Continúan perfeccionando instituciones culturales para cumplir los criterios del desarrollo nacional en el nuevo período

NGUYEN VAN HUNG
Miembro del Comité Central del Partido Comunista de Vietnam, Ministro de Cultura, Deportes y Turismo
21:21, 04-26-2023

Revista Comunista – La elaboración, consolidación y perfeccionamiento de las instituciones culturales constituye una base importante para optimizar los recursos y convertir a la cultura en un sólido fundamento espiritual, objetivo y motivación para la causa de construcción y defensa de la Patria. Por tal razón, la evaluación integral de esos procesos en nuestro país, la identificación de los cuellos de botella y la determinación de requerimientos para la renovación son de suma necesidad para promover el desarrollo cultural, contribuyendo al aumento de la fortaleza nacional en el nuevo período.

El miembro del Buró Político y primer ministro de Vietnam, Pham Minh Chinh (tercero desde la izquierda) y los delegados se unen a la danza Xoe, de la etnia Thai, en la ceremonia de recepción del título de la UNESCO que reconoce a ese arte como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad _Foto: Agencia Vietnamita de Noticias

Evaluar la efectividad de la elaboración y perfeccionamiento de instituciones y la movilización de recursos para el desarrollo cultural

Resultados logrados

Primero, el proceso de construcción y perfeccionamiento de leyes conformó una base jurídica integral y sistemática, coadyuvando a fortalecer la cultura como fuerza endógena y motor impulsor del desarrollo nacional.

En el sector de cultura, Vietnam cuenta actualmente con cinco legislaciones (Ley de Cine, Ley de Patrimonio Cultural, Ley de Publicidad, Ley de Propiedad Intelectual, Ley de Bibliotecas), 50 decretos, 14 decisiones del Primer Ministro y más de 100 circulares. Esas normativas han creado de manera paulatina un marco legal relativamente consistente, contribuyendo a institucionalizar y concretar las disposiciones de la Constitución de 2013 sobre la garantía de los derechos del pueblo a la creación literaria y artística, al disfrute y acceso a los valores culturales, así como a la participación en la vida cultural. La institucionalización del sistema legal ayudó gradualmente a ajustar la relación entre los actores del sistema cultural en una dirección más armoniosa y sana. El Estado pasó de la posición de comandante al papel de administrador y patrón. A partir de este cambio estructural, se realzó el papel del sistema de políticas y leyes en el campo de la cultura.

Segundo, el marco de políticas creó un entorno institucional que permite a las industrias culturales explotar y transformar los recursos en poder blando.

El nacimiento de la “Estrategia de desarrollo de las industrias culturales de Vietnam para 2020, con visión al 2030” (2016) marcó un nuevo avance en la creación de un entorno institucional favorable para que las industrias culturales exploten y transformen sus recursos en productos y servicios atractivos. Los ministerios y dependencias, especialmente el Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo, desplegaron activamente las labores de elaboración y perfeccionamiento de las instituciones, políticas y leyes para establecer un corredor legal e incentivar el desarrollo de las industrias culturales. Los cambios positivos en las instituciones y políticas impulsaron al mercado de las industrias culturales de Vietnam a dar nuevos pasos, con ciertos aportes al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Según las estadísticas, el sector representó el 3,61 por ciento del PIB nacional en 2018 (en comparación con el 2,68 por ciento en 2015). Las industrias culturales de Vietnam comenzaron a promover efectivamente sus recursos y transformar los valores culturales en poder blando, elevando su capacidad competitiva e integración internacional.

Tercero, el sistema de documentos legales sobre impuestos, incentivo de la socialización y captación de recursos, creó gradualmente una base legal para movilizar todos los recursos de la sociedad para invertir en la cultura.

