembros del Partido deben actuar como ejemplos a seguir y no permiten que nadie esté por encima de la ley ni al margen de ella. Las normas y las leyes constituyen la base de la moral cívica, si a los ciudadanos se les permite hacer lo que la ley no prohíbe, los cuadros y miembros del Partido solo pueden hacer lo que la ley permita. La estrecha relación con el pueblo, la promoción del derecho del pueblo de ser dueño y el apoyo en las masas para construir el Partido no son sólo requisitos, sino también una obligación moral de todas las organizaciones y miembros partidistas cuando se comprometen con la misión de servir a la Patria y al pueblo, tomando como base política para la existencia y las actividades del Partido la aprobación y el respaldo de las masas.

4- Las cualidades de “moral” y “civilizado” del Partido se expresan, además, en el estatus, los deberes y la responsabilidad de los militantes. Al comprender y actuar de acuerdo con los criterios “moral” y “civilizado”, cada miembro del PCV se convertirá en el factor más importante para construir un Partido verdaderamente transparente y fuerte. En otras palabras, ese es el valor de las cualidades de “moral” y “civilizado” del Partido expresado a través de sus integrantes, el factor “dinámico” en la vertebración de la fuerza política.

La calificación de los militantes se evidencia principalmente en sus cualidades morales, capacidad, carácter pionero para ser dignos de ejercer el papel de liderazgo y la responsabilidad de gobernanza. Esa aptitud ayuda al militante a desempeñarse como vanguardia y ejemplo a seguir; esforzarse por los fines e ideales del Partido, anteponer los intereses de la Patria, de la clase obrera y del pueblo trabajador a los intereses personales; establecer un régimen de autodisciplina, respetar estrictamente la Plataforma, los Estatutos y las resoluciones del Partido y las leyes del Estado. Para cumplir la misión de liderazgo y la responsabilidad de gobernanza, el militante debe esforzarse y formarse a lo largo de su vida y en todos los aspectos, con criterios específicos en términos de educación, nivel teórico, capacidad de liderazgo, cualidades morales, estilo de vida, apego al pueblo, servicio a la organización y cumplimiento estricto de la disciplina, la solidaridad y unidad dentro del Partido. Como miembro de un Partido gobernante, cuanto más alto sea el puesto que ocupe, más amplio el alcance de sus responsabilidades  para ser un modelo ejemplar en el estudio y la autosuperación y alcanzar elevados niveles de calificación, competencia y moral. La membresía del Partido requiere que cada militante cumpla voluntariamente con la disciplina, cultive una ética revolucionaria de por vida, consolide un estilo de vida digno en sus actividades de servicio público y diarias, se “autoevalúe” y “autocorrija”, evitando el riesgo de degradación.

El deber del militante es la concretización de la esencia, la meta y la misión del Partido en las tareas específicas que debe realizar a conciencia, con honor, entusiasmo y responsabilidad. Al observar las obligaciones del militante, se puede cuantificar la moral revolucionaria, la calificación y la capacidad de liderazgo y gobernanza del Partido. Los Estatutos de los Congresos Nacionales del PCV han operacionalizado los deberes de los militantes en sus tareas, asociadas con responsabilidades políticas específicas; por ejemplo, los Estatutos del Partido (aprobados en el XI Congreso Nacional del PCV en enero de 2011) mencionaba cuatro tareas de los militantes(3). Además de las regulaciones en los Estatutos del PCV, las obligaciones, tareas y responsabilidades de los militantes también se concretan en normas específicas, en particular el Reglamento sobre lo que los militantes no pueden hacer (19 artículos), así como la identificación de las expresiones de degradación en la ideología política, la moral y el estilo de vida, y las manifestaciones de “autoevolución” y “autotransformación” (27 manifestaciones). Desde el punto de vista de la ética en la gobernanza, las obligaciones morales de los miembros del Partido incluyen las tareas que deben realizar a conciencia, con honor y autodisciplina, lo que se refleja mediante el manejo de sus relaciones básicas, consigo mismos, con el Partido, con el pueblo y con el trabajo. Con ellos mismos, es un deber y responsabilidad realizar regularmente el autoestudio, mejorar sus calificaciones y capacidad en todos los aspectos; cultivar la moral y el estilo de vida para ser dignos de ejercer el papel de liderazgo y gobernanza, prevenir y luchar contra todas las tentaciones, manifestaciones y comportamientos que erosionen la naturaleza de un partido revolucionario genuino; primeramente, combatir el individualismo, la corrupción y los fenómenos negativos. Con el Partido, es la lealtad absoluta, reflejada en el espíritu inquebrantable de seguir los principios del marxismo-leninismo, el pensamiento Ho Chi Minh, la meta e ideales de independencia nacional, indisolublemente ligados al socialismo; acatar y cumplir lo establecido en la Plataforma, los Estatutos y los lineamientos del PCV; observar estrictamente los principios de organización y funcionamiento del Partido; si ve algo bien, defenderlo; si ve algo mal, luchar resueltamente en aras de corregirlo, especialmente para proteger la base ideológica del Partido, y refutar los puntos de vista erróneos y hostiles. Con el pueblo, resulta necesario estrechar las relaciones entre el Partido y los pobladores, promover su derecho de ser dueños, apoyarse en las masas para la construcción del Partido, orientar todas las actividades al servicio de la población, garantizar la movilización de las masas, los trabajos sociales y la lucha contra las manifestaciones burocráticas y de distanciamiento del pueblo. Con el trabajo, debe cumplir todas las tareas asignadas; consagrarse con  total devoción al trabajo; enfrentar con valentía las dificultades y desafíos; actuar con dinamismo y creatividad, atreverse a pensar, hacer y tomar la responsabilidad por el bien común; dar el mejor esfuerzo y mostrar una firme determinación para completar las tareas encomendadas.

