Mejorar la calidad integral y combatividad del Ejército Popular de Vietnam para cumplir todas las misiones en cualquier circunstancia

LUONG CUONG
General, Miembro del Buró Político del Partido Comunista de Vietnam, Miembro del Buró Ejecutivo de la Comisión Militar Central y Jefe del Departamento General de Política del Ejército Popular

20:13, 17-12-2023

Revista Comunista - La calidad integral y combatividad del Ejército incluyen diferentes factores, especialmente el personal, el armamento, el equipamiento técnico y el arte militar. Mejorar la calidad y combatividad del Ejército en la nueva situación es un requisito fundamental, constante y urgente.

El secretario general del Partido Comunista de Vietnam, Nguyen Phu Trong, asiste y pronuncia un discurso en la Conferencia sobre el trabajo político del Ejército Popular en 2022, efectuada por la Comisión Militar Central y el Ministerio de Defensa _Foto: Agencia Vietnamita de Noticias

La calidad integral y combatividad del Ejército son factores materiales y espirituales que determinan el estado y la capacidad para cumplir con éxito todas las misiones encomendadas, y están establecidos por la combinación del estado político-mental; el arte militar; la estructura organizativa; el nivel de entrenamiento; la disposición combativa de los soldados, la cantidad y calidad de armas, equipos técnicos y otros medios; el nivel de desarrollo de las ciencias militares; las calificaciones y la capacidad de los cuadros y soldados, sobre todo de los dirigentes.

Comprobada durante las revoluciones de resistencia contra el colonialismo francés y el imperialismo estadounidense, y luego la actual construcción y salvaguarda de la Patria; bajo el liderazgo absoluto y directo en todos los aspectos del Partido Comunista de Vietnam (PCV), la gestión del Estado, el apoyo de los comités partidistas y gobiernos en todos los niveles y del pueblo; la calidad integral del Ejército Popular se ha mejorado cada vez más. Se trata del factor más importante para que el Ejército crezca y madure en todos los aspectos, siendo digno de actuar como la fuerza central en los esfuerzos de todo el pueblo para lograr victoria en las pasadas luchas independentistas y la actual causa de construcción y salvaguarda de la Patria, tal como elogiase el Presidente Ho Chi Minh: “Nuestro ejército es fiel al Partido y al pueblo, dispuesto a luchar y sacrificarse por la independencia y libertad de la Patria y el socialismo, a cumplir todas las tareas, superar todas las dificultades y vencer a todos los enemigos”(1).

Durante los últimos años, al lado de los grandes e históricamente significativos logros del país, el PCV y el Estado se han centrado en construir un Ejército Popular “revolucionario, regular y de élite, que se moderniza paso a paso, con algunos servicios, ramas y fuerzas que avanzan directamente hacia la modernidad, en aras de cumplir cada vez mejor las tareas de protección de la Patria”(2). Como resultado, la calidad integral y la combatividad del Ejército han registrado un nuevo avance cualitativo. El Ejército cumplió bien la responsabilidad de ofrecer asesoramiento estratégico al Partido y al Estado en materia militar y de defensa; pronosticó de manera proactiva y con exactitud las situaciones para adoptar soluciones oportunas y efectivas, sin verse sorprendido ante ningún acontecimiento; confirmó su  papel central en la construcción de la defensa popular, en paralelo con la formación y consolidación de la postura de guerra de todo el pueblo; protegió la independencia, soberanía e integridad territorial; y mantuvo el entorno pacífico y estable para la construcción y el desarrollo del país. Los cuadros y soldados siempre constituyen la fuerza principal y pionera en la prevención y mitigación de consecuencias de desastres naturales y epidemias, la búsqueda y rescate, el apoyo a los esfuerzos para la reducción de la pobreza, la construcción de nuevas áreas rurales y el cumplimiento de los programas y objetivos nacionales. Las actividades de relaciones exteriores en la defensa se realizaron de manera cada vez más profunda y práctica, convirtiéndose en un pilar en la creación y mantenimiento del entorno pacífico, lo que contribuyó a proteger al país con anticipación y desde la distancia, además de elevar la posición y el prestigio del Ejército y de la nación en la arena internacional. La organización partidista en el Ejército es siempre transparente y sólida, los efectivos se mantienen políticamente firmes y la naturaleza revolucionaria; las gloriosas tradiciones se preservan y promueven, mientras las cualidades de los “soldados del Tío Ho” siguen brillando. Ante la evolución compleja de la situación regional y global, los cuadros y soldados siempre permanecen firmes, resueltos, unidos, absolutamente fieles a la Patria, el Partido, el Estado y el pueblo, así como dispuestos a asumir y cumplir todas las tareas encomendadas.

