Políticas sociales y atención al desarrollo humano integral a través de la obra del secretario general Nguyen Phu Trong

DAO NGOC DUNG
Miembro del Comité Central del Partido Comunista, Ministro de Trabajo, Inválidos de Guerra y Asuntos Sociales
20:40, 03-13-2024

Revista Comunista - La obra “Algunas cuestiones teóricas y prácticas sobre el socialismo y el camino hacia el socialismo en Vietnam” del secretario general del Partido Comunista (PCV), Nguyen Phu Trong, tiene profundos valores teóricos y prácticos, al demostrar que el camino hacia el socialismo es correcto y que “nuestro país nunca ha ostentado una obra, potencialidad, posición y prestigio internacional como los que tiene hoy”. Esos resultados son frutos del liderazgo acertado del PCV y la naturaleza superior del sistema político nacional -uno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

El secretario general del Partido Comunista de Vietnam, Nguyen Phu Trong, y niños en el distrito de Muong Lat, provincia de Thanh Hoa _Foto: Agencia Vietnamita de Noticias

Con respecto al objetivo de desarrollar la sociedad hacia el socialismo, Phu Trong afirmó: “Necesitamos una sociedad en la que el desarrollo sea verdaderamente para el ser humano, no con fines de lucro que explote y pisotee la dignidad humana(1). El ser humano es el centro de la estrategia de desarrollo. En otras palabras, el desarrollo humano es a la vez el objetivo y el impulso del proceso de renovación; el desarrollo de la educación-formación y la ciencia-tecnología constituye la política de primera categoría; la protección del medioambiente figura entre las cuestiones vitales y criterios para un crecimiento sostenible; mientras la construcción de familias felices y progresistas como “núcleos” sanos y sólidos de la sociedad y la materialización de la igualdad de género son criterios del progreso y la civilización.

Las políticas sociales son de suma importancia, al influir directamente en la vida económica y psicológica de cada familia, persona y comunidad, así como reflejar la peculiaridad y superioridad del socialismo. Sus objetivos generales incluyen brindar a todas las personas una buena vida y desarrollar la sociedad de manera sostenible y adecuada a las condiciones históricas específicas y las tradiciones culturales de la nación, así como garantizar la justicia, el progreso y la igualdad para elevar la calidad de vida y la felicidad de los pobladores. La Plataforma sobre la construcción nacional en el período de transición hacia el socialismo (complementada y desarrollada en 2011) afirma: “Las políticas sociales correctas, justas por el ser humano constituyen un fuerte impulso para poner en servicio toda la capacidad creativa del pueblo en la construcción y salvaguardia de la Patria. Hay que garantizar la justicia e igualdad en términos de intereses y obligaciones de los ciudadanos, combinar de manera estrecha y apropiada el desarrollo económico y sociocultural, y materializar el progreso y la justicia social en cada paso y cada política”(2).

Durante la etapa de renovación nacional e integración internacional, el PCV persiste en que las políticas sociales y la gestión del desarrollo social deben servir para el progreso del ser humano. El PCV exige: “Movilizar todas las capacidades del Estado y el pueblo, los gobiernos central y locales para resolver los problemas de las políticas sociales”(3). “El Estado debe desempeñar el papel central”(4) y “Materializar el progreso y la justicia social en cada paso y cada política de desarrollo”(5) mediante la “Creación del entorno y las condiciones para que todos los trabajadores obtengan mejores empleos e ingresos...”(6) y para que “Todas las personas tengan acceso a oportunidades y condiciones para su desarrollo integral”(7). El PCV urgió a “resolver bien las cuestiones del empleo e ingreso para los trabajadores, garantizar la seguridad social… Impulsar la atención de la salud de los pobladores, las labores demográficas y la planificación familiar, la protección y el cuidado de las madres y niños y la construcción de familias felices”(8).

