¿Por qué Vietnam no “elige bando” en su política exterior?

11/06/2024 | 18:39 PM

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Revista Comunista -  Frente a los grandes cambios relacionados con la competencia entre las potencias mundiales en el escenario global, sobre todo el conflicto en Ucrania, la cuestión de “elegir bando” y “alinearse” en las relaciones internacionales vuelve a surgir con fuerza. Esa cuestión genera impactos, incluso turbulencias en la sociedad, y a veces es utilizado con sesgo para intentar socavar la unidad e incitar a la inestabilidad sociopolítica. En esa situación, el Partido Comunista (PCV) y el Estado de Vietnam afirman que no “eligen bando”, sino que optan por las causas justas, la igualdad, la justicia y lo correcto sobre la base de los principios del derecho internacional, en particular la Carta de las Naciones Unidas.

¿Por qué Vietnam no “elige bando” en su política exterior?

NGUYEN THI HOA
Revista Comunista
18:39, 06-11-2024

Revista Comunista -  Frente a los grandes cambios relacionados con la competencia entre las potencias mundiales en el escenario global, sobre todo el conflicto en Ucrania, la cuestión de “elegir bando” y “alinearse” en las relaciones internacionales vuelve a surgir con fuerza. Esa cuestión genera impactos, incluso turbulencias en la sociedad, y a veces es utilizado con sesgo para intentar socavar la unidad e incitar a la inestabilidad sociopolítica. En esa situación, el Partido Comunista (PCV) y el Estado de Vietnam afirman que no “eligen bando”, sino que optan por las causas justas, la igualdad, la justicia y lo correcto sobre la base de los principios del derecho internacional, en particular la Carta de las Naciones Unidas.

 ¿“Elegir bando” o elegir intereses nacionales?

La historia de las relaciones internacionales señala que, entre las potencias mundiales -especialmente entre dos países- siempre existen profundos conflictos y diferencias en materia de interés. La rivalidad, polarización y competencia entre las potencias provoca una serie de efectos, colocando a los países pequeños y medianos ante el riesgo de verse obligados a “elegir bando”.

En la tercera década del siglo XXI, especialmente durante el actual período marcado por profundos cambios geopolíticos, la competencia y los reajustes de políticas estratégicas de las potencias resultan muy diferentes del período anterior e incluyen factores impredecibles. Las potencias persiguen diferentes visiones sobre las estructuras regionales, aceleran la expansión de su red de aliados, incrementan su influencia a través de iniciativas regionales, forman alianzas trilaterales o cuadrilaterales y utilizan el “poder blando” para recabar el apoyo de otros países mediante las relaciones económicas, comerciales y de inversión, la transferencia de tecnología y las asistencias financieras. Ese hecho coloca a los países pequeños y medianos ante la situación límite de “elegir bando”. Mantener políticas de independencia y autodeterminación, sin inclinarse hacia ninguna parte, y garantizar los intereses nacionales se convierten en una cuestión difícil para las naciones.

Cabe destacar otra realidad según la cual, en las relaciones internacionales contemporáneas, los países cooperan y compiten entre sí y son a la vez socios y adversarios. Las interacciones y la interdependencia entre los países crean una red compleja y superpuesta, lo que convierte en un desafío cada vez mayor la cuestión de mantener la independencia y la autodeterminación y evitar elegir un bando. Además, las diferentes perspectivas de “a quién” y “a qué bando” elegir provocan inquietudes en la sociedad y a menudo son utilizados con fines políticos, generando división e inestabilidad.

Más allá, “elegir bando” no garantiza la protección de la soberanía y los intereses nacionales, pues las ambiciones de las potencias suelen superar los límites del derecho internacional, es decir, prevalecen sus propios intereses y criterios en el tratamiento de las relaciones con sus aliados. Incluso cuando sus intereses convergen en ciertos puntos o aspectos, están dispuestos a negociar a costa de los países pequeños.

Si un país “elige bando” sin medir y estimar plenamente los cálculos estratégicos de las potencias, solo provocará una nueva polarización y división, lo que resultará desastroso para sí mismo. Una pregunta es que, de elegir bando o participar en alianza, ¿cuál será el precio a pagar? ¿La seguridad soberana y los intereses nacionales pueden ser garantizados con las promesas y compromisos? ¿Depender de otro país, incluso uno desarrollado o una potencia, puede asegurar la independencia, la autodeterminación y los intereses nacionales, o solo empeorará la situación? La realidad evidencia que, cuando un país no puede defender su independencia y autodeterminación, se ve obligado a depender del apoyo o la intervención de las fuerzas exteriores, se verá atrapado en la inescapable espiral de ambiciones hegemónicas. Ese país caerá en el caos debido a las guerras subsidiarias. 