5- El PCV es siempre consciente de que para conducir con éxito la causa revolucionaria, el Partido mismo debe ser transparente y fuerte. Para ello, necesita llevar a cabo la renovación y autorrectificación de manera constante, lo que está profundamente arraigado en la lucha entre el progreso y el atraso, entre la innovación y el conservadurismo, entre la revolución y la resistencia al cambio. Se trata de mostrar las cualidades de “moral” y “civilizado” desde la perspectiva de dominar las reglas de la dinámica interna de un partido revolucionario genuino para avanzar incesantemente hacia el perfeccionamiento de la capacidad de liderazgo, preservar y promover las buenas cualidades y reafirmar la legitimidad de la gobernanza.

La autorrenovación y autocorrección, en primer lugar, surgen de las propias necesidades del Partido de fortalecer su legitimidad, capacidad de liderazgo y gobernanza y su fuerza combativa de manera digna con la confianza y el afecto del pueblo, así como en consonancia con las nuevas condiciones del país y la época. Las necesidades objetivas requieren que el Partido gobernante se perfeccione constantemente a través de la autorrenovación y la autorrectificación, de lo contrario será superado por la realidad, incapaz de mantenerse al día con la evolución del mundo y los cambios de la época. La autorrenovación y la autorrectificación del PCV también provienen de la exigencia de heredar y promover la valiosa tradición de un Partido “moral y civilizado”, establecida y cultivada por el Presidente Ho Chi Minh y muchas generaciones de dirigentes. Al entrar en la economía de mercado de orientación socialista, con la amplia integración internacional y la Cuarta Revolución Industrial, si el Partido no se autorrenueva y se autorrectifica, será incapaz de cumplir las exigencias de la causa revolucionaria, que plantea mayores requisitos y desafíos. Muchos riesgos y retos cada vez más complejos y amenazas más peligrosas siguen apareciendo todos los días, cada hora, por lo que si no se renueva y perfecciona regularmente, enfrentará consecuencias impredecibles, especialmente amenazas a la supervivencia del socialismo debido a la corrupción, los fenómenos negativos, la degradación y las manifestaciones de “autoevolución” y “autotransformación” dentro del Partido.

La renovación consiste en rechazar el atraso, superar las deficiencias, crear nuevos valores, buscar constantemente el progreso, la mejora y el perfeccionamiento, con base en una postura y principios firmes. A mediados de la década de 1980, cuando el país entró en una crisis socioeconómica, la renovación se convirtió en el imperativo moral supremo para remover las barreras presentes en el mecanismo de planificación centralizada con subsidios, liberar todo el potencial y la fuerza productiva del pueblo, y hacer que el país se desarrollara. La renovación es un proceso continuo e infinito, que ayuda al Partido a perfeccionarse tanto en la conciencia teórica como en las acciones prácticas, en la organización del aparato y el personal, en el estilo de liderazgo y el método de trabajo. La renovación del pensamiento teórico desempeña un papel crucial para garantizar que la teoría sea capaz de guiar el camino y acompañar la práctica, que los lineamientos políticos sean claros, con una alta capacidad de predicción y una visión a largo plazo. No solo en la conciencia teórica, la renovación también se expresa en acciones prácticas, y es allí donde la ética revolucionaria se revela plena y verazmente, asegurando que las palabras vayan seguidas de hechos, y los lineamientos y orientaciones se implementen con eficiencia. Por tal motivo, el XIII Congreso Nacional del PCV enfatizó la necesidad de renovar con fuerza la organización de la implementación de las resoluciones, vincular cada decisión política con los programas, planes y medidas, así como movilizar y asignar recursos para su ejecución efectiva.