Desde sus primeros documentos, el PCV ya identificó como objetivo fundamental y duradero de la revolución garantizar los derechos humanos para todos los vietnamitas. Hasta el XII y el XIII Congresos Nacionales, el Partido añadió y promovió nuevos puntos de vista sobre la construcción y el desarrollo humano. Esas perspectivas no solo constituyen una complementación teórica, sino que también fueron concretadas en tareas, soluciones y orientaciones precisas para dirigir las actividades prácticas del desarrollo socioeconómico. La profunda conciencia y la determinación de llevar a cabo una renovación integral nacional del PCV posibilitan que las políticas sociales se desarrollen en los tres contenidos fundamentales: Aumentar la capacidad del capital humano (a través del incremento del bienestar social), mejorar el ámbito de las actividades humanas (a través del perfeccionamiento de las políticas de trabajo, empleo, salud, educación, desarrollo empresarial e infraestructuras) y garantizar la seguridad social (a través de las políticas de apoyo a la participación de los grupos vulnerables en el mercado laboral, el impulso del seguro y asistencia social y la reducción de pobreza).

En la Resolución 15-NQ/TW, emitida el primero de junio de 2012 durante el V pleno del Comité Central del PCV del XI mandato, sobre “Algunas cuestiones en torno a las políticas sociales en el período 2012-2020”, el Partido se fijó la meta de garantizar para 2020 de manera básica la seguridad social y los niveles mínimos de ingresos y acceso a la educación, salud, vivienda, agua potable e información, con vistas a incrementar paso a paso las condiciones económicas y crear una vida segura, justa y feliz para toda la población. Durante el XII Congreso Nacional, el PCV presentó el enfoque sobre el desarrollo social sostenible y la importancia de su gestión en la construcción y salvaguarda de la Patria. Al mismo tiempo, exigió: “Asociar estrechamente las políticas económicas con las sociales, el desarrollo económico con la mejora de la calidad de vida, para que las personas disfruten cada vez más los frutos de la renovación, construcción y desarrollo del país”(9).

Al heredar y desarrollar los logros alcanzados en los congresos anteriores, la XIII edición de la magna cita afirmó: “Implementar bien las políticas sociales, garantizar la seguridad y el bienestar social y la seguridad humana, crear cambios radicales en la gestión del desarrollo social, materializar el progreso y la igualdad social, mejorar la calidad de vida y la felicidad de las personas”(10). Por otro lado, los documentos del XIII Congreso Nacional identifican el desarrollo social y su gestión como una de las 12 orientaciones del progreso nacional en el período 2021-2030. En específico, piden: “Intensificar la gestión del desarrollo social y garantizar el progreso y la igualdad social y la sostenibilidad de las políticas sociales, especialmente las referidas a la seguridad y el bienestar sociales, así como la seguridad humana”(11).

Entonces, los avances teóricos del PCV sobre el socialismo y el camino hacia el socialismo durante más de 35 años del proceso de Renovación (Doi moi) constituyen una base importante que orienta las acciones prácticas para que el país alcance grandes logros en todos los ámbitos, entre los cuales se destacan los referidos al desarrollo social y la gestión social. Se trata de la transformación de la perspectiva de centrarse en el desarrollo social unidimensional en una que propugna el progreso sostenible, a partir del cual Nguyen Phu Trong continuó perfeccionando el pensamiento y el sistema teórico y práctico sobre el socialismo y el camino hacia él para construir una nación próspera y feliz.

En la obra “Algunas cuestiones teóricas y prácticas sobre el socialismo y el camino hacia el socialismo en Vietnam”, Nguyen Phu Trong resumió y mejoró las teorías existentes, además de señalar imperfecciones en las políticas sociales para que se continúe la investigación y síntesis práctica. Al mismo tiempo, evaluó que los resultados alcanzados en la implementación de las políticas sociales y la gestión del desarrollo durante los últimos años contribuyeron a materializar la perspectiva de colocar el ser humano en el centro del progreso y no dejar a nadie atrás. Los resultados de la implementación de las políticas sociales contribuyeron de manera importante al desarrollo humano en términos de economía, educación y salud, en beneficio de la felicidad de la población.

El desarrollo hacia el socialismo y por el ser humano brindó a Vietnam cambios radicales, entre ellos la mejora de su Índice de Desarrollo Humano (IDH), que subió de 0,48 en 1990 a 0,71 en 2020. Vietnam salió del grupo medio para figurar entre los “países con alto índice de desarrollo humano”, ubicándose en el lugar 117 del total de 189 naciones calificadas. También ocupó un puesto destacado en el ranking del Índice de Capital Humano, solo superado por Singapur en el Sudeste de Asia.

