Revista Comunista - La guerra de resistencia contra el imperialismo estadounidense para la salvación del país es “una de las páginas más heroicas de la historia nacional, un acontecimiento de talla internacional y profunda trascendencia contemporánea”(1), que contribuyó en gran medida a crear “una historia dorada de la nación" en la era Ho Chi Minh. Esa gran hazaña, lograda bajo el liderazgo del Partido Comunista de Vietnam (PCV), dejó muchas lecciones valiosas para la causa de construcción y salvaguarda de la Patria.

El Partido dirigió con éxito la guerra de resistencia contra el imperialismo estadounidense para la salvación nacional

El Presidente Ho Chi Minh declaró: “Con el liderazgo del Partido, la Revolución y la resistencia triunfarán, y la construcción nacional tendrá éxito”(2); “Solo cuando el Partido es fuerte la Revolución puede triunfar, así como el timonel debe ser firme para que el barco navegue”(3). El pensamiento del Presidente Ho Chi Minh dejó claro que, para dirigir con éxito, el Partido debe contar con una línea política correcta, una organización sólida y un equipo de cuadros estrechamente vinculado con el pueblo; el Partido no puede existir si no parte del pueblo, no trabaja por el pueblo y no se apoya en el pueblo. Desde los movimientos revolucionarios de 1930-1931 y 1936-1939, la Revolución de Agosto de 1945, la victoria de Dien Bien Phu en 1954, la Gran Victoria de la Primavera de 1975, hasta los grandes logros de significado histórico alcanzados durante los 40 años de la causa de renovación (Đổi Mới), todos llevan la profunda huella de la dirección acertada y lúcida del Partido.

Escuchando las enseñanzas del Tío Ho _Fuente: tapchimythuat.vn

La guerra de resistencia contra el imperialismo estadounidense para la salvación nacional, que culminó con la histórica Campaña Ho Chi Minh, abrió una era de independencia, libertad y socialismo para el pueblo vietnamita. El triunfo cristalizó el poder invencible del espíritu de gran unidad nacional y la voluntad indomable de una nación valiente, siendo un resultado evidente del liderazgo correcto, firme, flexible y creativo del PCV. La lucha fue un testimonio brillante del temple, la sabiduría y la grandeza del Partido, que puso de relieve su liderazgo absoluto, integral y sabio, al tiempo que demostró su excelente visión estratégica y promovió plenamente su arte de dirección en todos los ámbitos: político, militar, diplomático, ideológico y de organización de fuerzas, combinando la fuerza nacional con el poder de la época...

A lo largo del proceso revolucionario, particularmente en la guerra de resistencia contra el imperialismo estadounidense para la salvación nacional, el PCV demostró una visión de largo alcance y un pensamiento estratégico sobre la situación general, a partir de lo cual elaboró de manera proactiva una línea revolucionaria acertada y organizó su aplicación de forma adecuada a las condiciones concretas y al desarrollo de la revolución vietnamita.

Cuando el Ejército y el pueblo vietnamitas ganaron la iniciativa en la guerra de resistencia contra los colonialistas franceses, los imperialistas estadounidenses brindaron ayuda a estos últimos e intervinieron cada vez más profundamente en el frente de Indochina. El PCV logró identificar sus conspiraciones y artimañas. En febrero de 1954, el Buró Político predijo que los imperialistas estadounidenses se encaminaban hacia una flagrante intervención directa en la guerra de Indochina(4). Después de la victoria de Dien Bien Phu que “resonó en los cinco continentes y sacudió el mundo”, durante el proceso de negociación de los Acuerdos de Ginebra en 1954, el Partido continuó reconociendo que, en el nuevo período, los imperialistas estadounidenses se estaban convirtiendo en el enemigo principal y directo del pueblo de Indochina(5). Luego de los Acuerdos de Ginebra en 1954, Vietnam fue temporalmente dividido en dos regiones. En el séptimo Pleno del Comité Central del Partido del II mandato (marzo de 1955), la organización política determinó el lineamiento revolucionario para la nueva etapa: Consolidar el Norte, mantener y promover la lucha política del pueblo del Sur, en aras de reforzar la paz, lograr la reunificación nacional y completar la independencia y la democracia en todo el país(6).

