Radiante Vietnam
Una nueva primavera ha llegado, trayendo alegría y vitalidad renovada a cada rincón de la Patria. Esta primavera tiene un significado más especial, ya que todo el Partido, el pueblo y el ejército están celebrando el 95.º aniversario de la fundación del Partido Comunista de Vietnam (3 de febrero de 1930 – 2025), un hito brillante que marca la entrada del país en una nueva etapa de desarrollo hacia un futuro radiante.
Durante los últimos 95 años, el Partido Comunista de Vietnam– la vanguardia de la clase obrera, del pueblo trabajador y de la nación vietnamita– ha guiado al país a superar innumerables dificultades y desafíos, alcanzando grandes victorias y conquistas que han dejado una huella perdurable en la gloriosa historia de la nación.
La Conferencia de fundación del Partido Comunista de Vietnam, el 3 de febrero de 1930 _Fuente: Agencia Vietnamita de Noticias
En 1930, el Partido Comunista de Vietnam (PCV) fue fundado en un contexto histórico especial, con una misión especial. Desde mediados del siglo XIX, los colonialistas franceses invadieron nuestro país e impusieron un régimen de dominación brutal, sometiendo a nuestro pueblo a la esclavitud y la miseria. Con una arraigada tradición patriótica y un inquebrantable espíritu de resistencia, nuestro pueblo se levantó en luchas continuas y vigorosas mediante diversos métodos y movimientos políticos: desde el movimiento Can Vuong hasta la insurrección de Yen The, desde los movimientos Dong Du y Dong Kinh Nghia Thuc hasta el levantamiento de Yen Bai… Nuestro pueblo luchó heroicamente y realizó grandes sacrificios, pero finalmente no logró el éxito debido a la ausencia de un camino claro, a la falta de unidad y de movilización de la fuerza de toda la nación, y a la carencia de un método de lucha adecuado, en particular, por la falta de una organización dirigente o de un partido político capaz de responder a las exigencias del país y de la época.
Al mismo tiempo, en el mundo, el desarrollo del movimiento obrero y el triunfo de la Revolución de Octubre en Rusia en 1917 abrieron un nuevo horizonte, encendiendo la esperanza para las naciones oprimidas y explotadas, e impulsando con fuerza las luchas por la independencia nacional en todos los continentes.
Ante las exigencias de la historia y con un ardiente anhelo de liberación nacional, el joven patriota Nguyen Tat Thanh emprendió la búsqueda de un camino para salvar al país. Recorrió diversos continentes, visitó cerca de 30 países y cientos de ciudades, sorteando inmensas penurias y desafíos, realizando múltiples oficios para sobrevivir y nutrirse del conocimiento de la humanidad. Este periplo permitió al joven vietnamita comprender las raíces del sufrimiento del pueblo trabajador: la opresión y explotación del capitalismo imperialista, lo que le ayudó a forjar una clara conciencia de clase. Con la firme determinación de lograr “la libertad para mi pueblo, la independencia para mi Patria”, Nguyen Tat Thanh abrazó el marxismo-leninismo de manera natural, como una consecuencia inevitable de la historia. En esa doctrina, encontró las cuestiones fundamentales de una línea de acción revolucionaria que vinculaba inseparablemente la liberación nacional con la emancipación de clase y la liberación del ser humano; la independencia del país con el socialismo. Ante las exigencias de la historia y bajo la luz orientadora del marxismo-leninismo, Nguyen Tat Thanh – Nguyen Ai Quoc emprendió numerosas actividades y dedicó grandes esfuerzos a la preparación ideológica, teórica y de personal para la formación de una fuerza política de vanguardia que liderara la Revolución vietnamita. Difundió el marxismo-leninismo en Vietnam a través de obras como “Le Procès de la Colonisation Française” (El juicio de la colonización francesa) (1925) y “Duong Kach Menh” (Camino de la Revolución) (1927), formó cuadros revolucionarios y promovió el movimiento de lucha en el país.
