El pensamiento de Ho Chi Minh sobre la felicidad humana y su aplicación en Vietnam en la actualidad
Revista Comunista- El Presidente Ho Chi Minh es un eminente hombre que dedicó toda su vida a la felicidad del pueblo. Su gran trayectoria surgió no sólo de su amor por las personas, sino también de su profunda conciencia de la felicidad humana. El pensamiento del líder sobre la felicidad de los seres humanos demuestra un profundo humanismo, constituye la base teórica de la percepción que tiene el Partido Comunista de Vietnam (PCV) sobre la felicidad del pueblo y sugiere soluciones prácticas para materializar ese ideal en la vida del país hoy día.
El pensamiento de Ho Chi Minh sobre la felicidad humana
La búsqueda de la felicidad es un continuo deseo humano. Ese estado de ánimo puede abordarse desde muchos ángulos diferentes, especialmente desde una dimensión filosófica. El marxismo-leninismo, con su método materialista dialéctico e histórico, encendió una “revolución” en el concepto de felicidad. En primer lugar, la filosofía marxista se opone a las visiones místicas e idealistas de la religión sobre esa emoción y sustenta que el ser humano necesita ser feliz en la realidad. En el contexto de una sociedad capitalista llena de injusticia, “La felicidad es la lucha”: Se trata de la lucha contra la opresión nacional y las diferencias de clase, contra el mal y la contracultura para construir una sociedad comunista en la cual el libre desarrollo de cada persona sea la condición para el libre desarrollo de todos. En contraste con la opinión de que la felicidad es “recibir” y disfrutar individualmente, Karl Marx dijo que la persona que trae felicidad a la mayoría es la más feliz. Ese concepto se convirtió en su filosofía de vida: “Si en la vida hemos escogido la posición desde la cual podemos trabajar más por la humanidad, ninguna carga nos puede doblegar, porque son sacrificios en beneficio de todos; entonces experimentaremos una no pequeña, limitada, egoísta alegría, pero nuestra felicidad pertenecerá a millones”(1). Las opiniones correctas del marxismo-leninismo impactaron significativamente en la cosmovisión del Presidente Ho Chi Minh, su visión de la vida en general y su percepción de la felicidad en particular. Los puntos de vista más destacados en su pensamiento sobre la felicidad se resumen en algunos de los argumentos siguientes:
En primer lugar, las personas sólo pueden ser felices cuando la nación es independiente y libre.
Nacido en un periodo de ocupación extranjera, el Presidente Ho Chi Minh comprendía la tragedia del destino de los pobladores de un país esclavizado. La colonización de Francia en Indochina se oponía totalmente a la bandera de “libertad, igualdad, fraternidad” de la revolución burguesa francesa. Con todo su dolor e indignación, en una carta abierta al ministro francés de Colonias, Albert Sarraut, Nguyen Ai Quoc (un seudónimo del Presidente Ho Chi Minh) condenó sarcásticamente: “Bajo vuestro proconsulado, el pueblo anamita ha conocido la verdadera prosperidad y la verdadera felicidad, la felicidad de ver su país sembrado por todas partes de un número cada vez mayor de tiendas de licores y de opio que, junto con los fusilamientos masivos, las cárceles, la ‘democracia’ y todos los aparatos perfeccionados de la civilización moderna, se combinan para hacer de los anamitas el más avanzado de los asiáticos y el más feliz de los mortales”(2). Al vivir bajo ese régimen extremadamente reaccionario, los pueblos de los países coloniales tuvieron que soportar innumerables sufrimientos, por lo que su único e inevitable camino era luchar contra el imperialismo y establecer países independientes. La Revolución de Agosto de 1945 ayudó a renacer al pueblo vietnamita, pero los enemigos imperialistas todavía albergaban la ambición de oprimir y obligar a los vietnamitas a la esclavitud. Con el pensamiento de que la felicidad de cada habitante es inseparable de la independencia nacional, cuando los colonialistas franceses “decidieron volver a invadir a nuestro país”, el Presidente Ho Chi Minh declaró: “Aunque tengamos que perdurar durante cinco años, 10 años o más, estamos decididos a resistir hasta la victoria final para preservar la unidad y la independencia de la Patria, y luchar por la libertad y la felicidad del pueblo”(3). Cuando los imperialistas estadounidenses planeaban utilizar la fuerza física para destruir el espíritu de lucha del pueblo vietnamita, el prócer de la independencia nacional arrojó luz sobre la verdad de la época: “No hay nada más precioso que la independencia y la libertad”. Siguiendo su llamamiento, los pobladores vietnamitas se entregaron voluntariamente, con la disposición de sacrificarse y luchar resueltamente por proteger la felicidad de un pueblo libre.