Aunque la paz, la cooperación y el desarrollo siguen siendo la principal tendencia, el mundo actual enfrenta grandes desafíos, dificultades y cambios rápidos, complejos e impredecibles. La competencia estratégica entre las potencias y los conflictos locales continúan creciendo. Los asuntos globales, tales como la paz, la seguridad energética, la carrera armamentista y los desafíos de seguridad emergentes siguen evolucionando con una creciente escala e intensidad. La vigorosa Cuarta Revolución Industrial genera grandes avances en múltiples ámbitos, sobre todo en el sector militar y de defensa. En Vietnam, a más de 35 años del proceso de renovación  (Doi Moi), la posición y el potencial, la sinergia nacional, el prestigio internacional y la confianza del pueblo se fortalecen, creando una premisa para la construcción y salvaguarda de la Patria. Pero al mismo tiempo, el país enfrenta nuevos desafíos y dificultades, así como tareas cada vez más exigentes en la protección de la Patria.

Ante esa situación, el PCV exigió continuar “aprovechando al máximo la sinergia de todo el pueblo y el sistema político combinada con la fuerza de la época y el apoyo de la comunidad internacional para mantener firme la independencia, soberanía e integridad territorial de la Patria, así como defender al Partido, el Estado, el pueblo, el socialismo, la cultura y los intereses nacionales”(3). Para cumplir esas labores, el Ejército y la Policía Populares desempeñan el papel central. Por lo tanto, construir un ejército de calidad integral y alta combatividad, capaz de responder a todos los requisitos y misiones en cualquier situación es una exigencia básica, constante y urgente, que requiere la implementación sincrónica de las siguientes políticas y soluciones principales:

Primero, intensificar la construcción  del Ejército políticamente fuerte, como base para mejorar su calidad integral y combatividad.

Este principio básico en la construcción del Ejército de nuevo estilo, ha sido probado y confirmado en la práctica. Gracias a la lealtad y aplicación creativa de ese principio, así como la constante atención prestada a las tareas al respecto, todos los soldados siempre cuentan con una profunda conciencia política, una mentalidad y acción unidas, la firmeza en los objetivos e ideales revolucionarios, la unidad y el consenso, el espíritu de lucha y la disposición de sacrificarse por la independencia y libertad de la Patria, así como por la felicidad del pueblo.

La construcción de un ejército políticamente firme es, en esencia, garantizar en cualquier circunstancia el liderazgo absoluto y directo en todos los aspectos del PCV sobre estas fuerzas y afianzar su naturaleza de originarse a partir de la clase obrera y el pueblo, así como tener un  profundo carácter nacional. Es, además, renovar e intensificar la educación política e informativa; la orientación ideológica; la concientización sobre el marxismo-leninismo, el pensamiento de Ho Chi Minh, los lineamientos del Partido; la naturaleza, tradición revolucionaria y misiones del Ejército. Asimismo, hay que hacer que los cuadros y soldados identifiquen con claridad los socios y adversarios, y las intenciones y maniobras de las fuerzas hostiles.

Es fundamental construir unas filas partidistas en el Ejército transparentes y sólidas en términos de política, ideología, moral, organización y personal. Hay que obedecer los principios organizativos y operativos del Partido, sobre todo los del centralismo democrático, de “liderazgo colectivo, responsabilidad individual”, crítica y autocrítica. Al mismo tiempo, se debe intensificar la inspección, supervisión y aplicación de la disciplina partidista, incluida la sanción seria a los cuadros y militantes que incurran en manifestaciones de degradación en el pensamiento político, la ética y el estilo de vida, de “autoevolución” y “autotransformación”, y violen los reglamentos del Partido, las leyes del Estado y la disciplina del Ejército. Además, es esencial intensificar la movilización de las masas; fortalecer los vínculos entre el Ejército y el pueblo; realizar con eficiencia las actividades de protección de la política interna, de políticas y el trabajo partidista y político en las misiones profesionales; y prestar más atención al fomento de las organizaciones de masas.

