Garantizar los intereses de la nación y el pueblo en el actual contexto global

TRAN CHI TRUNG
Estudiante de doctorado, Academia de Diplomacia
00:02, 03-19-2022

Revista Comunista - En el proceso de formación y desarrollo, todos los países necesitan fuerzas internas orientativas. Entre esas fuerzas, una de las más universales y decisivas son los intereses de la nación y el pueblo. Sobre la base de la naturaleza del Estado y en sintonía con el cambio en la posición y la fuerza del país y el mundo exterior, todos los países deben tener siempre un enfoque dialéctico y estratégico a la hora de definir, desplegar y proteger los intereses nacionales.

El miembro del Buró Político del Partido Comunista y presidente de Vietnam, Nguyen Xuan Phuc, escribe en el libro de recuerdos durante su encuentro con el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, en la sede de la organización mundial en Nueva York, Estados Unidos _Foto: Agencia Vietnamita de Noticias

El concepto de intereses nacionales apareció hace mucho tiempo, en paralelo con el nacimiento de los estados y naciones. Diferentes países tienen diferentes definiciones de sus propios intereses. Algunos determinan sus intereses en función de cada ámbito, tales como política, economía, cultura y soberanía territorial. Otros los definen según su grado de importancia (vital, fundamental, importante o marginal). Esas interpretaciones crean la base para que los países decidan los intereses prioritarios y fundamentales que deben proteger y otros asuntos en que pueden verse temporalmente comprometidos(1). Sin embargo, no todos los países revelan el contenido específico de sus intereses, con el fin de crear un espacio para poder flexibilizar su comportamiento en los asuntos exteriores. 

Los intereses en las relaciones del pueblo, la nación y el mundo 

Si antes había un punto de vista común de que los asuntos exteriores eran complementarios de los internos, ahora bajo la influencia de la globalización, los asuntos internos se ven cada vez más afectados por los externos. Ningún país puede existir solo, sin verse afectado por factores externos. El actual escenario global señala más claramente que nunca la relevancia de dos relaciones, incluidas aquella entre el Estado (representado por las clases) y el pueblo (por los estratos de la sociedad) y aquella entre las naciones y pueblos mismos, en las cuales los intereses constituyen un factor transversal. 

Primero, pueblo y nación son conceptos cercanos pero con significados separados. El pueblo es la base de la nación, mientras la nación es la manifestación políticamente centralizada del pueblo. El pueblo es eterno, pero la nación es finita. El pueblo y la nación no siempre tienen intereses compartidos. Cuando chocan sus intereses, ocurrirá conflicto socioeconómico y ese país-estado tendrá cuestionada su legitimidad. De lo contrario, será duradero y se desarrollará. Para alcanzar la armonía entre los intereses, la clase representativa de la nación debe ser capaz y saber adecuar sus intereses a los nacionales, así como actuar por el bien del pueblo para llevarlo adelante.

Segundo, la relación entre la nación y el mundo es entre lo particular y lo común. Las naciones y relaciones entre las mismas forman el escenario internacional, el cual, en cambio, crea el entorno para la interacción entre las naciones. Las relaciones internacionales, en esencia, son la cooperación o competencia entre las naciones-pueblos en términos de intereses. Un país al integrarse a la vida política internacional debe resolver adecuadamente la cuestión de equilibrar lo particular y lo común. De solo centrarse en los valores comunes sin atender los particulares, una nación correrá el riesgo de perseguir el internacionalismo nihilista. De lo contrario, caerá en el nacionalismo. Si una nación, por lo particular, utiliza la fuerza violenta para dañar los intereses legítimos de otras, ignorando los valores básicos del derecho internacional, será un ejemplo de hegemonía.

Los intereses de la nación y el pueblo constituyen la raíz de todas las decisiones de un país en asuntos internos, a la vez que dictaminan su comportamiento en la arena internacional. Sin embargo, identificar esos intereses es una tarea subjetiva, que depende de la percepción de cada nación y pueblo. De hecho, no siempre se anteponen los intereses de la nación y el pueblo. En muchos casos, prevalecen los intereses particulares o de grupos dentro de cada país y factores externos como las tendencias mundiales (el nacionalismo, el populismo, el movimiento antiglobalización y la desobediencia civil, entre otras) o incluso la intervención extranjera directa o indirecta.