Esa realidad obliga a los pequeños países a promover al máximo el espíritu de independencia y autodeterminación, persistir en su perspectiva y a la vez luchar con flexibilidad y astucia por sus intereses nacionales, evitando los conflictos y enfrentamientos. Al mismo tiempo, deben considerar su espacio de desarrollo, sin atarse a una posición desventajosa en medio de las fluctuaciones en el panorama internacional y los cambios y reveses en la evolución de la nueva estructura de poder del mundo.

Equilibrar las relaciones para evitar al máximo los conflictos, adversidades, riesgos y la escalada en una confrontación total; así como maximizar el espacio de cooperación y los intereses de seguridad y desarrollo actualmente constituyen la decisión de la mayoría de los países en la región. La mayoría de los estados miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) deciden “no elegir bando” en medio de la competencia entre las potencias. Se trata de un asunto de vida o muerte para los países, pues la “elección de un bando” puede llevar a una nueva polarización y división en la región, convirtiéndola en un “ring de disputas geopolíticas”. Esa realidad obliga a los países a adoptar políticas flexibles y evitar conflictos y confrontaciones, lo que se considera como la opción óptima para maximizar los intereses nacionales, defender la soberanía y mantener la autodeterminación estratégica. También manifiesta la ambición de una ASEAN resiliente, neutral, pacífica y estable, que desempeña un papel cada vez mayor en medio de los crecientes efectos estratégicos entre las potencias.

El hecho de “elegir bando” en momentos álgidos de los conflictos entre las potencias es como “echar leña al fuego”, lo que exacerba el enfrentamiento entre las partes, intensificando las tensiones entre las alianzas y dañando los intereses propios. Por lo tanto, Vietnam considera que el punto de vista que alienta el hecho de “elegir bando” en las relaciones internacionales en general, y las de Vietnam en particular, es ilusorio, poco realista e infundado. Los intereses nacionales constituyen la única opción adecuada, inmutable y duradera. 

Como otros países en la región, Vietnam siempre entiende bien el análisis anterior. Al abordar la política de Hanoi en el artículo “Firme y sútil: El enfoque de Vietnam para enfrentar la competencia entre las potencias”, publicado el 10 de mayo de 2021 en la página ThinkChina, el investigador del Instituto de Estudios sobre el Sudeste Asiático (SAS-Yusof Ishak, con sede en Singapur) William Chong evaluó: “Si el derecho a la autodeterminación en medio de la competencia entre las potencias es la capacidad de maximizar los intereses de ambas partes mientras se aplican las políticas de prevención de riesgo para mantener las relaciones, Vietnam es un ejemplo clásico de ese arte, que puede ayudar a otros países del Sudeste Asiático a multiplicarlo de manera eficiente”.

La ceremonia de izado de la bandera en conmemoración del aniversario 56 de la fundación de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) (el 8 de agosto de 1967-2023) y los 28 años de la adhesión de Vietnam al bloque (28 de julio de 1995-2023) en Hanoi _Fuetne: qdnd.vn

Vietnam no “elige bando”, sino la justicia, la rectitud, la paz y el desarrollo

Primero, a través de la historia revolucionaria y la actual causa de construcción y salvaguarda de la Patria, Vietnam persiste en la no “elección de un bando”.

La consecuente política exterior del PCV opta por la independencia, la autodeterminación, la paz, la amistad, la cooperación y el desarrollo; la multilateralización y diversificación de las relaciones internacionales y la garantía al máximo de los intereses nacionales sobre la base de los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional. Esa política exterior de independencia, autodeterminación y apertura es firme en sus principios y flexible en sus tácticas, sin depender de ningún otro país.

Esa política es lo más fino aprendido de la historia y refleja la resiliencia de un país pequeño ante fuerzas invasoras mucho más poderosas. El espíritu de independencia y  autodeterminación se manifestó ya en los primeros documentos del PCV durante el período de la ofensiva general para reivindicar el poder bajo el lema “Utilizar nuestra fuerza para liberarnos”. El Presidente Ho Chi Minh una vez dijo: "La independencia significa que controlamos todos nuestros asuntos, sin la injerencia externa”(1). La ideología de independencia y autodeterminación se ha convertido en un “hilo rojo” que atraviesa y da forma a las actividades exteriores de Vietnam y fue promovida al máximo durante la lucha revolucionaria, contribuyendo a la victoria final de la resistencia del pueblo. Con el triunfo de la Ofensiva de Primavera de 1975, la política exterior de independencia y autodeterminación de Vietnam alcanzó una cúspide, abriendo un nuevo período de renovación, construcción y salvaguarda de la Patria.