Mientras el Norte logró la independencia y avanzó a la construcción del socialismo; el Sur, donde Estados Unidos había desplazado a los colonialistas franceses y establecido el régimen títere de Ngo Dinh Diem, se transformó en una neocolonia, con el propósito de dividir Vietnam de manera duradera. La Resolución del XV Pleno del Comité Central del Partido del II mandato (julio de 1959) estableció dos tareas estratégicas de la Revolución vietnamita: la revolución socialista en el Norte y la revolución democrática nacional popular en el Sur. “Estas dos tareas estratégicas, aunque de naturaleza diferente, están orgánicamente relacionadas, se llevan a cabo en paralelo, se influyen profundamente y se apoyan firmemente, con el objetivo común de mantener la paz, lograr la reunificación nacional y crear condiciones favorables para llevar a todo Vietnam al socialismo”(7). La conferencia delineó una línea política correcta y urgente: combinar la lucha armada con la del frente político en el Sur; esto fue un punto de inflexión estratégico para el vigoroso movimiento de lucha en la región meridional, que comenzó con la operación de Dong Khoi en 1959-1960, lo que demostró el tino y perspicacia estratégica y táctica del Partido.

Hasta el III Congreso Nacional (1960), la visión, la determinación y el liderazgo del Partido en la guerra de resistencia contra el imperialismo estadounidense quedaron claramente demostrados: “Vietnam es uno, el pueblo vietnamita es uno. Nuestro país se reunificará seguramente sobre la base de la independencia y la democracia, nuestro pueblo se reunirá definitivamente en paz, libertad y felicidad. Los ríos pueden secarse, las montañas pueden erosionarse, pero la voluntad de reunificar la Patria de todo el pueblo nunca flaqueará, y al final, sin duda, venceremos”(8). El Partido definió claramente dos tareas estratégicas de la Revolución: construir el socialismo en el Norte y liberar el Sur para avanzar hacia la reunificación nacional. En 1960, nació el Frente Nacional para la Liberación de Vietnam del Sur, abriendo una nueva etapa que impulsó la Revolución en el Sur, tanto en posición como en fuerza.

El III Congreso Nacional del Partido marcó un avance en el pensamiento, la conciencia y el liderazgo de la organización política en la Revolución vietnamita, un proceso lleno de dificultades y sacrificios. El Partido continuó enarbolando la bandera de la independencia y el socialismo, combinando eficazmente la fuerza nacional con la de la época. Despertó el poder invencible de la gran unidad nacional y el espíritu patriótico, que se manifestó como una “gran ola” con una fuerza colosal de voluntad, determinación y acción de todo el Partido, el pueblo y el Ejército, “hundiendo” al imperialismo invasor y a sus lacayos. Por un lado, el Partido lideró la Revolución con determinación y perseverancia en la implementación de sus lineamientos y estrategias; por el otro, en cada etapa, momento, lugar y espacio, dirigió y propuso con prontitud tácticas, contramedidas y estrategias.

Bajo el liderazgo del Partido, desde el Comité Central hasta las organizaciones de base, se formaron, consolidaron y desarrollaron las fuerzas armadas de tres componentes (ejército regular, fuerzas locales y milicia guerrillera). Se impulsaron con vigor los movimientos de agitación militar, lucha política y dentro del territorio ocupado por el enemigo. El Partido mantuvo un liderazgo directo e integral sobre el Ejército Popular de Vietnam, promoviendo el arte militar y la guerra popular. El inmenso papel del trabajo de Partido y político en el Ejército destacó en cada victoria, así como en el triunfo general de la resistencia contra el imperialismo estadounidense para la salvación nacional.