El tema de los intereses nacionales en el actual escenario internacional 

La historia de las naciones y pueblos evidencia que los intereses siempre han sido el factor central que controla la guerra y la paz, la cooperación y la competencia. Al fin de la Segunda Guerra Mundial, el mundo entró en un nuevo período, donde básicamente se dejó de resolver el tema de los intereses por medio de la conflagración bélica, sino a partir de las negociaciones y compromisos entre los países, incluso en medio de las facciones y divisiones en las relaciones internacionales. El sistema de las organizaciones internacionales multilaterales, que tiene como núcleo las Naciones Unidas, el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), fue establecido por los estados para resolver sus discrepancias sobre la base del derecho y el consenso. El avance de la globalización hace que las naciones y pueblos se conciencien del beneficio de la cooperación y conexión. Desde entonces, el mundo ha sido testigo del florecimiento de los mecanismos de conectividad regional, destacándose la Unión Europea (UE) o la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), y los tratados comerciales regionales e interregionales. 

El fin de la Guerra Fría a inicios de los años 90 del siglo XX abrió la transición del mundo del antiguo orden bipolar a uno nuevo multipolar y multicéntrico. Los factores que han afectado más a esa transición incluyen tres “grandes traslados de poder” inevitables: Primero, del Norte al Sur (es decir, las brechas entre los países avanzados y aquellos en vías de desarrollo se han reducido); segundo, del Oeste al Este (el protagonismo se ha desplazado del Atlántico al Pacífico); y tercero, de la superestructura a la base (el poder pasa de los actores estatales a los no estatales). 

Esa transición del orden mundial no esquiva la ley de la contradicción. La existencia de las tendencias siempre da lugar a la aparición de las contratendencias. Por ejemplo, la globalización es como una moneda con dos caras, al crear una situación con ganadores y perdedores tanto dentro de cada país como entre países. En el ámbito nacional, la distribución desigual de los beneficios de la globalización arrebata puestos de trabajo de los grupos de empleados de los viejos métodos de producción e intensifica la desigualdad y los choques sociales. El lado oscuro de esa “mano visible” se revela más claramente y con mayor complejidad cuando los Estados y clases dominantes no pueden conciliar los intereses en la sociedad en el nuevo contexto. Esto crea un terreno fértil para que las protestas, movimientos antigubernamentales y el nacionalismo populista proliferen tanto en los países avanzados como en aquellos en vías de desarrollo. 

En medio de la transformación del orden mundial, las relaciones internacionales cambian a medida que los países revaloran sus intereses. Se considera que el orden y el sistema internacionales actuales están socavando los intereses y ventajas inherentes de los países avanzados, pero al mismo tiempo crean una “camisa demasiadamente ajustada” para los países en vías de desarrollo, especialmente las potencias emergentes. Como consecuencia, la competencia entre las potencias del grupo “en el poder” y del “en ascenso” por los intereses y la influencia se ha vuelto cada vez más intensa. En particular, después de tres décadas los nexos entre Estados Unidos y China se han convertido en el factor dominante de las relaciones internacionales y han pasado de la cooperación a la competencia estratégica integral por la posición de la única superpotencia en las próximas décadas. 

La evolución del orden internacional ha creado vibraciones y ha entrelazado los factores nuevos y viejos. El derecho internacional enfrenta el regreso de la hegemonía, el nacionalismo egoísta y el extremismo en muchas partes del mundo. Mientras, las instituciones multilaterales afrontan grandes desafíos sobre su legitimidad, cuando surgen cada vez más voces que llaman a reformar las Naciones Unidas, el BM, el FMI y la OMC. A esto se suma la tendencia del establecimiento por uno o varios países de organizaciones regionales e internacionales, tales como los BRICS, integrados por economías emergentes con grandes potenciales, o el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB). 