El desarrollo económico de Vietnam resulta exitoso, mientras la visión del PCV de mejorar constantemente la calidad de vida se tradujo en realidad, lo que fue apreciado por el pueblo y la comunidad internacional.

Vietnam tuvo un punto de partida humilde. El país sufrió una grave crisis socioeconómica, que provocó una amplia escasez de alimentos y productos de primera necesidad. Con más de dos tercios de sus hogares calificados como pobres, Vietnam fue uno de los países más atrasados en el mundo, cuyo ingreso per cápita era de solo unos 100 dólares en los años 1990. En 2020, esa cifra se aproximó a los tres mil 700 dólares, un aumento de 37 veces en tres décadas. La mejora de la calidad de vida en todas partes del país, de todos los grupos y etnias constituye la premisa y la condición fundamental para garantizar la seguridad social y humana, así como el desarrollo humano.

La tasa de pobreza se redujo de más del 70 por ciento en 1990 a 2,23 por ciento en 2021. El ingreso promedio de los hogares pobres se multiplicó por 3,5 veces durante los últimos 10 años. El nivel de vida de los pobres y los residentes en las áreas desfavorecidas mejoró de manera notable. Los pobres con capacidad laboral recibieron apoyo en términos de medios de subsistencia adecuados a sus necesidades, formación profesional, empleo, suministro de conocimientos sobre la producción y negocios y contratación en el extranjero para salir de la pobreza y mejorar sus condiciones económicas. Vietnam es uno de los primeros 30 países en el mundo y el primer asiático en aplicar los estándares de pobreza multidimensional.

Gracias a la especial atención prestada por el PCV y el Estado, las políticas dedicadas a las personas con méritos revolucionarios se implementaron de la mejor manera posible en las actuales condiciones socioeconómicas del país. Se tradujeron en un movimiento de reconocimiento y recompensa que se lleva a cabo de manera amplia, profunda y consistente desde el nivel central hasta el local. El cuidado de las familias de las personas con méritos revolucionarios, inválidos y mártires de guerra atrajo la participación de todo el sistema político. Hasta 2020, el 99,5 por ciento de las familias de personas meritorias disfrutaron de niveles de vida iguales o superiores al promedio de la comunidad donde residían.

Las instituciones del mercado laboral han mejorado gradualmente, convirtiéndose en una medida fundamental para resolver la cuestión del empleo. Las políticas de apoyo a la creación de puestos de trabajo contribuyeron a cumplir el objetivo de activar toda la fuerza laboral y reducir el desempleo. El Gobierno, los ministerios, sectores y localidades desplegaron una serie de programas y medidas para crear puestos de trabajo de manera sincrónica, activa y efectiva. Durante años, se crearon entre un millón 500 mil y un millón 600 mil puestos de trabajo anualmente. La tasa de desocupación general se mantuvo por debajo de 3% y 4% en las áreas urbanas, lo que colocó a Vietnam entre los países con menos desempleo en el mundo. La estructura laboral registró cambios positivos, con la reducción de la tasa de la mano de obra en el sector de la agricultura-silvicultura-acuicultura de 45 por ciento en 2015 a 32 por ciento en 2020.  

Las relaciones de la distribución de los resultados laborales garantizaron la igualdad y crearon un impulso para el desarrollo, pues ese proceso se realizó sobre la base del rendimiento laboral, la eficiencia económica y la contribución de capital y otros recursos, a través de los sistemas de seguridad y bienestar social. El salario y los ingresos se mejoraron, contribuyendo a garantizar las condiciones de vida de los trabajadores. Durante los últimos 10 años, la mensualidad promedio se triplicó, a cuatro millones 200 mil dong vietnamita (unos 171 dólares). La política de salario mínimo se reajusta cada año y hasta el momento, el nivel de salario actual satisface básicamente las necesidades de vida fundamentales, contribuyendo a garantizar los ingresos de los trabajadores.