En el período 2014-2019, la inversión estatal en la cultura aumentó gradualmente a lo largo de los años, el presupuesto destinado al desarrollo de esa esfera a través del fondo asignado al Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo alcanzó alrededor de 241 millones de dólares, de los cuales 38,6 millones correspondieron al capital de inversión para el desarrollo, y más de 202,4 millones, a la fuente de gastos no comerciales. La inversión en desarrollo cultural en las localidades en la etapa anterior a 2016 se realizó a través del Programa de Objetivos Nacionales sobre cultura. En el período 2014-2015, dicho programa proporcionó más de 22,9 millones de dólares, incluidos aproximadamente 12,2 millones de capital de inversión para el desarrollo y 10,7 millones de la fuente de gastos no comerciales. De 2016 a 2020, el financiamiento para el Programa de Objetivos para el Desarrollo Cultural totalizó 446,3 millones de dólares(1). Básicamente, el capital de inversión proveniente de esos programas, considerado como “cebo” (el capital inicial que el Estado gasta directamente del presupuesto o indirectamente del capital de las empresas estatales para atraer y orientar la participación de inversores privados) brindó resultados efectivos para promover el desarrollo de la economía del turismo y mejorar la vida cultural del pueblo, especialmente la de los pobladores en zonas rurales, remotas, fronterizas e insulares. Por otro lado, la política de socialización establecida a través de documentos(2) generó mecanismos y políticas preferenciales (en materia de impuestos, tasas, créditos, derechos de uso de terrenos...), mientras que fuentes de inversión, patrocinios y donaciones de personas y organizaciones sociales también se movilizaron en función del desarrollo cultural. El Estado alentó el establecimiento de fondos para la formación, el estímulo al estudio, el desarrollo de talentos, la divulgación literaria y de las artes, el desarrollo del cine y el apoyo editorial, entre otros. Por ejemplo, la Ley de Impuesto al Valor Agregado de 2008, modificada y complementada en 2014, regula quiénes no están sujetos al impuesto en la Cláusula 12, Artículo 5. De ese modo, el sector cultural (que comprende actividades culturales, exhibiciones; representaciones artísticas; producción cinematográfica; importación, distribución y proyección de películas) disfruta de una tasa impositiva preferencial del cinco por ciento. Los demás bienes y servicios están sujetos a una tasa impositiva del 10 por ciento (incluidos los servicios y actividades turísticas). Durante la pandemia de COVID-19, el Estado adoptó políticas oportunas para reducir los impuestos y extender el plazo en el pago de los aranceles para apoyar a las empresas e individuos que realizaban negocios en los sectores de la cultura y el turismo, entre otros. Además, otros recursos necesarios para el desarrollo cultural en Vietnam, como recursos humanos, infraestructura y conocimientos profesionales, también fueron movilizados y potenciados, contribuyendo significativamente a generar resultados positivos en el campo de la cultura y las artes del país.

Cuarto, los mecanismos y políticas contribuyeron gradualmente a mejorar la calidad de los recursos humanos especializados en el sector de la cultura y las artes.

Hasta el 30 de junio de 2021, el total de personal en los sectores de la cultura, el deporte y el turismo en el país alcanzó las 899 mil 950 personas, de las cuales 19 mil 751 trabajaban en el sector de cultura-artes; 10 mil 199, en el ejercicio físico y deportivo; y 870 mil, en el turismo. De esa suma, 18 mil 907 personas prestaron servicios en los tres renglones mencionados(3). En el último tiempo, los reglamentos, normas, procesos y lineamientos sobre la planificación, selección, utilización y nombramiento de cuadros fueron elaborados y renovados sistemáticamente de acuerdo con la realidad, en pos de superar las limitaciones. Por tal motivo, el personal de la industria se planifica de manera metódica, con un ajuste razonable en la estructura de edad y sus calificaciones. También se implementaron políticas de capacitación, fomento, descubrimiento y reconocimiento de talentos culturales y artísticos con el fin de atraer recursos humanos de alta calidad.

Quinto, el proceso de perfeccionamiento institucional ayudó a elevar la eficiencia de la conservación y promoción de los valores culturales tradicionales, los patrimonios y las reliquias histórico-culturales de la nación.