A lo largo de la historia, frente a los cambios de la época, Vietnam logró defender sus intereses nacionales gracias a la perseverancia en sus objetivos y principios de independencia y autodeterminación. A finales de la década de los 80 del siglo XX, la situación nacional, regional y global experimentó grandes cambios, en particular la crisis del socialismo en el mundo. Frente a los temblores de la era y entre el tambaleo de la confianza y las inquietudes sobre el futuro del socialismo en el mundo, Vietnam siguió firme y resuelto en el camino seleccionado por el PCV y el Presidente Ho Chi Minh. Sobre la base de la revisión del panorama global, identificó la política exterior en la nueva situación para mantener la independencia y la autodeterminación y desarrollar el país.

Durante el período de renovación integral nacional, Vietnam, al aplicar de manera creativa los puntos de vista de independencia y autodeterminación, ha optado por la política de multilateralización y diversificación de las relaciones exteriores, evitando la dependencia de cualquier potencia o grupo de países. A través de los Congresos Nacionales del Partido, la política exterior se ha complementado y perfeccionado. De “Vietnam aspira a ser un amigo” a “Vietnam está dispuesto a ser un amigo” y actualmente “Vietnam es un amigo, socio confiable y miembro activo y responsable de la comunidad internacional”. Se trata de una cuestión de principios y coherencia, que tiene importancia constante y vital para Vietnam en el camino de la renovación.

A lo largo de la historia revolucionaria y la actual construcción y salvaguarda de la Patria, Vietnam siempre propugna el espíritu de independencia y autodeterminación, sin adherirse a alianzas militares con las potencias ni apoyarse en un país para dañar a otro. Vietnam persiste en la independencia, la autodeterminación, la autosuficiencia y la autorresiliencia, es decir, se apoya principalmente en sí mismo, promueve la fuerza endógena, recaba la simpatía y el consenso de la comunidad internacional y aplica una política exterior por la paz, la autodefensa, la justicia, la humanidad y el humanitarismo, con el fin de mantener firme la independencia, la soberanía, la unidad e integridad territorial y los intereses nacionales. Todo lo referido a la soberanía y los intereses nacionales es sagrado, superior e inviolable. Se trata de una cuestión inmutable, fundamental, primaria, permanente en la cual no se puede negociar ni retroceder, o dejar que otro país manipule y decida el destino de la nación. Esto lo ha hecho el PCV de manera constante siguiendo el principio de “garantizar al máximo los intereses nacionales sobre la base de los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho, la igualdad, la cooperación y el beneficio mutuo”.

A través de los diferentes períodos de la historia revolucionaria, aunque a veces se ha visto atrapado entre los cálculos de las potencias, Vietnam superó una y otra vez los arduos desafíos, preservando los logros de la revolución. En la actualidad, cuando la competencia entre las potencias amenaza con dividir al mundo y afecta de manera directa y multidimensional las relaciones internacionales, Vietnam sigue firme en su política exterior de independencia y autodeterminación, sin inclinarse hacia un lado para dañar al otro. Pocos países sostienen relaciones de asociación estratégica integral con las potencias mundiales como Vietnam(2),  que mantiene vínculos diplomáticos con 192 de los 193 integrantes de las Naciones Unidas y es miembro activo y responsable de más de 70 organizaciones y foros internacionales importantes. Vietnam ha vinculado y entrelazado sus intereses con los de otros países en materia de política, economía, defensa y seguridad. Las relaciones entre Vietnam y otras naciones, especialmente las potencias, se vuelven cada vez más profundas y estables. Vietnam toma la iniciativa para impulsar y profundizar las relaciones con sus socios, y llevar a cabo una integración internacional cada vez más integral, amplia y profunda. Ante los impredecibles desafíos en el escenario regional y global, el país confirma su papel como un miembro activo y responsable de la comunidad internacional y se convierte en un contribuyente cada vez más importante al mantenimiento de la paz, estabilidad, cooperación y desarrollo en la región y el mundo. Los grandes logros de significado histórico alcanzados a casi 40 años de la renovación integral nacional son pruebas de la política exterior de independencia, autodeterminación, resiliencia y paz, que combina la fuerza intrínseca y los movimientos de la época.