En el mismo contexto, los países pequeños y medianos se dan cuenta que sus intereses solo se garantizan en un orden internacional basado en el derecho y el multilateralismo. De hecho, esos países se han esforzado por proteger sus intereses en el nuevo escenario marcado por numerosos desafíos. Junto con la identidad, los intereses suelen ser el factor decisivo que determina la participación o no de un país en los compromisos y conexiones internacionales, así como la adhesión o segregación de los pueblos. Los intereses incluyen aquellos brindados por la integración y perdidos cuando un país acepta una concesión parcial de su derecho a la autodeterminación. En los últimos tiempos, fenómenos como el retiro por parte de la administración de Donald Trump de Estados Unidos de algunos compromisos internacionales o la salida del Reino Unido de la UE, y el deterioro del papel de las instituciones y conexiones regionales se deben a que los países no pudieron conciliar los intereses particulares y comunes, tanto en el ámbito plano interno como en las relaciones con otras naciones. 

En la era de la industrialización y globalización, los asuntos globales se vuelven cada vez más apremiantes, particularmente entre ellos el cambio climático y las epidemias han llegado a ser “enemigos comunes” que ningún país puede enfrentar por sí solo. Paradójicamente, el mayor obstáculo para los esfuerzos de construir un frente común se debe a que los estados siguen priorizando los intereses a corto plazo sobre los a largo plazo. Por ejemplo, las potencias industriales todavía no alcanzan el consenso sobre la reducción de las emisiones contaminantes, o que persiste un “nacionalismo de las vacunas” en medio de la prolongada pandemia del COVID-19 durante los últimos dos años. Los esfuerzos de cooperación internacional se han llevado a cabo, pero no oportunamente, sin efectividad ni una gobernanza global. 

El mundo sigue reflexionando sobre el modelo de desarrollo socioeconómico en el nuevo contexto. Si los esfuerzos por el desarrollo sostenible es la cuestión de armonizar los intereses de las generaciones actuales y futuras, el desarrollo inclusivo se refiere a la garantía de los intereses equitativos de las comunidades en el mundo. Para todas las naciones, pueblos y grupos, es real el riesgo de “quedarse atrás” en términos económico, social, político, cultural, sanitario y educativo. Por un lado, el desarrollo de la ciencia-tecnología facilita el progreso del mundo; y por otro lado, generanuevos desafíos en cuanto a la seguridad cibernética y sanitaria, o el riesgo de quedarse atrás para las economías. Son cuestiones sobre los intereses que se deben resolver en un mundo de globalización e interdependencia. Más que nunca, ahora las naciones y pueblos deben llegar a una percepción común sobre los intereses compartidos para trabajar juntos, y sobre los desafíos comunes para resolverlos, utilizándola como la base para solucionar los problemas particulares y otros conflictos de interés.

Garantizar al máximo los intereses de la nación y el pueblo de Vietnam en el nuevo período estratégico 

En la historia de este país, las percepciones sobre la nación y el pueblo aparecieron junto con la formación de Van Lang, el primer Estado de Vietnam y se han fortalecido durante miles de años de construcción y salvaguarda de la Patria, especialmente a lo largo de las resistencias contra las invasiones extranjeras y la lucha contra los desastres naturales. De ese modo, el pensamiento sobre los intereses apareció junto con la percepción de la nación y el pueblo. Las obras literarias clásicas como Namquoc son ha (Montañas y ríos del imperio del Sur) y BinhNgodai cao(Gran Proclamación de la victoria sobre los Wu) son las manifestaciones más evidentes del pensamiento sobre los intereses de la nación y el pueblo en Vietnam desde tiempos lejanos.

La historia señala que Vietnam superó los momentos más difíciles gracias a que siempre antepone los intereses de la nación y el pueblo. Por la nación y el pueblo, los vietnamitas estuvieron dispuestos a dejar de lado los rencores personales para que “los reyes y pobladores con mente unida, hermanos en armonía, todo el pueblo por una causa común”. Por la nación y el pueblo, los vietnamitas estuvieron decididos a no perder ni un palmo de terreno heredado de sus antepasados, pero una vez expulsaron a los invasores, enviaron sus emisarios con el mensaje de paz al país enemigo, con el fin de proteger la integridad territorial y la seguridad nacional. Se trata de la forma en que las dinastías feudales de Vietnam manifestaron el respeto a otros países y a la vez pidieron la consideración recíproca. 