Segundo, construir una estructura organizativa del Ejército racionalizada y sólida, creando un nuevo avance en la mejora de la calidad integral y combatividad de esas fuerzas.

Durante casi 80 años de construcción, lucha y desarrollo, el Ejército -al tener en cuenta la situación, las exigencias y los deberes de cada etapa de la revolución- realizó múltiples reajustes en su organización y sus fuerzas. En la actualidad, ante la evolución rápida y compleja del panorama, los vigorosos cambios y el desarrollo de las formas y métodos de guerra, las situaciones de defensa y “blancos” a combatir, el reajuste de la organización del Ejército es una necesidad objetiva y urgente. Constituye también una gran política del Partido y el Estado para construir con éxito un ejército revolucionario, regular, de élite y moderno.

Por lo tanto, es crucial seguir formando una estructura organizativa del Ejército sincrónica y razonable entre los componentes, reduciendo los intermediarios y unidades de garantía y servicio. Durante ese proceso hay que tener en cuenta los lineamientos sobre la defensa y guerra de todo el pueblo, así como la capacidad de abastecimiento de armas y equipamiento, priorizando a las unidades que pueden avanzar directamente hacia la modernidad. Asimismo, se debe continuar organizando algunas unidades de reserva estratégicas y construir abundantes fuerzas de reserva y milicias fuertes y amplias.

Para cumplir los objetivos y requisitos sobre la construcción y la organización del Ejército en el período 2021-2030, es fundamental fortalecer el liderazgo sobre esa tarea; intensificar la concientización para generar el consenso y la determinación políticos y la unidad entre los efectivos; elaborar planes con medidas integrales, sincrónicas y prácticas; y aprovechar la sinergia de todo el ejército y el sistema político. Al reajustar la estructura organizativa, se necesita vincular las tareas ideológicas, organizativas y políticas; prestar atención a consolidar y perfeccionar la capacidad de liderazgo y la combatividad de los comités partidistas, y mantener estable la base ideológica de los cuadros y soldados. Hay que detectar de manera oportuna y combatir con determinación los argumentos erróneos, acciones de sabotaje y tergiversaciones de las fuerzas hostiles y reaccionarias, además de eliminar las manifestaciones de subjetividad, apuro, superficialidad, dependencia o falta de determinación en la implementación de los reajustes.

Tercero, seguir renovando y mejorando la calidad del entrenamiento, la educación, formación, construcción de las fuerzas regulares y el cumplimiento de la disciplina.

Se trata de áreas importantes que contribuyen directamente a mejorar la calidad integral y combatividad de cada órgano, unidad y de todo el Ejército. Por lo tanto, se debe concientizar con frecuencia a los cuadros y soldados de que el entrenamiento es la tarea política central y regular en el tiempo de paz, sometida al liderazgo directo de los comités partidistas y la gestión de los comandantes, comisarios y funcionarios políticos en todos los niveles. Es también una responsabilidad de todas las organizaciones, cuadros, soldados, empleados y funcionarios a cargo de la defensa, los efectivos de la reserva y las milicias. Hay que efectuar cursos de entrenamiento integrales y adecuados a las misiones de cada unidad, con enfoques concretos apegando al lema “Básico-Práctico-Sólido”, y énfasis en el entrenamiento uniforme, especializado y dirigido hacia la modernidad. Es esencial combinar esta tarea con la educación política, el fortalecimiento del temperamento político y otras labores, dando importancia a la impartición de experiencias combativas y prácticas de entrenamiento. Asimismo, hay que promover la sinergia, el espíritu de autosuficiencia y resiliencia, la actitud proactiva y la creatividad de los comandantes, unidades, cuadros y soldados; elevar la eficiencia del trabajo partidista y político, y mejorar la vida material y espiritual de los soldados. De ese modo, se puede equipar a los soldados, particularmente los comandantes, con la firmeza política, buenos conocimientos, habilidades y mañas; niveles técnicos, tácticos y profesionales altos, especializados y modernos; un pensamiento creativo, determinación, rápida adaptabilidad y acción audaz y efectiva para responder a las emergencias y cumplir con éxito todas las tareas encomendadas.