El proceso de perfeccionamiento institucional ayudó a elevar la eficiencia de la conservación y promoción de los valores culturales tradicionales, los patrimonios y las reliquias histórico-culturales de la nación, que son extremadamente abundantes y diversos. El país desplegó programas específicos destinados a la materialización de la “Estrategia de desarrollo de la cultura vietnamita para 2030”, como el Programa de conservación y promoción sostenible de valores del patrimonio cultural de Vietnam en el período 2021-2025; el Programa de digitalización del patrimonio cultural de Vietnam en la etapa 2021-2030; y el Programa de cooperación entre los ministerios de Educación y Formación y de Cultura, Deportes y Turismo en la etapa 2022-2026 para la educación sobre tradiciones a estudiantes a través de reliquias, patrimonios culturales intangibles y museos desde el nivel central a las localidades (Programa de Coordinación No. 217/CTr-BGDĐT-BVHTTDL, emitido el 4 de marzo de 2022). Vietnam también continuó esforzándose por mejorar su posición en la comunidad internacional y promovió activamente sus patrimonios culturales al mundo, lo que se refleja en su elección como miembro del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO para el período 2022-2026. Además, el país contó con dos patrimonios culturales inmateriales más inscritos en las listas de la UNESCO (la práctica Then de las minorías étnicas Tay, Nung y Thai y el arte de la cerámica de los Cham).

Sexto, la implementación de los temas anuales del sector de cultura, deportes y turismo coadyuvó a mejorar la efectividad de la construcción de un entorno cultural saludable, así como a realzar los valores y el papel de la familia, la comunidad y la sociedad.

En 2022, el Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo lanzó el tema de trabajo anual “Año de la construcción del entorno cultural de base y la organización del personal”, con el fin de convertir la instauración del entorno cultural en un nuevo avance en las actividades de todo el sector, asegurando que todos los miembros de la comunidad desarrollen sus capacidades de creación. La cartera asesoró y presentó al Primer Ministro para su aprobación el Programa de implementación del movimiento “Todos los pobladores se unen para construir la vida cultural” en el período 2021-2026. Esta es la base para que el Comité Directivo Central se concentre en liderar y dirigir el despliegue de los contenidos en el movimiento con enfoque; y promulgar un plan para la materialización oportuna en todos los niveles, sectores y pobladores, contribuyendo a realzar el papel de la familia, la comunidad y la sociedad en la construcción del entorno cultural, así como a transformar la cultura en un factor para fomentar los valores de verdad - bondad - belleza.

Séptimo, la elaboración de instituciones y políticas respetó y protegió la diversidad cultural de las etnias y regiones, elevó el nivel de disfrute cultural del pueblo y reforzó la defensa de la seguridad política y el mantenimiento de la soberanía nacional de la Patria.

Diversos y ricos programas y actividades, tales como cursos de entrenamiento, clases de enseñanza, festivales culturales de grupos étnicos, fiestas y programas artísticos se llevaron a cabo regularmente para satisfacer las necesidades de disfrute cultural de los pobladores, especialmente en las zonas de minorías étnicas, remotas, fronterizas e insulares, aportando positivamente a reducir la brecha en el disfrute cultural entre áreas rurales y urbanas, y entre regiones del país. La socialización de las actividades culturales y artísticas se impulsó y tuvo efectos positivos en la sociedad.

Octavo, las tareas de construcción del entorno cultural digital mostraron inicialmente su efectividad.

El Gobierno aprobó una serie de programas de transformación digital, como el Programa de digitalización del patrimonio cultural de Vietnam en el período 2021-2030, el Programa de transformación digital del sector bibliotecario hasta 2025, con visión al 2030, el Plan de digitalización de datos de festivales en Vietnam en la etapa 2021-2025, y el Plan sobre el centro de distribución de películas en línea, entre otros. Especialmente, en el contexto de la pandemia de COVID-19, las actividades culturales y artísticas tendieron a realizarse en el entorno digital. Los programas artísticos sin público se difundieron ampliamente a través de plataformas electrónicas y redes sociales, y lograron alta eficiencia.