El 3 de febrero de 1930, en Kowloon (Hong Kong, China), bajo la presidencia de Nguyen Ai Quoc, se celebró una conferencia para unificar tres organizaciones comunistas en Vietnam, lo que condujo a la fundación del Partido Comunista de Vietnam. Esta fue una decisión de importancia histórica, que consolidó a las organizaciones comunistas vietnamitas en una sola fuerza con un camino revolucionario claro y unificado. La primera Plataforma Política del Partido, adoptada en su congreso fundacional, definió el camino fundamental para la Revolución vietnamita, respondiendo a las necesidades urgentes del momento histórico y convirtiéndose en una bandera de convocatoria para unir a todas las organizaciones comunistas, las fuerzas revolucionarias y a toda la nación. Este acontecimiento histórico puso fin a la crisis de rumbo y de organización de la Revolución vietnamita, y abrió una nueva era en la historia de nuestro país, la de lucha por la independencia nacional y el avance hacia el socialismo.
Desde su fundación, con lineamientos acertados, métodos apropiados y creativos, capacidad organizativa práctica y el espíritu de lucha tenaz y los sacrificios heroicos de muchas generaciones de cuadros y militantes, así como con la confianza, el respaldo constante, la protección y el apoyo incondicional del pueblo, el Partido Comunista de Vietnam ha conducido al país a grandes victorias de profundo significado histórico y de trascendencia para la época.
Tan solo 15 años después de su fundación, el Partido Comunista de Vietnam creció rápidamente, liderando la lucha por la liberación nacional hasta alcanzar el éxito de la Revolución de Agosto y la proclamación de la República Democrática de Vietnam (actual República Socialista de Vietnam) el 2 de septiembre de 1945, poniendo fin al dominio colonial y al régimen semifeudal en el país y abriendo un nuevo capítulo en la historia de la nación. El pueblo vietnamita, que antes era esclavo, se convirtió en dueño del país, de la sociedad y de su propio destino.
Inmediatamente después del éxito de la Revolución de Agosto, Vietnam tuvo que enfrentar innumerables dificultades y desafíos, al verse obligado a luchar simultáneamente contra “el hambre, el analfabetismo y la invasión extranjera”. En esta situación crítica como “mil kilos colgando de un solo cabello”, el Partido dirigió al pueblo en la defensa valiente y la construcción del gobierno recién nacido, al tiempo que se preparaba en todos los frentes para la guerra de resistencia contra el colonialismo francés. Con una orientación correcta y movilizando la fuerza de toda la nación, el PCV lideró con éxito al pueblo para derrotar todos los complots y planes de invasión del enemigo durante nueve años de resistencia feroz y heroica, que culminaron con la histórica Victoria de Dien Bien Phu, obligando a Francia a firmar los Acuerdos de Ginebra de 1954 sobre el restablecimiento de la paz en Indochina.
Durante más de 20 años después de aquello, Vietnam permaneció dividido y la paz aún no se había alcanzado. Bajo el liderazgo del Partido y del Presidente Ho Chi Minh, con una voluntad y determinación inquebrantables, el pueblo vietnamita superó incontables dificultades y sacrificios para llevar a cabo la gran guerra de resistencia, derrotando sucesivamente las estrategias bélicas del imperialismo estadounidense, liberando completamente el Sur y logrando la reunificación del país. Este hecho marcó uno de los capítulos más gloriosos de la historia de la nación, un acontecimiento de dimensión internacional y de profundo sentido histórico. Fue la materialización de la visión y la determinación expresadas por el Partido en el III Congreso (septiembre de 1960): “Nuestro país, Vietnam, es uno; el pueblo vietnamita es uno. Sin lugar a dudas, nuestro país será reunificado sobre la base de la independencia y la democracia; sin lugar a dudas, nuestro pueblo será reunido en paz, libertad y felicidad. Los ríos podrán secarse, las montañas podrán desgastarse, pero la voluntad de reunificación nacional del pueblo vietnamita jamás será quebrantada, y al final, sin lugar a dudas, alcanzaremos la victoria.”
En un momento en que era urgente remediar las graves secuelas dejadas por la guerra, el país se enfrentó nuevamente a grandes desafíos. El Partido continuó liderando a todo el Ejército y al pueblo en el esfuerzo por restaurar la economía y la sociedad, mejorar las condiciones de vida de la población, y al mismo tiempo defender con firmeza cada palmo de tierra sagrada de la Patria, protegiendo la independencia, la soberanía, la integridad territorial y el espacio vital de la nación. Paralelamente, también cumplió con el noble deber internacionalista hacia el pueblo de Camboya.