La conciencia de toda la sociedad y cada persona sobre la formación profesional y su desarrollo mejoró fuertemente. Con un elevado papel en el sistema educativo nacional, la formación profesional alcanzó logros destacados, tales como el aumento estable de los cursantes, las crecientes inversiones en las infraestructuras y la mejora en la calidad de la enseñanza, para satisfacer mejor las demandas del mercado. Los resultados de la formación profesional contribuyeron a elevar  la calidad de los recursos humanos. La tasa de trabajadores formados en 2020 alcanzó el 70,25 por ciento, un incremento de 1,53 veces en comparación con 2012. La proporción de los trabajadores con certificados de cursos de al menos tres meses subió de 15,58 por ciento en 2011 a 26,1 por ciento en 2021.

La política de seguro social se convirtió en el pilar del sistema de seguridad social. Gracias a la cobertura cada vez más amplia del seguro social, la tasa de personas en la edad productiva que participan en este mecanismo aumentó de forma estable durante los años, para alcanzar el 36% en 2021. En la actualidad, más de tres millones 300 mil personas se benefician de pensiones y prestaciones mensuales del seguro social. Especialmente, el desarrollo del seguro voluntario de conformidad con la Resolución 28-NQ/TW, del 23 de mayo de 2018, emitida por el VII pleno del Comité Central del XII mandato sobre las reformas de la política de seguro social abrió la oportunidad para que los agricultores, empleados informales y personas de bajos ingresos participen en el mecanismo. Desde 2019 hasta 2021, atrajo la participación de un millón de personas más, un incremento de cinco veces en comparación con la cifra registrada 10 años atrás. La política de seguro de desempleo prestó asistencia a las personas que pierden su trabajo o cuyo contrato expira, y a las empresas a la hora de cumplir las políticas dedicadas a los empleados cesados, especialmente en medio de las dificultades financieras. Además, estableció la ayuda mutua entre los participantes y entre la comunidad empresarial. El número de participantes en el seguro de desempleo subió de ocho millones 270 mil personas en 2012 a 13 millones 400 mil en 2021, cifra que representó el 30 por ciento de las personas en el rango de edad aplicable.

El enfoque de las prestaciones sociales a las personas en circunstancias precarias se transformó gradualmente, ya no se basa en la perspectiva humanitaria, sino en los derechos y gira en torno al ser humano. Las políticas al respecto cubrieron casi todos los grupos etarios, el 3,5 por ciento de la población y el cien por ciento de los beneficiarios de la protección social recibieron subsidios mensuales. Se ofreció protección y cuidado a los niños, además de crear un entorno seguro para garantizar de forma cabal los derechos de la infancia. Por otro lado, se protegió y promovió el papel de las personas de edad avanzada, mientras se prestó ayuda a los minusválidos en términos de rehabilitación, formación profesional y empleo, para estabilizar y mejorar gradualmente su nivel de vida.

El Índice de desarrollo de género de Vietnam se ubicó en el grupo más alto del total de cinco en el mundo. El papel y la posición de las mujeres se fortalecieron y elevaron tanto en la familia como en la sociedad. La tasa de dirigentes femeninas en los órganos partidistas, gobiernos en todos los niveles, empresas, establecimientos productivos y comerciales aumentó. Las mujeres representaron el 48 por ciento de la fuerza laboral y la mitad de los beneficiarios de la política de formación profesional para trabajadores rurales.

Por otro lado, el perfeccionamiento de políticas, el aumento de la inversión del presupuesto estatal y la renovación de los métodos de implementación posibilitaron un incremento drástico de la cobertura del seguro médico, para que los pobladores participen y se beneficien con mayor facilidad de ese mecanismo. Hasta 2021, 88 millones 800 mil personas, o sea, el 91 por ciento de la población, obtuvieron seguro médico; entre el 96 y el 98 por ciento de los menores de un año fueron vacunados completamente; las tasas de desnutrición y mortalidad infantil disminuyeron casi tres veces; la esperanza de vida promedio creció de los 62 años en 1990 a 74 en 2020. El fortalecimiento de la salud preventiva ayudó a controlar peligrosas epidemias y evitar su propagación masiva, y controlar grandes brotes de la pandemia de COVID-19. El sistema de salud a nivel de base se reforzó -en términos de infraestructuras de establecimientos médicos y hospitales y personal, especialmente en los distritos pobres y comunas desfavorecidas.