En el frente militar, el Partido aplicó creativamente el pensamiento de Ho Chi Minh y la tradición nacional de resistencia contra los invasores extranjeros, combinando el arte de dirigir la guerra popular con tácticas flexibles de combate. Entre 1961-1964, el Partido abogó por intensificar la guerra de guerrillas, derrotar el programa de Aldeas Estratégicas del enemigo y expandir las zonas liberadas. Consolidó los tres componentes de las fuerzas armadas y amplió el frente político, combinando la lucha armada y política para aplastar la “Guerra Especial”. En el periodo 1965-1968, el imperialismo estadounidense entró directamente en combate, escalando a una “guerra local” e intensificando la agresión contra el Norte. El Partido implementó la política de “producir y combatir al mismo tiempo” para asegurar la retaguardia del Norte y apoyar el campo de batalla del Sur. Se organizó la guerra popular en ambas regiones. Victorias emblemáticas, como las de Nui Thanh, Van Tuong, Plei Me y Bau Bang, desembocaron en la Ofensiva General y el Levantamiento de la Primavera de 1968, que paralizó los planes del imperialismo estadounidense. Entre 1969 y 1973, cuando el régimen títere respaldado por el imperialismo estadounidense optó por la “vietnamización de la guerra” e intensificaron la guerra de destrucción en el Norte, el Partido dirigió a todo el pueblo y el Ejército a continuar combinando la lucha militar, política y diplomática. Se llevaron a cabo grandes hazañas, como las operaciones de la Ruta 9-Sur de Laos (1971), Tri-Thien (1972) y “Hanoi-Dien Bien Phu en el aire” (diciembre de 1972), que obligaron a Estados Unidos a firmar los Acuerdos de París (1973) sobre el fin de la guerra y el restablecimiento de la paz en Vietnam. En el período 1973–1975, cuando llegó el momento decisivo de la revolución, el Partido reorientó su estrategia hacia una ofensiva vigorosa, avanzando hacia la ofensiva general para liberar completamente el Sur y reunificar el país.

Reconociendo el importante papel del frente ideológico y cultural, el Partido puso gran énfasis en el trabajo de propaganda y educación política e ideológica. A lo largo de la resistencia, la información, la prensa revolucionaria y el arte de la resistencia se promovieron enérgicamente, contribuyendo a alentar la combatividad, elevar la fe revolucionaria e inculcar los ideales de los soldados, jóvenes, estudiantes e intelectuales que participaban en la contienda. Los movimientos como “El canto ahoga el sonido de las bombas”, “Tres listos” y “Cinco voluntarios” fueron el resultado de un liderazgo ideológico y cultural eficaz.

En el frente diplomático, el Partido demostró una gran estatura política y un temple inquebrantable, combinando estrechamente las actividades militares con las negociaciones diplomáticas. En medio de las fluctuaciones en el país y el mundo, el Partido propuso tácticas diplomáticas idóneas. Imbuida de la visión y el pensamiento diplomático de Ho Chi Minh –“ser firmes en los principios y flexibles en las estrategias y tácticas” y “La fuerza real es el gong, la diplomacia es el sonido. Si el gong es grande, el sonido será resonante”–, la diplomacia vietnamita ha sido extremadamente flexible, ganándose el apoyo mundial, especialmente de los países socialistas, sobre la base de la determinación y perseverancia en el objetivo revolucionario y las victorias en el frente militar. Los Acuerdos de París de 1973 constituyeron una gran victoria político-diplomática, que coadyuvó a crear las condiciones favorables para avanzar hacia la liberación total del Sur.

Puede afirmarse que el factor decisivo para la victoria de la guerra de resistencia contra el imperialismo estadounidense reside no solo en el liderazgo acertado, sino también en la firmeza en los ideales de la independencia y el socialismo. El Partido trazó el camino, organizó, inspiró y guió al pueblo a superar todas las dificultades y sacrificios. La estrecha vinculación entre el Partido y el pueblo ha generado una fuerza invencible, consolidando el gran bloque de unidad nacional. La gran victoria del pueblo vietnamita también tuvo su origen en la capacidad del Partido para promover la fuerza combinada de todo el sistema político y la población, así como la coordinación fluida entre los niveles central y local, entre la retaguardia y el frente, y entre la fuerza interna y apoyo internacional. El PCV movilizó al máximo la fuerza de todo el país, tanto la material como la político-espiritual, y la ardiente tradición patriótica, para enfrentar a la potencia norteamericana. “Los años pasarán, pero la victoria de nuestro pueblo en la resistencia contra el imperialismo estadounidense para la salvación nacional quedará grabada para siempre en la historia del país como una de las páginas más brillantes, un símbolo resplandeciente del triunfo total del heroísmo revolucionario y la inteligencia humana, y pasará a la historia mundial como una gran hazaña del siglo XX, un acontecimiento de inmensa importancia internacional y de profundo significado para la época”(9).