La rectificación significa enderezar, corregir, reparar y reajustar según el orden y las reglas; detectar y eliminar los elementos degradados y nocivos, a fin de construir un Partido cada vez más fuerte y transparente. La rectificación de las filas partidistas se lleva a cabo de manera integral desde la ideología política, la moral, el estilo de vida y la organización hasta los cuadros. En la historia de la revolución vietnamita, después de cada victoria, el Partido ha hecho ajustes para evitar la subjetividad, la complacencia por el triunfo, la incapacidad de anticipar las dificultades futuras y la enfermedad de la “arrogancia comunista”; cuando la revolución retrocede, es necesario realizar rectificación interna para reavivar el espíritu, fortalecer el personal y perfeccionar la organización, para que cada célula y miembro partidistas tenga más valentía y fuerza para superar los obstáculos y cumplir con éxito las tareas. En el contexto de la economía de mercado con orientación socialista y la integración internacional, los riesgos y desafíos internos y externos están entrelazados, y evolucionan de manera compleja, lo que exige que la construcción del PCV se asocie estrechamente con el fortalecimiento de la rectificación de las filas partidistas. Las tareas urgentes actualmente en la rectificación de las filas partidistas son luchar contra el deterioro de la ideología política, la moral y el estilo de vida, así como las manifestaciones de “autoevolución” y “autotransformación”; racionalizar el aparato, mejorando la eficiencia operativa del sistema político; seguir estrictamente los principios, fortalecer la disciplina, desde el ámbito político y organizacional hasta la disciplina verbal; manejar seriamente todas las transgresiones de los principios de organización y disciplina, detectar y expulsar de las filas partidistas los cuadros corruptos y degenerados en aras de construir un Partido más fuerte y transparente.

Bajo la bandera del marxismo-leninismo y del pensamiento de Ho Chi Minh, durante los últimos 93 años el PCV ha liderado al pueblo vietnamita de victoria en victoria, coadyuvando a la gloriosa causa de construir una nación próspera, un pueblo feliz, un país desarrollado, por la conciencia y la dignidad humanas. Esos triunfos son el resultado de la convergencia de muchos factores, ante todo, la dignidad del PCV, un partido revolucionario “moral y civilizado”, como lo describió el Tío Ho./.

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(1) Véase: Resolución del sexto Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Vietnam del VI mandato (marzo de 1989), en: Documentos completos del Partido, Editorial Política Nacional, Hanoi, 2007, tomo 49 (1988-1989), pág. 591
(2) Ho Chi Minh: Obras completas, Editorial Política Nacional Su That (La Verdad), Hanoi, 2011, tomo 5, pág. 291
(3) Los cuatro deberes de los militantes son:
1. Ser absolutamente leal a la meta y los ideales revolucionarios del Partido, acatar estrictamente la Plataforma política, los Estatutos, las resoluciones y directivas del Partido y las leyes del Estado; cumplir exitosamente las tareas asignadas; obedecer estrictamente a la designación y movilización del Partido.
2. Estudiar, capacitarse y mejorar constantemente el conocimiento, la capacidad de trabajo, la cualidad política y la ética revolucionaria; practicar un estilo de vida sano; luchar contra el individualismo, el oportunismo, la parcialidad, la burocracia, la corrupción, el despilfarro y otras manifestaciones negativas. Cumplir las normas del Comité Central del PCV sobre lo que los militantes no pueden hacer.
3. Estrechar la relación con el pueblo, respetar y promover el derecho del pueblo a ser dueño; cuidar la vida material y espiritual y proteger los legítimos intereses de los pobladores; participar activamente en las actividades de masas y sociales en el trabajo y en el lugar de residencia; difundir y movilizar a la familia y personas para implementar las políticas del Partido y las leyes del Estado.
4. Participar en la formulación y defensa de los lineamientos, políticas y organización del Partido; obedecer la disciplina, mantener la solidaridad y unidad en el Partido; realizar regularmente la autocrítica y crítica, ser honesto; participar en el trabajo de desarrollo de miembros del Partido; tomar parte de las actividades partidistas y abonar una cuota de acuerdo con las normas.
Este artículo fue publicado en la Revista Comunista No.1007 (febrero de 2023)