En segundo lugar, las personas sólo pueden ser verdaderamente felices bajo el socialismo.
Desde la perspectiva de la clase obrera, el Presidente Ho Chi Minh sostuvo: La felicidad es ante todo la felicidad de los trabajadores. En su obra El camino revolucionario (1927), afirmó: “Cuando sacrificamos nuestras vidas por la revolución, debemos conducirla al éxito, lo que significa que el poder debe otorgarse a una mayoría de personas, no a una minoría. Esto nos impide hacer múltiples sacrificios y, por lo tanto, la gente puede vivir una vida feliz” (4). Según el extinto dirigente, sólo el comunismo puede salvar a la humanidad de la miseria, brindar a todos libertad, igualdad, fraternidad, solidaridad y bienestar, sin discriminación de raza u origen. Desde un profundo conocimiento sobre las características de las formas sociales contemporáneas, el Presidente Ho Chi Minh señaló: “No existe régimen que respete al hombre, que tome en consideración los intereses personales acertados y garantice su satisfacción como régimen socialista y comunista”(5). El socialismo es un escalón de desarrollo superior que el del capitalismo en todos los aspectos, pues brinda independencia, libertad y felicidad verdadera a los seres humanos. Por tal motivo, el líder de la Revolución vietnamita abordó el socialismo desde la perspectiva y la superioridad de un nuevo régimen que busca ayudar a los trabajadores a salir de la pobreza, tener empleo, alimentos y abrigo y llevar una vida feliz. Llegó a la siguiente conclusión: “En resumen, el socialismo es cuando la sociedad progresa constantemente, los bienes materiales aumentan, la vida espiritual se mejora”(6).
En tercer lugar, la felicidad del pueblo es la responsabilidad del Partido y el Estado.
El Presidente Ho Chi Minh dijo que si un país es independiente pero su gente no disfruta de la felicidad y la libertad, entonces esa independencia no tiene significado. La felicidad siempre comprende la satisfacción de disfrutar de valores materiales y espirituales dignos, de ser dueño de la sociedad y de uno mismo. El líder también entendió que el pueblo sólo conoce el valor de la libertad y la independencia cuando está bien alimentado y abrigado. Por esa razón, cuando el Presidente Ho Chi Minh, en nombre del Gobierno, declaró que “todo trabajo del Gobierno debe apuntar a un único objetivo, que es buscar la libertad y la felicidad para todos”(7), era inevitable que el Gobierno asumiera la responsabilidad de mejorar la calidad de vida de la población, elevar sus conocimientos y asegurar sus derechos civiles; sobre todo, garantizar que los ciudadanos tengan comida, ropa, vivienda y educación es la misión más urgente. La satisfacción con el sistema político también trae felicidad al pueblo, por lo que el Presidente Ho Chi Minh exigió a las agencias gubernamentales que sirvieran con toda su devoción a los ciudadanos. Siempre teniendo presente que la felicidad del pueblo es el único ideal del PCV, en su sagrado Testamento exhortó a que el Partido debiera adoptar un plan efectivo para desarrollar la economía y la cultura, en pos de mejorar constantemente la calidad de vida de los pobladores.
En cuarto lugar, todo el pueblo debe aunarse y esforzarse por su felicidad, y los funcionarios deben saber sacrificarse por ese bien.