La educación y formación se centra cada vez más en las personas, por el desarrollo humano libre e integral. En lugar de la cantidad, ahora se presta mayor atención a la mejora de la calidad y eficiencia. El sistema educativo resulta cada vez más flexible, con una mayor conexión y un intercambio más fácil entre los grados, los niveles y modalidades de educación y formación. Se sobrecumplió el objetivo de la educación universal desde el nivel preescolar (niños de cinco años) hasta el secundario; el 95 por ciento de los adultos son letrados y el 26,1 por ciento de la fuerza laboral obtuvo certificados de formación. El número de escuelas especializadas para pobladores de las etnias minoritarias y comunidades montañosas aumentó, al igual que la cantidad de estudiantes en los internados, seminternados y centros de preparación universitaria para las minorías étnicas. Los programas y políticas de asistencia educativa a estudiantes pobres o procedentes de etnias minoritarias y áreas desfavorecidas se implementaron con eficiencia. Además, se adoptaron medidas para promover los efectos positivos y reducir los negativos del mecanismo de mercado, garantizando la orientación socialista en la educación y formación. Durante el período 2016-2020, se asignó al sector el 20 por ciento de los gastos del presupuesto estatal.

En la obra “Algunas cuestiones teóricas y prácticas sobre el socialismo y el camino hacia el socialismo en Vietnam”, el secretario general Nguyen Phu Trong atribuyó esos logros a los lineamientos y políticas acertados del Partido y el Estado y la superioridad del socialismo en el país; la dirección correcta, integral y directa de los comités partidistas y gobiernos en todos los niveles y la participación activa de la población. Sin embargo, durante el proceso de desarrollo, aún existen defectos e insuficiencias, así como desafíos emergentes, tales como la brecha cada vez mayor entre los ricos y los pobres; los problemas relacionados con la calidad de la educación, la salud y otros servicios públicos; la degradación de aspectos de la cultura y la moral social; la complejización de los crímenes y los fenómenos sociales negativos; la baja calidad del trabajo y del empleo, además del lento desarrollo del mercado laboral; la insostenibilidad de la reducción de la pobreza y las grandes brechas de los niveles de vida entre las regiones y los grupos; la baja cobertura del seguro social en comparación con las potencialidades; y la insuficiencia de la cobertura y los niveles de las prestaciones sociales. La calidad y capacidad de la salud preventiva y los establecimientos de base todavía no satisfacen las demandas del cuidado y la mejora de la salud de la población; mientras la calidad de la educación-formación aún no corresponden con las necesidades del desarrollo.  La reducción de la tasa de desnutrición infantil sigue siendo lenta, y la proporción de la población rural con acceso al agua potable según los estándares nacionales es baja. La cantidad y calidad de viviendas para los trabajadores en los parques industriales, manufactureros y procesadores y las áreas urbanas; así como para empleados migrantes y personas con bajos ingresos siguen limitadas, mientras el sistema de gestión muestra deficiencias.

Para superar los desafíos y eliminar esos  defectos, Nguyen Phu Trong sugirió continuar renovando y mejorando la eficacia y eficiencia en la gestión del desarrollo social, sobre la base de la materialización de los puntos de vista, orientaciones, objetivos y tareas planteados en el XIII Congreso Nacional del PCV. El ser humano debe ser el objetivo y motor del desarrollo, así como el centro de las políticas sociales. Identificar claramente las políticas para cuidar a los pobladores es una tarea estratégica y responsabilidad regular del Partido, el Estado, todo el sistema político, las organizaciones, los individuos y toda la sociedad.

En medio de la integración internacional, la interconexión de las oportunidades y riesgos plantea grandes desafíos. El país se quedará atrás o deberá seguir renovándose para evitar la amenaza de estancarse o caer en la trampa del ingreso medio, así como garantizar el bienestar social y materializar el progreso y la justicia social, teniendo en cuenta el objetivo de alcanzar un desarrollo integral y sostenible que se centra en el ser humano. Para cumplir ese objetivo, resulta indispensable impulsar cambios drásticos en la implementación de las políticas sociales.