Promover el papel dirigente del Partido, guiando a la nación a avanzar con firmeza hacia una nueva era

Medio siglo después de la reunificación total del país, el papel de liderazgo del PCV sigue conservando su valor intacto y debe seguir siendo heredado y promovido en la causa actual de construcción, desarrollo y salvaguarda de la Patria. La victoria en la guerra de resistencia contra el imperialismo estadounidense dejó valiosas lecciones de valor contemporáneo, tales como: mantener con firmeza el papel dirigente absoluto e integral del Partido, incluido su liderazgo directo y absoluto en todos los aspectos sobre el Ejército; promover el arte militar y la guerra popular vietnamita a su máximo esplendor; mantener el objetivo de independencia asociado al socialismo; consolidar la gran unidad nacional; saber combinar la fuerza nacional con la de la época; tomar la práctica como base para el desarrollo teórico, renovar constantemente los métodos para mejorar la capacidad de liderazgo y gobernanza del Partido.

 La misión sagrada del Partido en la nueva era de desarrollo es liderar al país para construir con éxito un Vietnam socialista, un pueblo próspero y una nación fuerte, democrática, justa y civilizada, que esté a la altura de las potencias mundiales; garantizar que el pueblo tenga una vida cómoda y feliz; y contribuir cada vez más a la paz, la estabilidad y el desarrollo de la región y el mundo, para la felicidad de la humanidad y la civilización global(10). Bajo cualquier circunstancia, mantener el liderazgo del Partido es la clave para el desarrollo de la nación y la garantía de su perdurabilidad y prosperidad.

 El camino por delante plantea altas exigencias para el Partido. Al entrar en una nueva era de desarrollo con oportunidades y desafíos entrelazados, el papel dirigente del PCV requiere una consolidación, renovación y mejora continua en calidad y eficiencia. La práctica y el éxito en la resistencia, la construcción nacional y la implementación de la obra de Renovación e integración internacional han confirmado el papel dirigente y gobernante del Partido. Para seguir conduciendo con éxito la causa de construcción y salvaguarda de la Patria en esta nueva era –la era de ascenso de la nación-, el PCV debe ser ejemplar en inteligencia, firmeza, capacidad y ética en el ejercicio de poder. Solo un Partido verdaderamente de vanguardia en lo político, firme en su ideal, lúcido en su pensamiento, perspicaz en su estrategia, profundamente vinculado a la realidad y estrechamente unido al pueblo podrá guiar a la nación a avanzar con paso firme hacia el socialismo, construyendo un Vietnam poderoso, próspero y feliz.

El PCV lidera a la nación en la implementación de la causa revolucionaria del pueblo, por el pueblo y para el pueblo en una nueva era que marca un punto de inflexión y que responde a la aspiración de desarrollo de la población. Determina que el proceso de avanzar con paso firme hacia la nueva era implica tareas y formas de acción de carácter verdaderamente revolucionario, que exigen la disposición y el sacrificio de los cuadros, miembros del Partido y el pueblo en aras de un hermoso futuro para toda la nación. El liderazgo acertado del Partido, junto con la determinación de todo el Partido, el pueblo y el Ejército y el poder de la gran unidad nacional, combinando la fuerza de la nación con la de la época, asegurará que Vietnam alcance nuevas y gloriosas victorias, para seguir escribiendo la “historia dorada de la nación”.