Segundo, Vietnam elige la justicia, la rectitud, la paz y el desarrollo

El actual panorama internacional presenta muchos cambios complejos e impredecibles. La competencia entre las potencias en la región y el mundo se intensifica cada vez más en múltiples ámbitos y bajo diferentes formas, con una escala y alcance cada vez más amplios, una rivalidad cada vez más intensa, contenidos cada vez más complicados, y una creciente magnitud. Además, se desarrolla en infinitos espacios y tiempos, sin límites, lo que a veces adquiere la apariencia de una guerra fría. Las potencias luchan y a la vez se comprometen, lo que resulta en la formación de nuevos grupos de fuerzas, nuevas “iniciativas” estratégicas y compromisos que dan lugar a nuevas alianzas y conexiones. Ese hecho a menudo obliga a los países a clarificar su posición, de participar o no, y cómo participar en esas conexiones para optimizar los intereses nacionales. El mundo parece tener una tendencia a la polarización cada vez más evidente. Vietnam es un miembro de la ASEAN con una posición geopolítica y geoeconómica importante en la región y a la vez un sujeto de interés de las potencias. La actual situación obliga a Hanoi a identificar los principios, intereses nacionales y el comportamiento hacia otros países sobre la base de los beneficios mutuos y seleccionar las políticas favorables y compatibles con el derecho internacional.

En las relaciones internacionales, la cooperación y la competencia son como las dos caras de una moneda y de igual modo, los socios y adversarios pueden entrelazarse y transformarse entre sí mismos. Esa realidad ayuda a Vietnam a aprovechar las oportunidades de cooperación y ver con mayor claridad las diferencias de interés para buscar soluciones, de manera que no afecte su vigilancia ni las condiciones favorables para la colaboración. En un mundo cada vez más “plano”, la interacción e interdependencia entre los países se vuelven cada vez más profundas y multidimensionales, por lo cual Vietnam opta por potenciar las relaciones tanto bilaterales como multilaterales. En los asuntos de discrepancia, especialmente en las relaciones con las potencias y los países vecinos, Vietnam busca manejarlas con tacto, evitando el enfrentamiento y la situación de verse obligado a “elegir bando”. Pero al mismo tiempo, persiste en sus principios y aboga por el diálogo y la cooperación para resolver los desacuerdos, en aras de garantizar al máximo los intereses nacionales y armonizarlos con los colectivos, en cumplimiento de la visión estratégica de servir para los objetivos de seguridad, paz y desarrollo del país. Eso fue enfatizado por el secretario general del PCV, Nguyen Phu Trong, al intervenir el 20 de diciembre de 2022 en la Conferencia Militar y Política Nacional: “Detectar de manera oportuna, manejar adecuada, armónica y flexiblemente a los adversarios y socios de defensa, no verse sorprendidos e inactivo, prevenir los riesgos de conflicto y enfrentamiento, evitar el aislamiento y la dependencia, no “elegir bando”(3).

El entorno regional e internacional experimenta muchos cambios complejos. La competencia, a veces elevada a nivel de confrontación, entre las potencias coloca a la humanidad ante amenazas impredecibles. “En un mundo multipolar y multicéntrico, la competencia estratégica entre las potencias se vuelve cada vez más intensa e incluso amenaza con desencadenar conflictos y enfrentamientos, generando inmensos desafíos para los países en vías de desarrollo, especialmente los que cuentan con una economía con amplia apertura y limitada resiliencia y competitividad como Vietnam”(4). En la actual situación global extremadamente sensible y compleja, Vietnam persiste en su política de “cuatro no”: no participar en alianzas militares; no alinearse con un país para dañar a otro; no permitir la instalación de bases militares extranjeras en el territorio nacional o su uso contra otros países; no utilizar la fuerza o amenazar con usarla en las relaciones internacionales, sino proteger a la Patria con anticipación y desde la distancia, cuando la nación todavía no esté en peligro. Se trata de un lineamiento acertado y óptimo para mantener la paz y defender el socialismo. En las relaciones exteriores, Vietnam promueve la fuerza de la “Diplomacia del bambú”: sútil e inteligente, y a la vez resistente y decidida; flexible y creativa, y a la vez audaz y firme, como las instrucciones de Nguyen Phu Trong durante la 29 Conferencia Diplomática en 2016 y la Conferencia Nacional de Asuntos Exteriores en 2021, para contribuir al mantenimiento de la independencia, la autodeterminación y la integridad territorial, así como a la garantía de los intereses nacionales en cualquier momento y circunstancia. Firme pero no quebradiza, multilateral pero no dependiente, la “Diplomacia del bambú” trata con flexibilidad, inteligencia y sutileza las relaciones con cada país y al mismo tiempo se manifiesta persistente y decidida al abordar las cuestiones vinculadas con el principio de “igualdad, respeto a la soberanía, los derechos e intereses legítimos de los estados, y la solución de los desacuerdos de manera amistosa y con apego absoluto a la Carta de las Naciones Unidas, las normas y prácticas universales”. Ese método no solo neutraliza la “difícil posición” de Vietnam en medio de la competencia entre las potencias, sino que también crea una red entre los intereses entrelazados del país y las organizaciones regionales y globales, eleva la posición de la nación y contribuye a proteger y garantizar sus intereses.