En respuesta a los nuevos requerimientos del desarrollo nacional, con el fin de superar las limitaciones del mecanismo de planificación centralizada y burocrática que había conducido a una crisis socioeconómica en los años posteriores a la guerra, y basándose en las lecciones prácticas extraídas de la labor de liderazgo y dirección del Partido, así como de la implementación por parte de todo el sistema político y del pueblo, el PCV trazó y puso en marcha la política de renovación integral (Doi moi), marcando un punto de inflexión significativo en el camino de transición hacia el socialismo en Vietnam. La política de renovación ha respondido a las exigencias prácticas de la construcción de la economía, la defensa nacional, la seguridad y las relaciones exteriores, demostrando la firmeza y la mentalidad creativa del Partido, y abriendo una nueva era para el desarrollo del país.
Tras casi 40 años de implementación del proceso de renovación bajo el liderazgo del Partido, nuestro país ha superado todas las dificultades y alcanzado hitos trascendentales de gran significado histórico. De ser un país pobre, devastado por la guerra, sometido a sanciones y aislado, Vietnam se ha convertido hoy en una nación en desarrollo de ingreso medio, profundamente integrada en la política global, la economía mundial y la civilización humana. Asume numerosas responsabilidades internacionales importantes y desempeña un papel activo en organizaciones clave y foros multilaterales. Se han mantenido firmemente la independencia, la soberanía, la reunificación y la integridad territorial, y se han garantizado los intereses nacionales y del pueblo. En 2024, la economía del país alcanzó más de 470 mil millones de dólares, ocupando el puesto 32 a nivel mundial y situándose entre las 20 principales economías en términos de comercio y atracción de inversión extranjera. La calidad de vida del pueblo ha mejorado notablemente, con una disminución drástica de la tasa de pobreza, que pasó del 60% en 1986 al 1,93% (según los estándares multidimensionales). Los potenciales político, económico, cultural, social, científico, tecnológico, de defensa y de seguridad de Vietnam se han mejorado. Las relaciones exteriores del país se han ampliado, y su posición y prestigio internacional se han fortalecido, con contribuciones activas a la resolución de cuestiones regionales y globales. Vietnam ha cumplido con numerosas tareas como miembro de la ASEAN, las Naciones Unidas y otras organizaciones e instituciones multilaterales, ganándose el reconocimiento y la alta valoración de la comunidad internacional.
Los grandes logros de la revolución vietnamita a lo largo de los últimos 95 años se deben a múltiples factores, entre los cuales el liderazgo correcto y visionario del PCV constituye el factor decisivo, junto con los sacrificios, la lucha y el trabajo creativo de todo el pueblo y el ejército bajo el liderazgo del Partido, así como el apoyo y la ayuda de los amigos internacionales. En los momentos más difíciles y desafiantes, el Partido ha demostrado claramente su temple y su unidad, manteniéndose como un bloque cohesionado en voluntad y acción, dirigiendo y orientando a todo el sistema político hacia la conquista de importantes y amplios logros en todos los ámbitos. Al mismo tiempo, a lo largo del proceso de liderazgo revolucionario, el Partido ha ido forjándose, madurando y fortaleciéndose continuamente, estando a la altura de su papel y misión de encabezar la revolución, y respondiendo a la confianza y las expectativas del pueblo. Esa realidad ha afirmado que, en Vietnam, no existe ninguna otra fuerza política, fuera del Partido Comunista de Vietnam, que posea la capacidad, el temple, la inteligencia, la experiencia y el prestigio suficientes para liderar al país a superar todas las dificultades y desafíos, y conducir la causa revolucionaria de la nación vietnamita de una victoria tras otra.
Al mirar retrospectivamente la trayectoria de 95 años de construcción, lucha y madurez del Partido, el pueblo vietnamita expresa su infinita gratitud y rinde homenaje con profunda reverencia al gran Presidente Ho Chi Minh – líder genial, héroe de la liberación nacional, quien iluminó el camino revolucionario y dio gloria a la Patria y al país. El pueblo vietnamita también recuerda con respeto a los dirigentes precursores del Partido, a los héroes y mártires, a los compatriotas y camaradas que lucharon con valentía y se sacrificaron sin reservas por la gloriosa causa revolucionaria, por la independencia y la libertad de la Patria, por el socialismo, y por una vida de paz, felicidad y prosperidad para el pueblo.
