Mensaje del Embajador Orlando Hernández Guillén en ocasión del 69 aniversario del Asalto al Cuartel Moncada
Queridos amigos:
Hoy, conmemoramos el aniversario 69 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en Cuba. El 26 de julio de 1953, jóvenes rebeldes asaltaron la Historia de un país mancillado para liberarlo del yugo neocolonial, convencidos de que el "pueblo que se somete, perece".
Nadie imaginó aquella mañana de la Santa Ana, las consecuencias futuras de la heroica acción, protagonizada por la Generación del Centenario, valientes y dignos cubanos que, a 100 años del nacimiento de José Martí, guiados por el indiscutible liderazgo del joven Fidel Castro, se rehusaron a dejar morir al Apóstol, rebelándose "con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro".
La acción del Moncada no obtuvo los resultados previstos en la planificación original, sin embargo, como dijera posteriormente el propio Fidel, "el Moncada nos enseñó a convertir los reveses en victorias, y entendimos que ese episodio por doloroso, no era el fin, sino el comienzo de una lucha que llevaría al nuestro pueblo a la conquista de su definitiva independencia, como lo había soñado Martí".
Aquella acción marcó un hito decisivo en el largo batallar de nuestro pueblo por su plena y definitiva independencia, llamada -necesariamente- por su proyección y significado, a constituirse en ejemplo para los países de América Latina.
Abrió otra página en la historia de Cuba: la de la acción armada como forma principal de lucha frente a la sangrienta tiranía de Fulgencio Batista y contra las cadenas imperiales impuestas desde principios del siglo XX por Estados Unidos y sus monopolios explotadores a la nación cubana.
La acción de las armas sustentaba en un programa de orientación progresista en el que se concretaba las más importantes aspiraciones de transformación socio-económico y políticos posibles en la coyuntura nacional de entonces. Acción y programa respondían al previo análisis marxista-leninista de las condiciones objetivas y subjetivas prevalecientes. Estas condiciones maduraron extraordinariamente a partir del golpe de Estado pro imperialista que tuvo lugar el 10 de marzo de 1952 con el fin de impedir que un partido mayoritario, de orientación reformista, llegase al poder a través de un proceso electoral, convocado en los marcos de la llamada “democracia representativa”, que el propio régimen burgués dependiente de Estados Unidos no respetó.
La profunda convicción y la fe en las ideas que animaron el glorioso acontecimiento se impusieron y el Moncada se convirtió en antecedente y valiosa experiencia de dos hechos ulteriores decisivos: la expedición del Granma y la lucha guerrillera en las montañas, que sería la forma fundamental de la acción revolucionaria, y que contaría con el firme apoyo del movimiento clandestino que abarcaría todo el país.
Ho Chi Minh escribió unas palabras inmortales: "Nada hay más precioso que la independencia y que la libertad". Y por ese objetivo tan hermoso lucharon infatigablemente los cubanos durante esos años. Las ideas de José Martí, de profunda incidencia en la formación política y moral de muchas generaciones de cubanos fueron particularmente reivindicadas por los asaltantes, en cuyo quehacer revolucionario tuvo influencia cardinal el legado de quien fuera el más alto exponente del pensamiento revolucionario que guió a laa la independencia nacional.
A los cinco años, cinco meses y cinco días de la acción del Moncada se logró el derrocamiento de la tiranía tras un accidentado camino en el que fueron de capital utilidad las experiencias obtenidas de la primera acción revolucionaria. Aquella acción no significó el triunfo de la Revolución en ese instante, pero señaló la vía y proporcionó el programa de liberación nacional que abriría las puertas del socialismo a nuestra Patria.
Por ello, al evocar aquel hecho con la perspectiva que nos proporciona las casi siete décadas transcurridas desde que un decisivo grupo de jóvenes asaltaran la segunda fortaleza de la nación, no podemos menos que compararlo a la heroica gesta protagonizada por el pueblo vietnamita, frente al más poderoso de los enemigos, con la convicción plena de la segura victoria final.
Al celebrar el aniversario 69 de la gesta heroica del Moncada, cobra total vigencia las palabras del Comandante en la inauguración del IV Congreso del Partido Comunista de Cuba, efectuada en el teatro "Heredia", de Santiago de Cuba, el 10 de octubre de 1991:
"La única que puede resolver los problemas de este país, definitivamente, a mediano o a largo plazo, es la Revolución, y eso no tiene alternativa; somos nosotros y eso no tiene alternativa, y somos nosotros con nuestro trabajo, con nuestra lucha, con nuestro esfuerzo, combatiendo todo lo que haya que combatir".
Estimados compañeros:
Hoy seguimos asediados por un bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos de América, que representa el sistema de sanciones unilaterales más injusto, severo y prolongado que se ha aplicado contra país alguno. En los últimos tiempos, el recrudecimiento del bloqueo ha continuado siendo el eje central de la política del gobierno de los Estados Unidos hacia Cuba, con efectos cada vez más notables en su aplicación extraterritorial con un notable impacto en las actividades económicas, lo cual entorpece el desarrollo sostenible que cualquier país tiene derecho a construir de manera soberana.
A pesar de ello, bajo la premisa de avanzar por nuestros propios esfuerzos, la Revolución Cubana continúa implementando y desarrollando nuevas normativas que se atemperen a la realidad socioeconómica actual de nuestro país. Cuba mantiene el desarrollo en el área de la biotecnología que se ha convertido en uno de los baluartes más avanzados y especializados de nuestro desarrollo. Gracias al desarrollo de ese sector, un país subdesarrollado y bloqueado como Cuba logró inmunizar a su población en tiempo récord contra la Covid-19, con vacunas propias, de sobrada calidad y prestigio global.
Se registran pasos importantes en el sector de las inversiones, el turismo y la construcción, al tiempo que se continúan implementando medidas en el sector agrícola para lograr la sostenibilidad y seguridad alimentaria que nos permita una mayor soberanía a partir de la producción interna.
En tal sentido, Cuba cuenta con el invaluable apoyo de Vietnam. Las relaciones entre ambos países son una expresión genuina y un referente del tipo de relaciones bilaterales de solidaridad y hermandad que deben imperar en el mundo de hoy, en medio de crisis y guerras. Agradecemos inmensamente el apoyo constante del Partido, el Estado y el pueblo vietnamitas. Tengo la profunda convicción de que, con el mismo espíritu del Moncada, los dos países saldrán victoriosos en todas las batallas que libren.
Queridos amigos:
A los amigos vietnamitas reiterarles que los cubanos honramos y honraremos el legado de amistad imperecedera cimentada por Fidel y Ho Chi Minh.
¡Viva la amistad eterna entre Vietnam y Cuba!