A partir de las lecciones aprendidas de la resistencia contra el imperialismo estadounidense por la salvación nacional, y con el fin de cumplir con su misión de liderazgo en la nueva era, el Partido debe continuar aplicando de manera eficaz las siguientes orientaciones y soluciones:

Primero, en el contexto de la profunda globalización y la evolución vigorosa de la Cuarta Revolución Industrial, el Partido debe continuar mejorando su capacidad en la formulación de estrategias nacionales de desarrollo. La elaboración de planes para el desarrollo socioeconómico, la garantía de la defensa-seguridad y las relaciones exteriores debe vincularse estrechamente a la realidad y adaptarse rápidamente a las fluctuaciones internacionales. Es fundamental promover el papel de orientación y liderazgo del Partido en el desarrollo de la ciencia y tecnología, la innovación, la transformación digital, la economía del conocimiento, verde y circular.

Segundo, el Partido debe seguir promoviendo su papel dirigente en la consolidación y el desarrollo de los siguientes componentes: economía de mercado con orientación socialista - Estado de derecho socialista del pueblo, por el pueblo y para el pueblo - democracia socialista. En este modelo, la economía de mercado con orientación socialista es el principal motor impulsor para liberar las fuerzas productivas; el Estado de derecho socialista del pueblo, por el pueblo y para el pueblo desempeña un papel de facilitador del desarrollo; y la democracia socialista es tanto un objetivo como un motor del desarrollo.

Construir cada componente y resolver de manera adecuada la relación entre ellos contribuirá al desarrollo de fuerzas productivas modernas, al perfeccionamiento gradual de las relaciones y métodos de producción avanzados, garantizando así las particularidades y superioridad propias del modelo de socialismo de Vietnam.

Tercero, en medio de la creciente competencia estratégica entre las potencias, donde las amenazas a la seguridad tradicionales y no convencionales se entrelazan de forma compleja, el PCV debe consolidar su papel dirigente en defensa, seguridad y asuntos exteriores. Esto requiere fortalecer el liderazgo absoluto y directo del Partido sobre el Ejército, a fin de construir unas fuerzas “revolucionarias, regulares, de élite y progresivamente modernas”, que sean un núcleo en la misión de salvaguardar la Patria y una fuerza política absolutamente leal y confiable para el Partido, la nación y el pueblo. El PCV debe mantener la tradición de “determinación a luchar y ganar” del Ejército Popular de Vietnam; combatir enérgicamente contra las conspiraciones y artimañas de las fuerzas hostiles que buscan la “despolitización” del Ejército. El Partido debe asegurar los principios de independencia, autodeterminación, multilateralización y diversificación, defender con determinación la soberanía nacional, y al mismo tiempo promover una integración profunda y amplia en todos los ámbitos, participando activamente en las estructuras regionales y globales bajo el lema de ser amigo y miembro responsable de la comunidad internacional.

Cuarto, el Partido debe continuar intensificando la construcción y rectificación de sus filas y del sistema político para que sean transparentes, fuertes e integrales, especialmente en el estudio y seguimiento del pensamiento, la moral y el estilo de Ho Chi Minh. En el contexto de la economía de mercado con orientación socialista y la integración internacional, el riesgo de caer en la degradación de la ideología, la moral y el estilo de vida, así como las manifestaciones de “autoevolución” y “autotransformación”, amenaza la supervivencia del Partido y el socialismo. Es una exigencia apremiante fortalecer la disciplina, elevar la moral revolucionaria y construir un contingente de cuadros verdaderamente virtuosos, consagrados y con la visión necesaria para servir al país y al pueblo. Igualmente, resulta vital prevenir, detener y erradicar proactivamente la burocracia, la corrupción, el despilfarro y la negatividad, a fin de construir un Partido moral y civilizado, consolidar y elevar continuamente la confianza del pueblo en la organización política. El Partido debe continuar su constante labor de construcción y rectificación, fortaleciendo su capacidad y su espíritu de lucha para adoptar decisiones políticas acertadas, afrontar oportunamente situaciones complejas, resolver de manera adecuada los grandes conflictos y los problemas difíciles; ejercer el poder en beneficio del pueblo, con ciencia, democracia, legalidad e integridad.