El Partido, el Estado y el pueblo de Vietnam siempre recordarán con gratitud las contribuciones de quienes han servido a la Patria: las familias de los mártires, las Madres Heroicas, los Héroes de las Fuerzas Armadas, los Héroes del Trabajo, los soldados heridos, quienes fueron encarcelados en las prisiones de los colonialistas e imperialistas, los combatientes que lucharon en todos los frentes y cumplieron nobles misiones internacionalistas, los veteranos de guerra y aquellos que han trabajado arduamente para crear riqueza material para la sociedad. El pueblo vietnamita también agradece profundamente a los camaradas y amigos internacionales que le han acompañado, apoyado y ayudado en las luchas pasadas por la independencia nacional, así como a quienes continúan cooperando y respaldando la causa de construcción y desarrollo del país en la actualidad.
Al rememorar la historia y la tradición gloriosa y orgullosa del Partido a lo largo de los últimos 95 años, se hace aún más evidente la responsabilidad de la generación actual de dirigentes y militantes en el proceso histórico de la nación. La misión actual del Partido es conducir al país hacia una era de desarrollo y prosperidad, en la que se construya con éxito un Vietnam socialista con un pueblo próspero, una nación fuerte, democrática, justa y civilizada, capaz de estar a la par de las potencias de los cinco continentes. Se debe garantizar que todas las personas tengan una vida próspera y feliz, reciban apoyo para desarrollarse y enriquecerse, y que Vietnam contribuya cada vez más a la paz, la estabilidad y el desarrollo de la región y el mundo, por la felicidad de la humanidad y el progreso de la civilización global. La máxima prioridad es concretar con éxito los objetivos estratégicos de convertir a Vietnam en un país en desarrollo con una industria moderna y de ingreso mediano alto para 2030; y para 2045, en una nación desarrollada socialista con ingresos altos.
Para seguir asumiendo esa responsabilidad histórica, el Partido Comunista de Vietnam debe fortalecerse constantemente, mantener su esencia revolucionaria y elevar su capacidad de liderazgo y gobernanza, su fuerza combativa y su estrecha vinculación con el pueblo. Es imprescindible que el Partido continúe con la renovación y rectificación internas, promueva la democracia dentro de sus filas, y construya un equipo de cuadros sólidos e íntegros, firmes en los objetivos y los ideales del marxismo-leninismo y el pensamiento de Ho Chi Minh. Al mismo tiempo, debe esforzarse incansablemente en perfeccionar su base teórica y mejorar la calidad del trabajo ideológico, creando una base sólida para dirigir al país hacia un desarrollo rápido y sostenible. Ante los nuevos requisitos de la revolución, especialmente en el contexto de una integración internacional profunda y los desafíos globales actuales, la labor de construcción del Partido requiere aún más atención, innovación e implementación decidida, centrada en los siguientes ámbitos clave:
Primero, continuar manteniéndose fiel a los objetivos e ideales del Partido. El PCV fue fundado con la misión de liderar la revolución y representar los intereses de la clase obrera, de los trabajadores y del todo el pueblo vietnamita. Desde los primeros días de la lucha por la independencia hasta convertirse en partido gobernante, el Partido Comunista de Vietnam ha persistido en los objetivos de la liberación nacional, la construcción del socialismo, trayendo bienestar y felicidad para el pueblo. El Partido no existe para servir a sus propios intereses, sino para servir al pueblo. El poder de liderazgo del Partido no es inherente, sino que le ha sido confiado por el pueblo. El Partido Comunista de Vietnam no tiene otro objetivo que luchar por los intereses del pueblo y de la nación. El Presidente Ho Chi Minh afirmó: “El Partido no es una organización para hacer que sus miembros se enriquezcan. Su misión es liberar a la nación, hacer que el país sea fuerte y que el pueblo sea feliz.” Por lo tanto, el Partido debe mantenerse siempre estrechamente vinculado al pueblo, considerando los intereses del pueblo como su objetivo supremo, manteniendo al mismo tiempo su carácter revolucionario y su papel de vanguardia. En el contexto actual, el Partido debe permanecer firme en su base ideológica, seguir aplicando de forma creativa el marxismo-leninismo y el pensamiento de Ho Chi Minh en la práctica, y proteger con determinación el camino hacia el socialismo. Al mismo tiempo, el Partido debe renovarse y rectificarse de manera continua, mejorar su capacidad de liderazgo y gobernanza, y construir una organización limpia y fuerte, capaz de seguir liderando a la nación en su camino de desarrollo en la nueva era, con el fin de alcanzar el objetivo de un pueblo rico, un país próspero, democrático, justo y civilizado.