En la obra “Algunas cuestiones teóricas y prácticas sobre el socialismo y el camino hacia el socialismo en Vietnam”, el secretario general Nguyen Phu Trong afirmó: “Tanto la teoría como la práctica muestran que construir el socialismo es crear un nuevo tipo de sociedad cualitativamente, que no es en absoluto simple ni fácil. Esta es una gran obra creativa, con muchos desafíos y dificultades; es una obra auto-disciplinada, permanente y orientada a objetivos a largo plazo que no se puede apresurar. Por lo tanto, además de determinar las directrices y lineamientos correctos, asegurando el papel de liderazgo del Partido, se debe promover el rol de la creatividad, el apoyo y la participación activa del pueblo”(12). Para cumplir bien las exigencias del máximo dirigente partidista, hay que fortalecer el liderazgo del PCV, la gestión del Estado y el compromiso de todo el sistema político, desde el nivel central hasta la base. Las tres principales orientaciones para elaborar y materializar las políticas son:

Primero, el Estado refuerza la gestión de la implementación de las políticas sociales compartiendo las responsabilidades con la sociedad y los ciudadanos, garantizando la seguridad, el bienestar social y el asentamiento de la población y preservando la posibilidad de realizar con flexibilidad cambios radicales en cada período en correspondencia con la situación del desarrollo económico para poder adaptarse a los impactos a gran escala de la guerra, las epidemias y los desastres naturales. Hay que continuar renovando las políticas sociales clave, tales como agilizar las reformas salariales para que “la remuneración sea expresada por los precios y valores de la fuerza laboral en el mercado”, incrementar el acceso equitativo de los empleados informales al mercado laboral “formalizando” el empleo de ese grupo y aumentar la calidad de los servicios esenciales de educación y salud. Además, se necesita garantizar el acceso equitativo de todas las personas a los servicios básicos y de vivienda, así como su incorporación a la vida comunitaria en todos los aspectos, desde el político y económico hasta el cultural y social.

Segundo, resulta fundamental renovar de manera sincrónica y radical la mentalidad sobre la implementación de las políticas sociales, incluyendo a las instituciones, el mecanismo de gestión y el rediseño del sistema suministrador de los servicios. Al mismo tiempo, hay que integrar políticas y mecanismos para satisfacer los requisitos de gestión de los servicios sociales en la economía digital y realizar una digitalización amplia e integral en la elaboración e implementación de las políticas sociales. También es necesario seguir renovando el mecanismo proveedor de los servicios públicos según el principio fundamental: El Estado gestiona, regula y supervisa a las partes involucradas en el suministro de estos servicios garantizando los estándares y criterios claros y transparentes de monitoreo y evaluación. Hace falta construir los servicios públicos categorizándolos desde el nivel básico hasta el de alta calidad de acuerdo con las necesidades de los grupos sociales capaces de copagar y sufragarlos.

Tercero, las políticas sociales deben ser proactivas y activas, y atraer una amplia participación de la sociedad. El Estado garantiza los recursos para su implementación y a la vez incentiva la contribución de capitales sociales al proceso. Por lo tanto, el Estado debe elaborar una estrategia financiera apropiada para desplegar un sistema más amplio y complejo de seguridad y bienestar social, además de reconstruir el mecanismo de movilización de los recursos de la sociedad, elevando la responsabilidad y la capacidad de autoseguridad de cada individuo, familia y comunidad.

Al mismo tiempo, hay que continuar cumpliendo las siete tareas clave en la elaboración e implementación de las políticas sociales, en concreto:

Primero, resulta importante implementar las políticas preferenciales para las personas con méritos revolucionarios según los principios de compensación, consagración, contribución, sacrificio y justicia, garantizando que esos individuos y sus familias disfruten de niveles de vida superiores al promedio de la comunidad local.