Quinto, el Partido ha de prestar especial atención al trabajo teórico e ideológico, realizando constantemente la síntesis de la práctica y el desarrollo de la teoría, y aprovechando las valiosas lecciones de experiencia de los antepasados a lo largo de la historia nacional, así como de su propia experiencia en la dirección revolucionaria, para heredarlas, aplicarlas y desarrollarlas de manera creativa en la actual causa de construcción y defensa de la Patria. Se debe valorar la educación de las tradiciones y la moral revolucionaria, despertando vigorosamente el espíritu patriótico, la resiliencia, el poder de la gran unidad nacional y la aspiración por un país próspero y feliz. Resulta crucial combatir y desmantelar con determinación todas las conspiraciones de sabotaje de las fuerzas hostiles, y proteger firmemente la base ideológica del Partido.

Sexto, es preciso fortalecer e innovar el liderazgo del Partido sobre el trabajo de movilización de masas, crear un cambio radical en la conciencia y acción de los comités del PCV y el sistema político respecto a esa labor. Los comités y organizaciones partidistas deben renovar sus métodos de liderazgo para estar más cerca del pueblo y de las bases, atender oportunamente las aspiraciones legítimas de la ciudadanía y promover la eficacia del modelo de gobierno local de dos niveles en el futuro. Es necesario cumplir seriamente el principio de que “el pueblo es la raíz” y el ser humano el centro del desarrollo; todas las directrices, lineamientos y políticas deben surgir de las aspiraciones, los intereses legítimos y la felicidad del pueblo. El liderazgo del Partido sigue siendo el núcleo y la bandera que aglutina la sabiduría, la aspiración y el poder de la gran unidad nacional, convoca a toda la población, multiplica su orgullo, respeto propio y voluntad, moviliza los recursos y aprovecha todas las oportunidades para el desarrollo del país.

La historia ilumina el camino para el presente y el futuro. Las lecciones del liderazgo del Partido en la guerra de resistencia contra el imperialismo estadounidense para la salvación nacional constituyen un valioso legado espiritual y una guía para el viaje de la nación hacia una nueva era. Bajo la gloriosa bandera del Partido, todo el pueblo y el Ejército lograron grandes victorias, especialmente en la resistencia contra el imperialismo estadounidense, haciendo brillar el temple, la sabiduría, el carácter, la dignidad y la conciencia del pueblo y la nación vietnamitas. Bajo la bandera de liderazgo y de convocatoria del Partido, y promoviendo el orgullo, la confianza, la autodeterminación, la autosuficiencia y la resiliencia, nuestro pueblo seguirá escribiendo nuevas hazañas en el siglo XXI, conduciendo al país con paso firme hacia una nueva era de desarrollo, por la paz, la independencia, la democracia, la prosperidad, la civilización y la felicidad, avanzando con determinación hacia el socialismo./.
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*Dr., Miembro del Comité Central del Partido Comunista de Vietnam, Editor en jefe de la Revista Comunista
(1) Prof., Dr. To Lam: “Radiante Vietnam”, Revista Comunista, No. 1055, febrero de 2025, pág. 5
(2) Ho Chi Minh: Obras completas, Editorial Política Nacional Su That (La Verdad), Hanoi, 2011, vol. 8, pág. 273
(3) Ho Chi Minh: Obras completas, Ibíd., vol. 2, pág. 289
(4), (5) Véase: Documentos completos del Partido Comunista de Vietnam, Editorial Política Nacional Su That (La Verdad), Hanoi, 2001, vol. 15, págs. 30 y 172
(6) Véase: Documentos completos del Partido Comunista de Vietnam, Ibíd., 2002, vol. 16, pág. 185
(7) Véase: Documentos completos del Partido Comunista de Vietnam, Ibíd., 2002, vol. 20, pág. 62
(8) Véase: Documentos completos del Partido Comunista de Vietnam, Ibíd., 2002, vol. 21, pág. 528
(9) Documentos completos del Partido Comunista de Vietnam, Ibíd., 2004, vol. 37, pág. 457
(10) Prof., Dr.. To Lam: “Radiante Vietnam”, Ibíd., pág. 7