Segundo, mejorar de manera continua el sistema teórico del Partido. Una base teórica sólida es la guía para las acciones del Partido y determina la corrección de sus directrices de liderazgo y sus estrategias de desarrollo nacional. A lo largo de los últimos 95 años de liderazgo de la revolución, el Partido ha extraído numerosas lecciones y ha desarrollado progresivamente el pensamiento teórico sobre el camino hacia el socialismo, el modelo de economía de mercado con orientación socialista, la construcción de un Estado de derecho socialista, la defensa nacional, la seguridad, las relaciones exteriores y muchos otros ámbitos importantes. El perfeccionamiento de esta base teórica es una tarea urgente para que el Partido pueda seguir liderando al país en medio de los profundos cambios globales que afectan todos los aspectos de la vida actual. No obstante, el proceso de desarrollo siempre plantea nuevos asuntos, lo que exige al Partido evaluar de forma constante la práctica, completar y enriquecer su teoría.
El proceso de revisión de la práctica debe mirar directamente a la verdad, evaluar con precisión los resultados alcanzados y señalar de manera objetiva las limitaciones, debilidades, deficiencias y sus causas. Es necesario identificar con claridad los cuellos de botella que obstaculizan el desarrollo nacional, para así proponer soluciones innovadoras que generen un fuerte impulso hacia el progreso futuro. La labor investigativa también ha de esclarecer las grandes oportunidades que deben aprovecharse, los desafíos significativos que deben superarse y los nuevos factores surgidos de la realidad que necesitan ser incorporados. La franqueza, la objetividad, el enfoque científico, la honestidad, la firmeza y la prudencia son esenciales para evitar errores y el subjetivismo. Estas cuestiones deben ser aclaradas durante la preparación de los documentos para el XIV Congreso Nacional del Partido. Esta tarea no corresponde únicamente a los órganos especializados del Partido, sino que requiere la participación de todo el sistema político, los intelectuales, las instituciones de investigación teórica, cada cuadro y militante del Partido, así como de todo el pueblo.
Tercero, continuar con la labor de construcción y rectificación del Partido, para hacerlo cada vez más limpio y fuerte. Esta es una tarea de importancia decisiva para la existencia y el desarrollo del Partido. Es necesario consolidar la solidaridad y la unidad en el seno del Partido, elevar la capacidad de liderazgo y la fuerza combativa de cada organización partidista, al tiempo que se construyen organizaciones del Partido limpias y sólidas desde la base, como núcleo del sistema político y en estrecho vínculo con el pueblo. Paralelamente, se debe reforzar el trabajo de inspección, supervisión y disciplina del Partido, promoviendo la autocrítica y la crítica, y sancionando con determinación a los cuadros y militantes que presenten signos de degradación en su ideología política, moral y estilo de vida, así como manifestaciones de “autoevolución” y “autotransformación”. Es esencial mejorar la eficacia y eficiencia de las labores de supervisión e inspección, para garantizar la disciplina y el orden dentro del Partido. La lucha contra la corrupción, los fenómenos negativos y el despilfarro debe llevarse a cabo de manera enérgica, integral y sistemática, sin zonas prohibidas ni excepciones, generando efectos disuasorios y contribuyendo a depurar el aparato y reforzar la confianza del pueblo en el Partido. Los cuadros y militantes, especialmente los dirigentes de los comités partidistas en todos los niveles, deben asumir con mayor responsabilidad el papel de dar el ejemplo, escuchar siempre la voz del pueblo y atender con prontitud sus aspiraciones legítimas, creando así el consenso social. Al mismo tiempo, es fundamental promover el papel de la supervisión del pueblo sobre los cuadros y militantes, garantizando que el Partido se mantenga como fuerza dirigente fiel a los intereses nacionales y comprometida con la felicidad del pueblo.