Esa tradición se ha heredado y desarrollado en la historia moderna de Vietnam. El establecimiento del Partido Comunista de Vietnam (PCV) en 1930 puso fin a la crisis de la ausencia de una fuerza capaz de liderar la Revolución vietnamita e iluminó el camino de liberación y desarrollo del pueblo. Al liderar la Revolución vietnamita a lo largo de más de 90 años, el PCV siempre antepone los intereses de la nación y el pueblo, unificando y mezclando los mismos con los intereses de clase. El Partido considera como idénticos los intereses de la nación y el pueblo(2), y los de la clase obrera, representada por el PCV, están en armonía con los intereses de los trabajadores y del pueblo. 

Durante la resistencia contra el colonialismo francés y el imperialismo estadounidense, el PCV siempre concedió alta prioridad a los intereses de la nación y el pueblo, por el objetivo transversal de la independencia nacional y el socialismo. Gracias a eso, el PCV lideró al pueblo a la victoria en dos guerras de resistencia, que resultaron en la reunificación del país. En el período de DoiMoi (Renovación), el PCV se atrevió a aceptar la verdad para llevar a cabo una reforma integral, salvando al país de la crisis socioeconómica, rompiendo el aislamiento, levantando el embargo e impulsando paso a paso la integración internacional, lo cual abrió nuevas oportunidades a la nación. Esos acontecimientos históricos evidencian el acierto de perseguir y defender persistentemente los intereses de la nación y el pueblo sobre la base de la cooperación internacional. 

A lo largo de esos períodos, el pensamiento del PCV sobre los intereses de la nación y el pueblo se hereda y se desarrolla en sintonía con el escenario global y la situación interna. Durante el tercer pleno del Comité Central del VII mandato en febrero de 1992, el PCV incluyó en las cuatro pautas para resolver los asuntos internacionales la “garantía de los intereses nacionales justos”. Los documentos del XI Congreso Nacional del PCV son los primeros en oficializar el objetivo de proteger los intereses de la nación y el pueblo. Durante su XII Congreso Nacional, el PCV determinó “garantizar los máximos intereses de la nación y el pueblo sobre la base de los principios básicos del derecho internacional, la igualdad y el beneficio mutuo…”(3). Durante su XIII Congreso Nacional, celebrado del 25 de enero al 2 de febrero de 2021,el PCV reiteró la tarea de “garantizar los intereses supremos de la nación y el pueblo sobre la base de los principios básicos de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, la igualdad, la cooperación y el beneficio mutuo”(4).

En el actual período estratégico, se pueden identificar como los intereses nacionales de Vietnam la garantía de la independencia, soberanía y seguridad nacional; el impulso del desarrollo integral y sostenible del país y la elevación de la posición y el prestigio de la nación en la arena internacional. 

Garantizar la independencia, soberanía y seguridad nacional consiste en defender la independencia, soberanía e integridad territorial, que abarca también los mares, islas y el espacio aéreo nacionales. Esa tarea se asocia con la protección del Partido Comunista, el Estado, el pueblo y el socialismo, incluso la protección de los intereses legítimos de los ciudadanos y empresas de Vietnam en el extranjero. En ese sentido, los intereses de la nación y el pueblo se vinculan con el país y la gente de Vietnam, el sistema político y el socialismo en el país, el papel de liderazgo, los puntos de vista, lineamientos y políticas del PCV y el Estado. También se trata del derecho de los vietnamitas a decidir su destino y futuro, y a elegir al partido político que lidere el país, el sistema político y el régimen social, la idiosincrasia y el sistema de valores que deseen perseguir. Los intereses de la nación y el pueblo reflejan la tradición histórica y la aspiración de los vietnamitas a lo largo de la construcción y salvaguarda de la Patria y a través de los períodos revolucionarios bajo el liderazgo del PCV. 