El Presidente Ho Chi Minh subrayó la importancia de apoyarse en el pueblo para traerle felicidad y construir el socialismo, porque la revolución es la causa del pueblo. Al referirse a la necesidad de reunir la fuerza del pueblo, el Tío Ho, como lo llaman cariñosamente, aludió a la siguiente imagen: “Cada pequeña gota de agua se filtra en la tierra, fluye en una misma dirección para convertirse en arroyos y ríos. Innumerables pequeñas gotas se reúnen para formar el océano”(9). Si cada ciudadano aporta voluntariamente un beneficio al país, “muchos pequeños beneficios sumarán grandes beneficios”, y de ese modo, el país definitivamente prosperará y la gente será feliz. La felicidad aquí no es sólo el disfrute, sino también la satisfacción de las personas de crear sus propias vidas, porque quien sólo espera la felicidad “que caiga del cielo” no la merece y, de hecho, no puede alcanzar ese estado de ánimo.
Cuando el PCV se convirtió en el partido gobernante, el Presidente Ho Chi Minh fue muy insistente en educar la ética revolucionaria del contingente de funcionarios y militantes, porque si esas personas muestran degradación, privarán de los beneficios y la felicidad al pueblo. Dijo claramente: “Por la felicidad del pueblo, por el interés del país, debo hablar. Debemos guardar las palabras ‘justicia y rectitud’ en lo más profundo de nuestro corazón”(10). Al pedir a los funcionarios y militantes que practiquen la virtud del sacrificio para servir al pueblo, afirmó que el sacrificio por la Patria y por el pueblo es una gran felicidad; por ende, “cuando sabemos que debemos sacrificarnos, lo haremos felices y poco a poco no vamos a considerarlo un sacrificio... nos dedicamos al país y al pueblo, un desvelo muy valioso, por lo que cuanto más modesto es el material, más feliz es el espíritu”(11).
El pensamiento del Presidente Ho Chi Minh sobre la felicidad es muy profundo, no sólo se basa en puntos de vista científicos y humanistas, sino que también está avalado por su vida entera de sacrificio. Habló de su propia responsabilidad hacia el pueblo: “Mis compatriotas me han confiado la tarea de velar por el destino de la nación, por el amor y la confianza que me tienen. Mi deber es como el de un timonel que debe dirigir con seguridad el barco -la Patria- a través de las tormentas y llevar a la gente a las orillas de la felicidad.”(12). Por su vida de lucha y sacrificio total en pos de ese fin, el Tío Ho vive eternamente en el corazón del pueblo vietnamita.
Cuidar la felicidad del pueblo vietnamita en el período actual según el pensamiento de Ho Chi Minh
Basado en la aplicación y el desarrollo creativo del pensamiento de Ho Chi Minh, cada Congreso Nacional del Partido durante el período de renovación nacional integral (desde 1986) constituye un “eslabón” en el progreso cognitivo del PCV sobre la felicidad del pueblo. El VI Congreso Nacional del Partido (1986) destacó que la Renovación se llevaría a cabo con el espíritu de “Todos por la Patria socialista, por la felicidad del pueblo”. Ante el colapso del socialismo en la Unión Soviética y los países de Europa del Este, el PCV persistió en su orientación socialista, porque está claro que “sólo el socialismo puede traer bienestar y felicidad al pueblo”(13). Promoviendo el valor de la felicidad, la Plataforma para la construcción nacional en el período de transición al socialismo (1991) y la Plataforma para la construcción nacional en el período de transición al socialismo (complementada y desarrollada en 2011) determinaron que la sociedad socialista que el pueblo vietnamita construye es una en la que las personas tienen una vida próspera, libre, feliz y condiciones para el desarrollo personal integral. El Partido no sólo enfatiza la responsabilidad de los pobladores en la lucha por su propia felicidad, sino que también toma la satisfacción de la población como una medida de la moralidad de los militantes, al afirmar: “Las cualidades nobles de un comunista son... luchar toda la vida por los ideales revolucionarios, por la independencia de la Patria y por la vida próspera, libre y feliz del pueblo, incluida la suya propia y de su familia”(14).