Limitaciones y deficiencias

Primero, el sistema de documentos legales sobre la cultura contó con un gran volumen, pero muchos presentaron poco efecto legal y carácter normativo, carecieron de reglas de conducta específicas para que se cumplan, lo que indujo a una limitada efectividad y eficacia en la gestión estatal sobre la cultura.

El sistema de documentos legales sobre la cultura y la familia consta de 160 escritos, que se clasificaron en muchos tipos diferentes, desde leyes y ordenanzas hasta circulares. El número de documentos con contenidos contradictorios y superpuestos siguió siendo elevado, lo que redujo la transparencia e hizo que la legislación al respecto sea complicada y difícil de aplicar. Algunos sectores aún no están regulados por leyes u ordenanzas (artes escénicas, bellas artes, fotografía, construcción de entornos culturales, instituciones culturales, propaganda política, derechos y obligaciones de los escritores y artistas, entre otros), ni siquiera por un documento de guía (literatura y gestión de actividades de juego), lo que afectó en gran medida la gestión estatal sobre cada renglón.

Segundo, el marco institucional todavía no se completó, el lento reajuste de la “Estrategia de desarrollo de las industrias culturales para 2020, con visión al 2030” en el nuevo contexto minimizó el papel constructivo y la capacidad de mejorar la competitividad e integración del mercado cultural.

A pesar de que la “Estrategia de desarrollo de las industrias culturales de Vietnam para 2020, con visión al 2030” establece la meta de esforzarse por que los ingresos de las industrias culturales contribuyan con el siete por ciento del PIB para 2030, después de casi seis años de implementación, la consecución de ese objetivo sigue siendo un gran desafío. Las industrias culturales en Vietnam aún no están reguladas por documentos legales, faltan políticas y leyes para desarrollar este nuevo campo lleno de potencial, en el que las políticas de movilización de recursos desempeñan un papel clave. Las políticas para el desarrollo de las industrias culturales aún no son consistentes con la evolución del mercado, por ejemplo, la censura del contenido de los productos culturales y artísticos se ha basado en criterios poco claros. Por otro lado, el Estado aún no ha adoptado mecanismos y sanciones lo suficientemente fuertes para abordar los problemas medulares del mercado cultural, como la protección de los derechos de autor. Las dificultades en el uso de herramientas de gestión impidieron que el Estado se convierta realmente en un árbitro de los actores económicos, pues no reguló ni aseguró la armonización de intereses entre productores y distribuidores de bienes y los consumidores. En el contexto de la integración internacional, muchas instituciones y regulaciones relacionadas con las industrias culturales continúan renovándose con lentitud y no están en línea con los estándares mundiales.

Tercero, el mecanismo de coordinación entre departamentos, sectores y agencias en todos los niveles, así como entre los sectores público y privado todavía no resultó estricto. La participación de los actores de base, especialmente aquellos directamente afectados por el sistema de instituciones y políticas, siguió siendo un mero formalismo.

Aunque se consideran como instituciones de autogestión del pueblo, muchas organizaciones sociales en Vietnam dependieron financieramente del sistema político y las agencias estatales. Sus actividades sufrieron, por lo tanto, de burocratización, con un fuerte formalismo y pasividad. Los mecanismos de participación social en la planificación, ejecución y evaluación de las políticas del Estado y la supervisión de las actividades empresariales no se definieron claramente. Mientras tanto, muchos procedimientos administrativos del Estado que regulan las relaciones civiles todavía resultaron engorrosos, reduciendo el papel de la sociedad en la gestión y regulación del desarrollo.