Segundo, hay que continuar implementando la política de reducción sostenible de la pobreza, siguiendo los estándares multidimensionales para ayudar a las personas a mejorar las condiciones de vida. Además, hace falta integrar las políticas de reducción de la pobreza, sustituyendo las medidas auxiliares directas por la creación de medios sostenibles de subsistencia; reducir las brechas de ingresos, niveles y condiciones de vida; e intensificar el alivio sostenible de la escasez económica para las etnias minoritarias y los pobladores de las áreas montañosas.

Tercero, mejorar la calidad de los recursos humanos mediante la continua renovación de la educación-formación. La educación general debe centrarse en la elevación de los niveles intelectuales, el fortalecimiento de la cultural y la mora,l y la orientación profesional a distancia. La educación universitaria y profesional debe ser abierta y flexible. La formación y reformación de los recursos humanos deben satisfacer las necesidades del mercado laboral y compatibilizarse con las tendencias de desarrollo de la Cuarta Revolución industrial. Además, hace falta reforzar la responsabilidad de las empresas en la formación profesional.

Cuarto, hay que desarrollar un mercado laboral de competencia leal, sincrónico, moderno e integracionista. Resultan cruciales el desarrollo sostenible de los empleos, especialmente para los jóvenes y trabajadores de mediana edad; la construcción de relaciones de producción armónicas, estables y progresistas; y la aplicación de una política salarial basada en la productividad, el respeto y el estímulo a las personas talentosas.

Quinto, hay que construir un sistema de seguro social de múltiples niveles, flexible y moderno, caracterizado por la responsabilidad compartida entre las partes involucradas y la integración internacional. Resulta fundamental incrementar el apoyo estatal para ampliar la cobertura del seguro voluntario, en aras de lograr la participación de toda la población. Además, es necesario extender y mantener la cobertura del seguro médico, mejorar la calidad de la salud preventiva y los establecimientos de base, considerándolos como la base para cuidar la salud de los pobladores.

Sexto, hay que desarrollar las prestaciones sociales más integrales, diversificadas, efectivas y compatibles con el ciclo de vida, con las responsabilidades compartidas entre el Estado, la sociedad y las personas; desarrollar y diversificar los servicios profesionales para que nadie se quede atrás.

Séptimo, resulta esencial implementar con eficiencia los programas de viviendas sociales para proveer suficientes asentamientos que cumplan los estándares mínimos para los pobladores. Además, hay que agilizar la movilización de la participación social en el suministro de viviendas para los migrantes y residentes en las áreas afectadas por desastres naturales y el cambio climático, garantizar el acceso de los pobladores rurales al agua potable y mejorar los servicios informativos en las zonas remotas, de etnias minoritarias, montañosas e insulares./.

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(1) Nguyen Phu Trong: Algunas cuestiones teóricas y prácticas sobre el socialismo y el camino hacia el socialismo en Vietnam, Editorial Política Nacional Su That (La Verdad), Hanoi, 2022, pág. 19
(2) Documentos del XI Congreso Nacional del PCV, Editorial Política Nacional Su That (La Verdad), Hanoi, 2011, pág. 79
(3) Documentos completos del PCV, Editorial Política Nacional, Hanoi, 2007, tomo 51, pág. 47
(4) Documentos completos del PCV, Ibíd., tomo 55, pág. 398
(5) Documentos del X Congreso Nacional, Editorial Política Nacional, Hanoi, 2006, pág. 101
(6) Documentos del XI Congreso Nacional del PCVIbíd., pág. 80
(7), (8) Documentos del XII Congreso Nacional del PCV, Editorial de la Oficina del Comité Central del PCV, Hanoi, 2016, págs. 136, 136-138
(9) Documentos del XII Congreso Nacional del PCV, Ibíd., págs. 134-135
(10), (11) Documentos del XIII Congreso Nacional del PCV, Editorial Política Nacional Su That (La Verdad), tomo I, págs. 47, 147-–148
(12) Nguyen Phu Trong: Algunas cuestiones teóricas y prácticas sobre el socialismo y el camino hacia el socialismo en Vietnam, Ibid, págs. 34-35

Este artículo fue publicado en la Revista Comunista No.1020 (agosto de 2023)