 Impulsar el desarrollo integral y sostenible del país es construir una nación potente y próspera por medio del aprovechamiento de los recursos internos y externos, materializando la visión de un “pueblo rico, país fuerte, democrático, equitativo y civilizado”. En tal línea, los intereses nacionales requieren despertar y aprovechar todos los recursos internos para desarrollar de forma dinámica, continua y sostenible la economía y la sociedad, a la par de recabar y hacer uso de todos los recursos externos para apoyar ese desarrollo. Los intereses de la nación y el pueblo abarcan la construcción y el mantenimiento de un entorno pacífico y estable y la creación de condiciones internacionales favorables para la renovación integral, la industrialización y modernización del país, la construcción y salvaguarda de la Patria socialista ante todas las fluctuaciones en el mundo. También incluye el impulso de la fuerza de la unidad nacional para materializar la visión y aspiración al desarrollo de Vietnam hasta 2025, 2030 y 2045. 

Elevar la posición y el prestigio internacional del país significa promover la fuerza blanda y el valor de la identidad de Vietnam en la arena global. Este contenido de los intereses nacionales es el resultado y al mismo tiempo el complemento de los dos contenidos mencionados. La posición y reputación internacional se traduce en la confianza y el aprecio del mundo a un país. Esa confianza y consideración constituye la base y premisa para que Vietnam realice la integración internacional y aproveche la cooperación y el apoyo de la comunidad global. Por lo tanto, la posición y el prestigio internacional contribuyen de forma decisiva a la salvaguarda de la soberanía y seguridad nacional, así como impulsan el desarrollo integral y sostenible del país y coadyuvan a la lucha común de los pueblos en el mundo por la paz, independencia, democracia y progreso. 

Estos aspectos forman una convergencia unida y armónica en los intereses de la nación y el pueblo. Al complementarse y controlarse mutuamente, crean la integridad y completitud de los intereses nacionales y hacen posible su protección e implementación. 

En las distintas etapas históricas, Vietnam puede conceder diferentes niveles de prioridad a estos objetivos, pero siempre están en armonía entre sí. En la actualidad y el futuro cercano, el objetivo sobre la seguridad debe ser la base, el objetivo sobre el desarrollo debe estar en el centro, y el referido a la posición internacional complementa de forma importante a la seguridad y el desarrollo. El desarrollo debe estar en el centro, porque el propósito y la condición de la existencia de todos los países es la prosperidad. El desarrollo es vital para garantizar la seguridad sostenible y mantener la posición duradera en la arena internacional. 

La voluntad de garantizar al máximo los intereses nacionales sigue siendo la antorcha del camino de Vietnam en el próximo período. Esto ha sido confirmado en “puntos de vista directivos” de los Documentos del XIII Congreso Nacional del PCV, lo que evidencia el más alto consenso en la percepción al respecto. Todas las orientaciones y tareas en el próximo período son por los intereses de la nación y el pueblo, y todos los otros intereses deben servir a los nacionales. 

Al mismo tiempo, en un escenario global marcado por el ascenso del nacionalismo y la hegemonía, el PCV asegura que Vietnam no sigue un nacionalismo egoísta, sino que promueve sus intereses sobre la base de los principios básicos de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, que incluyen la igualdad de la soberanía nacional; el respeto a la integridad territorial e independencia política; la no utilización de la fuerza o amenaza con usarla en las relaciones internacionales; la no injerencia en los asuntos internos de otros países, la obediencia a las obligaciones y leyes internacionales y la solución de las disputas internacionales por medios pacíficos. Son los principios más universales y progresistas que toda la humanidad está esforzándose por defender. En la integración internacional, si bien todas las naciones, organizaciones e individuos garantizan al máximo sus intereses, deben cumplir estrictamente las prácticas universales, principios e instituciones de las organizaciones globales en las relaciones exteriores y evitar ideas o acciones en función de intereses individuales y del nacionalismo extremo, que van en contra del derecho internacional. Al respetar y propugnar esos principios, Vietnam también está defendiendo los intereses nacionales y comunes. Durante las últimas décadas, la estrategia y el liderazgo congruente del PCV en la solución de los conflictos de interés, disputas soberanas y territoriales, así como el excelente cumplimiento por parte de Vietnam de las obligaciones internacionales son la prueba más clara de ese hecho.