Cuarto, las disposiciones legales sobre la movilización de recursos mostraron que la cultura aún no es un sector y profesión de prioridad a incentivar y desarrollar; la cultura enfrentó “cuellos de botella” y “barreras” provenientes de la conciencia social y las regulaciones legales que no se pusieron al día con las exigencias de la realidad.

En la actualidad, la efectividad de las disposiciones sobre la política tributaria en las leyes especializadas solo radica en el principio de “preferencia”, cuya aplicación depende de las disposiciones específicas de cada ley sobre impuestos. La Ley de Inversión de 2020 estipula que la cultura es uno de los sectores y profesiones elegibles para incentivos, pero se limita solo al campo de la protección y promoción de los valores del patrimonio cultural, mientras que la cultura es un sector amplio. En 2020, la Asamblea Nacional aprobó la Ley de Inversión según el modelo de Asociación Público-Privada (APP), pero solo cinco sectores pueden aplicar ese método de inversión, entre los cuales no se encuentra la cultura. Asimismo, con base en la Ley de Inversión y la Ley de Inversión según el modelo APP, la cultura no es del todo un sector o profesión de prioridad. La Ley de impuesto sobre la renta de empresas establece que la exención de esa tarifa se dirige a las subvenciones destinadas a actividades educativas, científicas, culturales, artísticas y benéficas, así como a las rentas indivisas para la reinversión en el desarrollo de los establecimientos que realizan actividades de socialización en los ámbitos de educación-formación, salud y otros renglones, de conformidad con lo dispuesto en las leyes especializadas, las cuales no abarcan la cultura. Además, la costumbre de esperar el presupuesto del Estado para actividades culturales se arraigó en el subconsciente de las personas desde la época de la economía centralizada y subvencionada, por lo que junto con la percepción de que la cultura es una industria “gastadora de dinero”, creó barreras adicionales en la conciencia a la hora de invertir recursos en el sector.

Quinto, la interrupción del programa de objetivos nacionales sobre la cultura y el programa de desarrollo cultural redujo la motivación por promover esa esfera en asociación con el progreso socioeconómico, para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible.

La inversión en la conservación y promoción de los valores del patrimonio cultural necesita enormes recursos. En el pasado, el capital de inversión del “Programa de Objetivos Nacionales sobre Cultura para 2014-2015” y del “Programa de Objetivos de Desarrollo Cultural para el período 2016-2020”, que tuvo el carácter de “cebo”, trajo resultados positivos al campo del patrimonio. Sin embargo, la finalización de esos programas en 2021 dificultó la movilización de recursos para las necesidades de desarrollo cultural en las localidades, que son iguales o incluso superiores a las del periodo anterior.

Sexto, los mecanismos y políticas de inversión para la cultura no se correspondieron con el papel y posición de este sector en el desarrollo.

En general, el nivel de inversión en la cultura dentro del gasto presupuestario total fue relativamente bajo en comparación con otras áreas y no se correspondió con la realidad. Según la Resolución No. 40/2021/QH15, emitida el 13 de noviembre de 2021, por la Asamblea Nacional sobre la asignación del presupuesto central en 2022, la proporción del presupuesto para la cultura e información representó solo el 0,9 por ciento de la suma total. No solo la escala se limitó, sino que la estructura de inversión pública en la cultura también presentó inconveniencias. La mayor parte del capital público se destinó a actividades no comerciales, mientras que el gasto en inversión para el desarrollo siguió siendo bajo. Con esas limitaciones, la inversión pública aún no resultó capaz de “atraer” y “orientar” la inversión privada en el mercado.

Séptimo, las insuficiencias en los mecanismos y políticas indujeron a una falta de armonía entre los sectores público y privado en el acceso al apoyo del Estado.

Las insuficiencias en la asignación y el acceso a los recursos públicos, junto con la ausencia de criterios claros y específicos que sirvan de base para la evaluación y emisión de las decisiones de financiación, no generaron realmente la motivación suficiente para alentar la creatividad y los esfuerzos por mejorar la calidad de las obras, así como tampoco crearon un ambiente competitivo leal en el campo de la cultura y las artes.