El XIII Congreso Nacional del PCV (2021) concluyó que “identificar la felicidad y la prosperidad del pueblo como objetivo por alcanzar” es una lección valiosa. Aseveró que “despertar el espíritu, la voluntad y la determinación de desarrollar un país próspero y feliz” constituye un gran motor impulsor para el desarrollo nacional; al mismo tiempo, apuntó que “mejorar la calidad de vida y el índice de felicidad del pueblo vietnamita” es una tarea clave.
Sin embargo, la garantía de la felicidad del pueblo está tropezando con numerosos obstáculos y dificultades en la actualidad. En el mundo, el peligro de las armas nucleares, los conflictos armados, las epidemias y el cambio climático son amenazas para la vida, la salud y la producción de toda la humanidad. En el plano interno, la contaminación ambiental, el deterioro de la ética y el estilo de vida de algunos cuadros y militantes, las deficiencias en resolver muchas cuestiones sociales en algunos lugares, la degradación de la cultura y la moral, el aumento de la brecha entre ricos y pobres, los vicios sociales y la delincuencia, etc. también obstaculizan a las personas el acceso a la felicidad.
En contraste con esa insuficiencia está la creciente demanda de felicidad de la gente y la tendencia a promover la felicidad humana. En 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) designó el 20 de marzo (el único día en el que el sol cruza el ecuador, y el día y la noche tienen la misma duración) como el Día Internacional de la Felicidad, transmitiendo el mensaje: La búsqueda de la felicidad es una meta fundamental del ser humano; la felicidad y la prosperidad son aspiraciones universales en la vida humana, y es importante su inclusión en las políticas de gobierno; se necesita un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado del crecimiento económico para promover el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la felicidad y el bienestar de todos los pueblos.
Vietnam es uno de los casi 200 países comprometidos a responder al Día Internacional de la Felicidad. El 26 de diciembre de 2013, el Primer Ministro emitió la Decisión No. 2589/QD-TTg por la cual se aprueba el plan de organización de actividades en el Día Internacional de la Felicidad cada 20 de marzo. Debido a que el país atravesó un prolongado período de guerra feroz y una etapa difícil de subsidios, el deseo de felicidad y prosperidad del pueblo vietnamita es muy fuerte. Por lo tanto, la responsabilidad del Partido y el Estado de materializar esa meta se vuelve aún más urgente.
Soluciones para continuar garantizando la felicidad del pueblo
Primero, hay que sensibilizar sobre la felicidad del pueblo tanto al Partido y al Estado como a los mismos pobladores.
La felicidad es el punto de encuentro entre las condiciones objetivas y las sensaciones subjetivas. Objetivamente, la felicidad son buenos valores materiales y espirituales que el país y la comunidad social deben crear para garantizar una vida pacífica y plena de los ciudadanos. Subjetivamente, es un estado de ánimo, que expresa la satisfacción del sujeto con el contexto, las condiciones naturales, la sociedad, la familia y consigo mismo. Por tal razón, para hacer realidad la aspiración a la felicidad, es necesario despertar la conciencia en ese sentido tanto de las fuerzas de liderazgo y gestión del país como del pueblo.
Al heredar la perspectiva del Presidente Ho Chi Minh sobre la responsabilidad de servir al pueblo, los cuadros y militantes no sólo deben reconocer la importancia de la felicidad de la población como el motor impulsor y el objetivo de la Revolución, sino que también deben estar imbuidos de la verdad: La persona que más se consagra, será la más feliz. El secretario general del PCV, Nguyen Phu Trong, concluyó que: “La felicidad humana no está sólo en tener mucho dinero, muchas posesiones, comer y vestir bien, sino también en la riqueza del alma, vivir entre el amor y los sentimientos humanitarios, la razón y la justicia”(15). Si los funcionarios y miembros del Partido saben superar su “ego” para dedicarse al pueblo y la Patria, serán felices, porque el monumento más sólido radica en el corazón del pueblo.