Con la tradición de salvaguarda nacional caracterizada por el pacifismo, el amor a la paz, la amistad y el respeto a la justicia y la rectitud; como un miembro activo y responsable de la comunidad internacional, Vietnam cumple con seriedad sus obligaciones, asume importantes responsabilidades y trabaja con otros países para resolver los asuntos de seguridad emergentes, contribuyendo así a los esfuerzos comunes por la paz duradera de la humanidad.

Por todo ello, el punto de vista que alienta a la “selección de un bando” absolutamente no ayuda al pueblo vietnamita a defender su independencia, autodeterminación e intereses nacionales legítimos. Vietnam no “elige bando”, sino que elige la justicia y la rectitud. Durante su discurso el 12 de mayo de 2022 en el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales de Estados Unidos (CSIS), el primer ministro Pham Minh Chinh declaró: “En un mundo lleno de cambios, la competencia estratégica y opciones, Vietnam no “elige un bando”, sino que elige lo correcto, la igualdad, la justicia y la rectitud sobre la base de los principios del derecho internacional, incluida la Carta de las Naciones Unidas, la igualdad, el beneficio para todos y la victoria para todos”. Elegir la justicia significa optar por la implementación constante de una política exterior de independencia, autodeterminación, paz, cooperación amistosa y desarrollo. Elegir lo correcto es apostar por la paz y el desarrollo próspero del mundo.

Vietnam elige la paz porque sufrió largas luchas de resistencia contra las fuerzas invasoras, en las cuales generaciones de vietnamitas se sacrificaron por reivindicar y mantener la independencia, libertad, integridad territorial y soberanía. En la historia revolucionaria, la aspiración a la paz es también el anhelo de la independencia nacional, el socialismo y actualmente a la prosperidad, felicidad y autorresiliencia.

Vietnam elige el desarrollo y la cooperación porque es una decisión apropiada con el objetivo de construir “un pueblo rico y país fuerte, democrático, equitativo y civilizado” y las tendencias comunes de todas las naciones en el mundo. El XIII Congreso Nacional del PCV planea que, para 2025 Vietnam se convertirá en un país en vías de desarrollo, con una industria que avanza hacia la modernidad e ingresos que superan el nivel mediano bajo; para 2030 una nación en desarrollo, industrializada moderna y de ingreso mediano alto; y para 2045, un país avanzado y de ingresos altos. La aspiración al desarrollo nacional se asocia con el anhelo de la paz, estabilidad, cooperación y progreso en la región y el mundo.

Esa elección de Vietnam es coherente con los intereses nacionales. Y solo una política exterior que apuesta por la independencia, autodeterminación, autosuficiencia y autorresiliencia; la multilateralización y diversificación de las relaciones internacionales; y la combinación de la fuerza intrínseca con la de la época, puede garantizar los intereses nacionales y hacer el país cada vez más potente, próspero y feliz./.
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(1) Ho Chi Minh: Obras Completas, Editorial Política Nacional, Hanoi, 2000, tomo 5, pág. 136
(2) Vietnam sostiene relaciones de asociación estratégica integral con China (establecida en 2008), Rusia (2012), la India (2016), Corea del Sur (2022) y Estados Unidos (2023)
(3) Nguyen Phu Trong: Algunas cuestiones sobre la política militar y la estrategia de defensa en la empresa de construcción y salvaguarda de la Patria socialista de Vietnam en el nuevo período, Editorial Política Nacional Su That (La Verdad), Hanoi, 2023, pág. 177 
(4) Discurso del secretario general Nguyen Phu Trong durante la clausura del VIII pleno del Comité Central del PCV del XIII mandato,  https://vtv.vn/chinh-tri/phat-bieu-cua-tong-bi-thu-nguyen-phu-trong-be-mac-hoi-nghi-trung-uong-8-khoa-xiii-20231008162333305.htm

Este artículo fue publicado en la Revista Comunista No. 1025 (noviembre de 2023)