Orientaciones y soluciones

La evaluación de la efectividad de las instituciones y políticas, como se mencionó anteriormente, exige centrarse en abordar las deficiencias y eliminar los cuellos de botella, mediante la formulación y el perfeccionamiento de políticas capaces de crear mecanismos de promoción del desarrollo cultural en el nuevo período. En concreto:

Primero, continuar construyendo y perfeccionando el sistema legal que regula directamente el sector cultural, a fin de crear una base jurídica para ajustar las relaciones sociales en términos de cultura y generar recursos para el desarrollo. En concreto: Modificar y complementar la Ley de Patrimonio Cultural en aras de superar insuficiencias y eliminar cuellos de botella en la ejecución de la legislación actual, y armonizar los nexos entre conservación y promoción de los valores. Modificar y complementar las disposiciones de la Ley de Publicidad relativas a nuevos tipos y medios de difusión; estudiar y elaborar una ley de artes escénicas, un decreto sobre las actividades literarias y una política de bienes culturales digitales. Continuar reajustando y reformando algunas legislaciones especializadas, como la Ley de Inversión, la Ley de Inversión según el modelo APP, las leyes tributarias, especialmente la de impuesto sobre la renta de empresas, así como el decreto sobre el fomento de la socialización, con el propósito de utilizar eficazmente los recursos del Estado, movilizar los recursos sociales y optimizar los recursos endógenos de la cultura. La Ley de Inversión necesita disposiciones legales concernientes y normativas especializadas en la cultura con tal de crear una base legal para los recursos del Estado. Modificar y complementar las disposiciones legales pertinentes para liberar los recursos para la infraestructura cultural, como la Ley de gestión y uso de la propiedad pública, que incluye las políticas apropiadas para promover y utilizar activos de infraestructura, instituciones y bienes culturales específicos; mecanismos de autonomía financiera en sintonía con el personal y los planes de las unidades públicas en el ámbito de la cultura. Complementar las políticas de promoción del desarrollo de los talentos y la quintaesencia en los sectores de la cultura, las artes y las fuerzas laborales en la esfera, a partir de los recursos del Estado, priorizando los puestos creativos y gerenciales. Las políticas sobre los recursos estatales para la inversión en la cultura también deben tener en cuenta las políticas nacionales, locales, especiales, de promoción del desarrollo de la cultura de élite (cultura, artes) y de apoyo al desarrollo de la cultura de masas.

Segundo, continuar implementando el programa de objetivos nacionales sobre la cultura, pues la inversión en su desarrollo requiere enormes recursos. El capital de inversión del “Programa de Objetivos Nacionales sobre la Cultura para 2014-2015”, que tuvo un carácter de “cebo”, demostró ser efectivo. La conclusión de dicho programa, mientras el desarrollo cultural de las localidades aún plantea iguales o incluso mayores necesidades que en el período anterior, creó muchos desafíos. Por tal motivo, se exige un programa integral de objetivos nacionales para revitalizar la cultura. Se debe crear un cambio en la conciencia para que los ministerios, sectores, localidades y la propia esfera consideren y reconozcan profundamente los problemas, roles y posiciones de la cultura, inviertan en ella de manera sincrónica e integral y establezcan un nivel mínimo del dos por ciento del gasto total del presupuesto anual para el renglón, de acuerdo con los lineamientos y políticas del Partido y el Estado.