Para los pobladores, la felicidad depende no sólo de factores “externos”, sino también de los “internos”, que son su alma y su capacidad de percibir la emoción. Quien piensa que no puede ser feliz, se privará de la oportunidad de serlo. Por el contrario, una persona será feliz y vivirá en paz si ve la felicidad no sólo como un destino, sino como un proceso para llegar a esa meta; la felicidad es compartir, amar, saber lo que es “suficiente”, saber controlarse, dominar las circunstancias, ser tolerante con los demás y consigo mismo, considerar las dificultades como una parte inevitable de la vida. Por tal motivo, educar a los funcionarios, militantes y el pueblo sobre los valores acertados de la vida y despertar en cada persona el deseo de contribuir es una noble responsabilidad del Partido y el Estado.
Segundo, es preciso perfeccionar las instituciones y mecanismos de derechos humanos para mejorar el índice de felicidad del pueblo.
Una persona feliz debe ser libre y sentirse segura, con sus derechos plenamente estipulados en la Constitución y las leyes y ejercidos en la práctica. Tras el desempeño como miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en el período 2014-2016, Vietnam volvió a asumir ese cargo para el mandato 2023-2025, lo cual demuestra los esfuerzos del Estado por ampliar y garantizar los derechos humanos y civiles. Además, para que el pueblo pueda disfrutar plenamente de sus derechos legales y legítimos según lo prescrito en la Constitución, el Estado debe adoptar un plan legislativo a largo plazo para su materialización.
En el mundo moderno, la felicidad no es sólo un simple sentimiento, sino que ha ganado cada vez más cuantificación. Varias organizaciones internacionales y extranjeras han propuesto escalas básicas para medir la felicidad, como el Índice de Felicidad (HI, por sus siglas en inglés), el Índice del Planeta Feliz (HPI) y el Informe Global de Felicidad (WHR)... En la tendencia general, Vietnam ha experimentado con la construcción del Índice Nacional de Felicidad (Vietnam’s National Happiness Index, abreviado como VNHI), que se calcula sobre la base de cuatro grupos de criterios en economía, asuntos sociales, medio ambiente y eficiencia de la gobernanza y administración pública.
Tercero, se ha de continuar promoviendo el desarrollo económico para mejorar los niveles de vida del pueblo.
La realidad ha demostrado que ser rico no necesariamente significa felicidad, pero que en un país pobre la gente tampoco puede vivir alegre; el crecimiento económico es siempre la condición “original” para que los ciudadanos tengan bienestar y felicidad. En Vietnam, al llevar a cabo la causa de la Renovación, el PCV ha determinado la renovación económica como un enfoque. Con el deseo de que el pueblo sea próspero, feliz y que la nación sea rica, los documentos del XIII Congreso Nacional del Partido establecen el objetivo de transformar a Vietnam en un “país desarrollado y de altos ingresos” para 2045. Para cumplimentar esa meta, Vietnam debe completar rápidamente la empresa de industrialización y modernización del país, aumentar la inversión en la ciencia, tecnología, educación y protección del medio ambiente en aras de garantizar ambos criterios de la estrategia de desarrollo económico de ser “rápido” y “sostenible”.
Cuarto, resulta necesario continuar promoviendo la democracia y mejorando la calidad de los servicios públicos.
Dado que la democracia es a la vez un motor impulsor del desarrollo y una condición de la felicidad, el XIII Congreso Nacional del Partido añadió un contenido nuevo e importante sobre el disfrute del pueblo, para formular el lema “El pueblo sabe, el pueblo discute, el pueblo hace, el pueblo comprueba, el pueblo supervisa y el pueblo disfruta”(16). La promoción de dicho factor contribuye a “liberar” los infinitos recursos entre los habitantes, promoviendo el fuerte desarrollo nacional para que puedan seguir disfrutando y consagrándose.
La felicidad del pueblo siempre incluye la satisfacción con el sistema sociopolítico, especialmente la calidad de los servicios públicos. Por tal motivo, hay que centrarse en mejorar la gobernanza nacional, la transparencia del aparato público y la ética de los funcionarios. La construcción de un gobierno electrónico para mejorar la transparencia de la administración pública y evitar las opiniones negativas de las personas también es una tarea urgente.