Cuarto, se requiere una firme determinación para reorganizar el aparato organizativo del sistema político, haciéndolo más ágil, eficaz y eficiente, resolviendo la situación de la burocracia y superposición de funciones. Los documentos de los congresos del Partido en los últimos tiempos han recalcado de forma constante tareas concretas relacionadas con la reestructuración del sistema político, así como la necesidad de estudiar y desarrollar un modelo integral para su organización en el nuevo período. El Partido también ha emitido de forma continua diversas resoluciones y conclusiones para encabezar el proceso de reforma y reorganización del sistema político. Sin embargo, la conciencia y las acciones de algunos comités del Partido, organizaciones partidistas, equipos directivos y responsables de ciertos organismos, unidades y localidades aún son insuficientes, carecen de profundidad, determinación y medidas decisivas. La organización del aparato sigue siendo inconsistente y carece de un enfoque integral, sin una vinculación clara entre la reducción de personal y la reestructuración funcional… Como resultado, el aparato organizativo del sistema político sigue siendo voluminoso, y su eficacia y eficiencia no satisfacen las exigencias y tareas actuales. Las funciones, competencias, estructura y relaciones de trabajo entre muchos órganos y unidades aún no están claramente definidas, con solapamientos y superposiciones. La delimitación de responsabilidades, la descentralización y la delegación de poderes no son sincrónicas ni razonables; en algunos casos hay evasión de responsabilidades y, en otros, desidia o falta de inversión adecuada. En comparación con los grandes cambios del país en los últimos 40 años de renovación, el desarrollo del Estado de derecho socialista y los avances en ciencia y tecnología, el aparato organizativo del sistema político sigue basándose, en gran medida, en un modelo diseñado hace décadas. Muchos aspectos ya no se ajustan a las nuevas condiciones lo que contraviene las leyes del desarrollo, dando lugar a una situación en la que “las palabras no se corresponden con los hechos”. Por tanto, la tarea clave en la etapa actual y en el futuro próximo es construir y aplicar un modelo integral de organización del sistema político en Vietnam que esté a la altura de los requerimientos y tareas de la nueva etapa revolucionaria.
Quinto, construir un contingente de cuadros, especialmente los dirigentes clave en todos los niveles.
Ante la creciente demanda del desarrollo y la integración, la plantilla de cuadros, particularmente los dirigentes clave en todos los niveles, debe cumplir con los criterios esenciales: tener firmeza política, ética pura, alto sentido de responsabilidad; ser verdaderamente ejemplares, honestos, dedicados al servicio del pueblo sin buscar beneficios personales, corrupción ni otras prácticas negativas; poseer un pensamiento innovador y creativo, capacidad para aprovechar las oportunidades, visión amplia, actuar decidido y valentía para asumir responsabilidades por el bien común; no evadir ni ser pasivos ante los problemas emergentes; tener habilidades prácticas, así como capacidad de liderazgo y gestión. Para lograrlo, es necesario promover la renovación en la mentalidad sobre el trabajo del personal. Los procesos al respecto deben convertirse en un mecanismo para seleccionar a los individuos más capaces y merecedores, y no en un procedimiento para legitimar la elección, el nombramiento o la promoción de personas que no cumplen con los criterios establecidos, que no representan verdaderamente la excelencia ni actúan con auténtico compromiso hacia el pueblo. Además de garantizar la transparencia en los procesos de nombramiento y rotación, y de fortalecer la inspección y supervisión, es imprescindible establecer un mecanismo eficaz para detectar, proteger y valorar a las personas con verdadero talento. También se debe construir un sistema de rendición de cuentas claro, en el cual quienes propongan, nombren o promocionen a individuos que no cumplen con los estándares, carecen de integridad o son incompetentes, deban asumir la responsabilidad. Al mismo tiempo, es imperativo mantener una postura firme contra el nepotismo, el amiguismo y los intereses de grupo en la planificación, el nombramiento y el empleo del personal.