Al mismo tiempo, es preciso mejorar la educación y formación de los cuadros, oficiales y técnicos en las academias y escuelas militares con atención a los requisitos y misiones de construcción del Ejército en el nuevo período. El lema “La calidad de la educación y formación en las escuelas decide la combatividad de las unidades” es la plataforma para proponer políticas y soluciones realistas y factibles. Además, las entidades y unidades deben fortalecer su liderazgo para mejorar los niveles y la disposición de luchar y defender las fronteras, la ciberseguridad y los espacios terrestre, aéreo y marítimo de la Patria, en aras de detectar de forma oportuna y resolver con eficiencia las emergentes, sin caer en la pasividad ni verse sorprendidas. Al mismo tiempo, resulta necesario dar importancia al fortalecimiento del carácter regular y la disciplina del Ejército, el respeto a las leyes del Estado y las reformas administrativas militares para construir unidades integralmente sólidas, ejemplares y destacadas, contribuyendo así a mejorar la calidad integral y la combatividad de todo el Ejército.

Cuarto, prestar mayor atención a la construcción del contingente de cuadros, especialmente los dirigentes y comandantes en todos los niveles, como fuerza central para mejorar la calidad integral y la combatividad del Ejército.

El Presidente Ho Chi Minh afirmó: “Los cuadros son la raíz de todos los trabajos”(4) y “Éxito o fracaso de un trabajo depende de la calidad de los cuadros”(5), lo que ha sido comprobado a través de la la historia y tradición de casi 80 años del Ejército Popular de Vietnam.

Las calificaciones, la capacidad y el coraje de los cuadros en general, y de aquellos que dirigen y gestionan directamente a los soldados en particular, son factores decisivos de la calidad integral y combatividad de cada entidad, unidad y de todo el Ejército. Para construir un personal calificado, especialmente en mandos de campaña y estratégicos, los comités partidistas, dirigentes, órganos políticos y cuadros deben seguir estudiando en profundidad y aplicando con seriedad las resoluciones, directivas, conclusiones, normas y reglamentos del PCV y la Comisión Militar Central sobre las tareas del personal. Además, hay que obedecer el principio de centralismo democrático en esas labores, prestar más atención a la construcción de un contingente con cantidad y estructura proporcionadas y alta calidad, garantizando una transición generacional fluida. Asimismo, es fundamental realizar bien las actividades de evaluación, planificación, formación, designación y empleo de los cuadros, en primer lugar los dirigentes y comandantes en todos los niveles, los cuales deben reunir suficiente calidad y capacidad profesional. También hay que intensificar la búsqueda y capacitación de los cuadros jóvenes, funcionarias y miembros de las etnias minoritarias.

Resulta crucial mejorar la formación y capacitación del personal para asegurar una transición generacional fluida. En concreto, hay que impulsar la capacitación regular, asociar la formación de los cuadros para cada cargo con el correspondiente nivel educativo y de teoría política e incrementar la cooperación con las universidades en el sistema nacional en ámbitos en los que el Ejército todavía no puede participar, así como ampliar la cooperación internacional, sobre todo con los países amigos tradicionales y aquellos con las  ciencias, técnicas y tecnologías militares avanzadas. Al mismo tiempo, se hace  necesario impulsar el desarrollo de recursos humanos militares de alta calidad, priorizando la formación de investigadores científicos; docentes; expertos de primera categoría; cuadros encargados del diseño, fabricación, gestión y explotación de armas y equipos modernos; y funcionarios de relaciones exteriores para satisfacer los requisitos de integración global en la defensa. Otras tareas incluyen construir un contingente de oficiales de reserva de acuerdo con la demanda de movilización en cada estado de defensa y continuar estudiando, perfeccionando y desplegando con eficiencia las políticas sobre los cuadros, especialmente las referidas al salario, la vivienda y los subsidios; incentivos para incrementar el personal estacionado en las áreas menos favorecidas, fronterizas, marítimas e insulares; políticas para captar talentos y centradas en la retaguardia y las familias de los oficiales. Al mismo tiempo, hay que seguir implementando bien las políticas dedicadas a personas con méritos revolucionarios y familias de mártires e inválidos de guerra, de acuerdo con la situación socioeconómica del país.