Sobre la base de una política exterior que aboga por la independencia, autodeterminación, apertura, multilateralización y diversificación, Vietnam apuesta por una cooperación “igualitaria y mutuamente beneficiosa”, para garantizar los intereses nacionales y conciliar los mismos con los de sus socios y los intereses comunes de la comunidad regional y global. A más de 35 años del inicio del DoiMoi, la realidad muestra que Vietnam está demostrando cada vez más claramente su papel como amigo, socio confiable y miembro responsable y activo de la comunidad internacional, que contribuye dinámicamente a la paz, cooperación y desarrollo en la región y el mundo. 

En resumen, en todas las etapas de la revolución vietnamita, los intereses de la nación y el pueblo han sido siempre el objetivo, el lema y la fuerza motriz para el desarrollo. A más de 35 años de la renovación, el pensamiento del PCV sobre los intereses nacionales alcanzó avances importantes y se vuelve cada vez más integral.

Esos avances son el resultado de un acertado pensamiento sobre los intereses de la nación y el pueblo y la actualización oportuna del mismo en cada período de desarrollo del país y ante los cambios globales. En concreto, el PCV identificó exactamente los intereses nacionales correspondientes a cada período, señalando lo constante y lo variable en los mismos, y a la vez planificó estrategias apropiadas y factibles para proteger y hacer realidad con éxito los intereses de la nación y el pueblo. El pensamiento del PCV sobre los intereses nacionales y su actualización, por lo tanto, siempre resultan oportunos y razonables, acertados y efectivos. 

Garantizar al máximo los intereses de la nación y el pueblo constituye el punto de vista transversal que rige la planificación de las orientaciones, lineamientos y políticas del PCV y el Estado de Vietnam. Los logros del país hoy día patentizan que la voluntad del PCV de anteponer los intereses nacionales es correcta y sabia. 

En los próximos años, la situación regional y global seguirá presentando cambios complejos, que provocarán grandes riesgos y desafíos a la seguridad y el desarrollo del país. Persistiendo en el objetivo de defender la independencia nacional y el socialismo, Vietnam necesita seguir garantizando al máximo sus intereses sobre la base de la armonía y la contribución a los de sus socios, de la región y del mundo. Se trata de un objetivo constante y una guía de acción para que Vietnam materialice su aspiración al desarrollo hacia los importantes hitos históricos de la nación, en 2025, 2030 y 2045, y construya con éxito el socialismo./.

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(1) Por ejemplo, China define como sus intereses clave la soberanía, seguridad nacional, integridad territorial y reunificación nacional, así como el régimen político que determina la Constitución, la estabilidad social y la garantía básica del desarrollo socioeconómico sostenible. Mientras, los cuatro máximos intereses nacionales de Estados Unidos incluyen proteger al país, el pueblo y el estilo de vida estadounidenses; impulsar la prosperidad en todo el país; proteger la paz con la fuerza e incrementar la influencia.
(2) DangDinhQuy: “Los intereses de la nación y el pueblo constituyen el principio superior de las actividades de relaciones exteriores”. https://vov.vn/chinh-tri/loi-ich-quoc-gia-dan-toc-la-nguyen-tac-toi-cao-cua-hoat-dong-doi-ngoai-543351.vov
(3) Documentos del XII Congreso Nacional del Partido Comunista de Vietnam, Oficina del Comité Central del Partido Comunista, Hanoi, 2016, pág. 153
(4) Documentos del XIII Congreso Nacional del Partido Comunista de Vietnam, Editorial Política Nacional Su That (Verdad), Hanoi, 2021, tomo I, pág. 110

Este artículo fue publicado en la Revista Comunista No.973 (septiembre de 2021)