Sexto, intensificar la aplicación de la ciencia y la tecnología, así como la transformación digital en la construcción del Partido. Los avances en tecnología de la información, inteligencia artificial, macrodatos y transformación digital están teniendo un profundo impacto en todos los aspectos de la vida social. La aplicación de los logros científicos y tecnológicos en la construcción del Partido no solo constituye una exigencia urgente, sino también un paso decisivo para mejorar la capacidad de liderazgo y elevar la fuerza combativa del Partido en el nuevo contexto. La tecnología de la información y la inteligencia artificial contribuirán a modernizar la gestión de los militantes y el funcionamiento de las organizaciones del Partido. El desarrollo de un sistema de gestión digital de los militantes del Partido ayudará a mejorar la transparencia, la precisión y la eficiencia en la administración de expedientes, procesos de trabajo y evaluación de los cuadros. Esto permitirá a los comités del Partido en todos los niveles evaluar con mayor exactitud a su personal y aplicar mecanismos adecuados de formación, desarrollo y rotación, resolviendo así los problemas de burocratismo y falta de experiencia práctica. La tecnología digital también aportará a incrementar la eficacia del trabajo de propaganda, formación política e ideológica. Las plataformas digitales y las redes sociales pueden emplearse para difundir de manera rápida, vívida y eficaz las políticas y orientaciones del Partido entre los militantes, cuadros y el pueblo. Las nuevas tecnologías permiten asimismo mejorar la capacidad de detección temprana de cuestiones emergentes, realizar análisis y previsiones, y proponer soluciones adecuadas. La tecnología digital proporciona datos precisos y objetivos, lo que permite a los comités del Partido tomar decisiones acertadas basadas en análisis científicos, en lugar de intuiciones.
Séptimo, una tarea clave y urgente de los comités del Partido en todos los niveles, así como de cada célula partidista y cada militante en 2025, es concentrar los esfuerzos e inteligencia para, junto con el pueblo, cumplir y sobrecumplir las metas establecidas en las resoluciones de los comités del Partido en todos los niveles, con especial atención a los objetivos de desarrollo socioeconómico; la organización de las asambleas partidistas en todos los niveles con miras al XIV Congreso Nacional del Partido, enfocándose en la aportación de opiniones a los documentos del Partido; la presentación y selección de personas verdaderamente ejemplares, que trabajen por la causa de la Patria y del pueblo, para participar en el sistema político en todos los niveles; y la creación de un ambiente verdaderamente democrático, unido y entusiasta en el trabajo, la producción y la construcción y el desarrollo nacional entre todos los estratos del pueblo.
Al mirar retrospectivamente los 95 años de desarrollo del Partido, cada vietnamita tiene motivos legítimos de sentirse orgulloso y depositar plena confianza en el brillante futuro del Partido y de la nación. En 1945, cuando lideró al pueblo hacia el éxito de la Revolución de Agosto, el Partido contaba con apenas cerca de 5.000 militantes, pero gracias a sus orientaciones acertadas, su espíritu firme, voluntad indomable y profundo patriotismo, condujo al pueblo a la gloriosa victoria, fundando la República Democrática de Vietnam. En 1960, cuando el país entró en la prolongada guerra de resistencia contra Estados Unidos, el número de militantes aumentó a unos 500.000, convirtiéndose en el núcleo que guió a toda la nación en la lucha por la independencia y la reunificación nacional. Hoy en día, con más de 5,4 millones de militantes, esta fuerza ha crecido sin cesar tanto en cantidad como en calidad, demostrando su capacidad para asumir la responsabilidad de liderar al país en la nueva era. Cada militante del Partido es símbolo de la fe, la inteligencia y la unidad de toda la nación. El Partido Comunista de Vietnam, bajo la luz del marxismo-leninismo y el pensamiento de Ho Chi Minh, continuará cumpliendo de manera sobresaliente su misión histórica. Con confianza en la fortaleza del Partido y la unidad de todo el pueblo, se puede afirmar con certeza que todo el Partido, el pueblo y el ejército se unirán para superar todas las dificultades y desafíos, asegurando un desarrollo rápido y sostenible del país en la nueva era, construyendo un futuro glorioso y brillante para el pueblo vietnamita./.