Quinto, mejorar la calidad de las actividades de ciencias militares, logísticas, técnicas y de industrias  de defensa para cumplir los objetivos de desarrollo del Ejército en el nuevo período.

Las ciencias militares son parte indispensable de la esfera de ciencia-tecnología nacional y constituyen un factor importante para la construcción de un Ejército revolucionario, regular, de élite y moderno, bajo la dirección de los comités y organizaciones partidistas y comandantes en todos los niveles. Por lo tanto, es crucial desarrollar las ciencias militares de manera sincrónica y con enfoques concretos. En ese proceso las ciencias de arte militar, sociales y humanidades desempeñan el papel de guía; los sectores de  técnica y tecnología militar son clave, mientras la construcción y desarrollo de los potenciales de las ciencias militares constituyen la base. Hay que mejorar la capacidad de gestión y renovar de manera sincrónica el mecanismo administrativo, ampliar la cooperación internacional e implementar la transformación digital para impulsar el desarrollo de las ciencias militares. Además, se necesita continuar desarrollando la ciencia teórica política para suministrar de forma oportuna argumentos científicos al Partido y el Estado en la planificación de las políticas militares y de defensa. Asimismo, es indispensable desarrollar el sistema teórico sobre el arte militar de Vietnam; prever las intenciones y maniobras de las fuerzas hostiles y las formas de guerra en el futuro; y construir las fuerzas armadas populares, la defensa de todo el pueblo, las actividades de las zonas de defensa y el arte de guerra popular para salvaguardar la Patria en la nueva coyuntura.

La logística y el trabajo técnico constituyen una de las tareas centrales y un factor decisivo de la combatividad del Ejército. Los comités partidistas y dirigentes en todos los niveles deben fortalecer su responsabilidad al orientar  esas actividades, promover el espíritu proactivo, la creatividad, autosuficiencia y resiliencia entre los efectivos y aprovechar la sinergia de las ramas dentro y fuera del Ejército. Hay que combinar estrechamente la logística militar con la del pueblo; tomar la iniciativa para estudiar, diagnosticar y observar la situación; perfeccionar los mecanismos, métodos de planificación y actividades de la logística en las áreas de defensa; fortalecer la disposición de la logística militar asociada con la de defensa de todo el pueblo sincronizándola con la planificación del desarrollo socioeconómico en cada dirección y área, con el fin de crear una posición de defensa coordinada y sólida; e impulsar las actividades económicas del Ejército para mejorar las condiciones de vida de los soldados. Al realizar las tareas técnicas, hay que integrarlas en la implementación general de las resoluciones, estrategias y proyectos militares y de defensa, teniendo en cuenta la situación socioeconómica y el arte militar de Vietnam. Además, es importante incrementar los recursos de inversión y la cooperación internacional; combinar la investigación y explotación del equipamiento técnico de alta tecnología con la reparación, actualización y utilización del equipamiento actual manteniendo firme el coeficiente técnico de los equipos. De ese modo, se garantizarán las condiciones logísticas, armas y equipos técnicos para el entrenamiento, los preparativos y las operaciones en el campo del Ejército. Al mismo tiempo, hay que construir una industria de defensa autosuficiente y resiliente, moderna y con doble uso, contribuyendo a fortalecer el potencial y la fuerza militar y de defensa del país./.

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(1) Ho Chi Minh: Obras Completas, Editorial Política Nacional Su That (La Verdad), Hanoi, 2011, tomo 14, pág. 435
(2), (3) Documentos del XIII Congreso Nacional del Partido Comunista, Editorial Política
Nacional Su That (La Verdad), Hanoi, 2021, tomo I, págs. 67, 155-156
(4), (5) Ho Chi Minh: Obras CompletasIbíd., tomo 5, págs. 309, 280

Este artículo fue publicado en la Revista Comunista No.1013 (mayo de 2023)