Tercero, perfeccionar el sistema de políticas, reajustar y elaborar la “Estrategia de desarrollo de las industrias culturales de Vietnam para 2030, con visión hasta 2045”, con énfasis en mejorar la competitividad y la integración del mercado cultural. Básicamente, las soluciones en las industrias culturales se orientan al perfeccionamiento del sistema legal, en especial la Ley de Competencia, en pos de crear un corredor legal efectivo y garantizar la competencia leal entre los sectores económicos que operan en el mercado cultural de Vietnam. Desplegar un conjunto de soluciones para fortalecer este campo, dando prioridad al desarrollo de una serie de industrias con fortalezas en la integración internacional. Centrarse en el desarrollo del mercado cultural en el ciberespacio. Aumentar la inversión en la formación de recursos humanos y adoptar soluciones flexibles para la gestión del personal en el mecanismo de mercado, entre otras medidas. Establecer una estructura cultural con enfoque y visión.

Cuarto, elaborar un conjunto de indicadores nacionales sobre el desarrollo cultural. Establecer un conjunto de indicadores generales y aplicarlos periódicamente para medir, evaluar y monitorear la contribución y el crecimiento del sector cultural en el desarrollo nacional; al mismo tiempo, proporcionar evidencia sólida para la construcción institucional, la formulación de políticas y programas de intervención. Sensibilizar a los comités del Partido, a las autoridades y a toda la sociedad sobre el papel, la posición y los aportes de la cultura al desarrollo del país y la necesidad de adoptar un conjunto de índices nacionales sobre el desarrollo cultural.

Quinto, desarrollar los recursos humanos en el campo de la cultura y las artes. Equilibrar gradualmente la estructura del personal (en términos de edad, género y áreas de trabajo a nivel central, de provincia/ciudad, distrito y comuna/pueblo). Adoptar políticas de detección, uso, tratamiento y reconocimiento de funcionarios y talentos en el sector. Trazar políticas preferenciales para los artistas con aportes destacados, muchas buenas obras y una influencia positiva en la sociedad. Reajustar los regímenes salariales y de subsidios para quienes operan en disciplinas artísticas especiales. Construir un régimen de recompensas, tanto material como espiritual, para aquellos con logros sobresalientes.

Sexto, construir y perfeccionar las instituciones y políticas, así como movilizar recursos para la investigación y el desarrollo tecnológico y la transformación digital en el ámbito cultural. Adoptar políticas que prioricen esas labores y el fortalecimiento de la infraestructura tecnológica sincrónica y moderna, en cumplimiento de los criterios de la Cuarta Revolución Industrial; construir un sistema de datos estadísticos sobre la industria; completar la base de datos nacional sobre la cultura y las artes; y aplicar la tecnología SIG (sistema de información geográfica) en la gestión, protección y promoción de los valores del patrimonio cultural. Intensificar la cooperación en estudios científicos sobre la cultura y las artes con organizaciones extranjeras y promover la publicación internacional de trabajos sobre el renglón. Perfeccionar las políticas exteriores en materia de cultura, reforzar la cooperación y el intercambio internacional al respecto, aumentar la capacidad de integración proactiva y difundir ampliamente los valores culturales de Vietnam en el mundo./.

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(1) Datos del Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo
2) Resolución No. 90-CP, emitida el 21 de agosto de 1997, por el Gobierno sobre direcciones y orientaciones de socialización de las actividades educativas, médicas y culturales; Decreto No. 73/1999/ND-CP, del 19 de agosto de 1999, del Gobierno sobre las políticas de incentivo a la socialización de actividades en los sectores de educación, salud, cultura y deportes; Decreto No. 69/2008/ND-CP, del 30 de mayo de 2008, del Gobierno sobre las políticas de incentivo a la socialización de actividades en los sectores de educación, orientación profesional, salud, cultura, deportes y medioambiente; Decreto No. 59/2014/ND-CP, del 16 de junio de 2014, del Gobierno sobre la modificación y complementación de algunos artículos del Decreto No. 69/2008/ND-CP, del 30 de mayo de 2008, del Gobierno sobre las políticas de incentivo a la socialización de actividades en los sectores de educación, orientación profesional, salud, cultura, deportes y medioambiente.
(3) Datos del Departamento de Formación, del Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo
Este artículo fue publicado en la Revista Comunista No. 1004 (diciembre de 2022)