Quinto, es imperativo promover el progreso y la justicia social, garantizar la seguridad humana y el bienestar social.
La injusticia es la fuente del conflicto social y crea una amenaza a la estabilidad del país. Durante la Renovación, el PCV se ha vuelto cada vez más consciente de la estrecha relación entre los objetivos de crecimiento económico y de progreso y justicia social. Asimismo, el Estado debe adoptar políticas apropiadas para controlar la estratificación social, continuar implementando la estrategia sostenible de “erradicación del hambre y reducción de la pobreza”, reformar los salarios y aumentar los subsidios para los beneficiarios de las políticas sociales.
Es necesario prestar atención a la cuestión de la seguridad humana, porque el ser humano no puede ser feliz si siempre se siente inseguro por los males sociales, la inseguridad alimentaria, la inseguridad del tráfico o el riesgo de epidemias y desastres naturales... En el contexto que el mundo se enfrenta a un nuevo fenómeno llamado “refugiados ambientales” y Vietnam es un país fuertemente afectado por el cambio climático, el Estado debe contar con planes y recursos de respuesta efectiva, pues se trata de grandes problemas que la gente no puede resolver por sí sola y el Estado debe cumplir con su responsabilidad de proteger a sus ciudadanos.
Cuando diferentes estratos de la población y grupos sociales tienen diferentes condiciones de vida, para realzar el lema de “no dejar a nadie atrás” y garantizar que todas las personas puedan disfrutar de los frutos de la Renovación, el Estado tiene que construir un sistema de bienestar social de múltiples niveles, con el fin de ayudar a los pobladores a minimizar los riesgos e incentivarlos a compartir las dificultades y apoyarse mutuamente; adoptar políticas más prácticas para mejorar la salud y la estatura del pueblo vietnamita; además de exigir al sistema de salud identificar el servicio al pueblo como el objetivo fundamental./.
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(1) K. Marx y F. Engels: Obras completas, Editorial Política Nacional, Hanoi, 1994, vol. 40, pág. 18
(2) Ho Chi Minh: Obras completas, Editorial Política Nacional Su That (La Verdad), Hanoi, 2011, vol. 1, pág. 109
(3) Ho Chi Minh: Obras completas, Ibíd., vol. 5, pág. 602
(4) Ho Chi Minh: Obras completas, Ibíd., vol. 2, pág. 292
(5) Ho Chi Minh: Obras completas, Ibíd., vol. 11, pág. 610
(6) Ho Chi Minh: Obras completas, Ibíd., vol. 13, pág. 438
(7) Ho Chi Minh: Obras completas, Ibíd., vol. 4, pág. 21
(8) Ho Chi Minh: Obras completas, Ibíd., vol. 14, pág. 311
(9) Ho Chi Minh: Obras completas, Ibíd., vol. 15, pág. 663
(10) Ho Chi Minh: Obras completas, Ibíd., vol. 4, pág. 66
(11) Ho Chi Minh: Obras completas, Ibíd., vol. 5, pág. 176
(12) Ho Chi Minh: Obras completas, Ibíd., vol. 4, pág. 191
(13) Documentos completos del Partido Comunista de Vietnam, Editorial Política Nacional, Hanoi, 2006, vol. 49, pág. 764
(14) Documentos completos del Partido Comunista de Vietnam, Editorial Política Nacional, Hanoi, 2007, vol. 54, pág. 142
(15) Nguyen Phu Trong: Algunas cuestiones teóricas y prácticas sobre el socialismo y el camino hacia el socialismo en Vietnam, Editorial Política Nacional Su That (La Verdad), Hanoi, 2022, pág. 159
(16) Documentos del XIII Congreso Nacional del Partido Comunista de Vietnam, Editorial Política Nacional Su That (La Verdad), Hanoi, 2021, tomo II, pág. 249
Este artículo fue publicado en la Revista Comunista No. 1036 (abril de 2024)