Interiorizar las orientaciones y trabajar con denuedo para construir en 2030 el Ejército Popular de Vietnam revolucionario, regular, de élite y moderno

DR. PHAN VAN GIANG
General, miembro del Buró Político del Partido Comunista, Subsecretario de la Comisión Militar Central, Ministro de Defensa
21:37, 05-03-2023

Revista Comunista - Construir el Ejército Popular de Vietnam revolucionario, regular, de élite y moderno es una política acertada y consistente, que refleja una nueva mentalidad y visión estratégica del Partido Comunista (PCV) y el Estado, para garantizar que esas fuerzas sean capaces de cumplir con éxito todas sus misiones en el nuevo período de la revolución. Se trata de una responsabilidad de todo el Partido, el pueblo y el sistema político, sobre todo de los comités partidistas, dirigentes en todos los niveles, cuadros y combatientes.

El Ejército Popular de Vietnam son las fuerzas revolucionarias del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, fundadas, formadas y entrenadas por el PCV y el Presidente Ho Chi Minh. En cada etapa de la Revolución, el Partido persiste en el objetivo y la visión de construir un ejército capaz de encargarse del fortalecimiento de la defensa nacional y la salvaguarda de la Patria en cualquier circunstancia. Al heredar, complementar y desarrollar los puntos de vista y lineamientos presentados en los Congresos Nacionales, la XIII magna cita del PCV siguió exigiendo construir un ejército revolucionario, regular, de élite y modernizado paso a paso; y para 2025 contar con fuerzas de élite, racionalizadas y potentes como base para desarrollar un ejército moderno en 2030. Se trata de una política consistente y correcta que refleja la visión estratégica del Partido, cuyo cumplimiento exitoso es el factor decisivo para garantizar que el ejército sea capaz de cumplir con eficiencia su papel central en el fortalecimiento de la defensa y la salvaguarda de la Patria socialista.

La estructura organizativa del Ejército Popular se adecua a las condiciones, circunstancias y las misiones de la revolución vietnamita en cada etapa, con apego profundo a los puntos de vista, objetivos y orientaciones de la construcción de esas fuerzas, y bajo el liderazgo absoluto y directo en todos los aspectos del PCV; la gestión centralizada y unificada del Estado, siendo directo y regular el monitoreo del Buró Político y el Secretariado.

Justo después de la liberación del Sur, la reunificación del país y la guerra de defensa fronteriza, diversas unidades de nivel de campaña o estrategia se modificaron tras cumplir sus misiones. Especialmente, desde 2016 hasta la fecha, todo el ejército ha ajustado de manera proactiva su organización reduciendo la plantilla en las entidades de nivel estratégico y de campaña, las intermediarias y unidades de servicio; asegurando y priorizando el personal para las unidades colocadas en la posición dispuesta al combate y entrenamiento, y las estacionadas en las zonas remotas, fronterizas e insulares; incrementando las inversiones para que los cuerpos y fuerzas avancen directamente hacia la modernidad; reorganizando las fábricas y establecimientos de mantenimiento del sector de la defensa; y reajustando las funciones, tareas, organización y plantilla de algunas academias y escuelas del ejército.

Las labores de entrenamiento, formación y capacitación se han estandarizado y modernizado. Se ha mantenido estrictamente la disposición combativa en todos los niveles, con el fin de garantizar la seguridad de los cuarteles y resolver las situaciones militares y de defensa. Se han registrado avances en las actividades logísticas y técnicas, la industria de defensa y otras esferas; en particular se han estudiado y dominado la mayoría de las armas y equipos, sobre todo los nuevos y modernos, contribuyendo al fortalecimiento del potencial y la fuerza de la defensa nacional. Las labores de integración global y relaciones exteriores en el sector de defensa se han desplegado de manera proactiva, flexible, práctica y efectiva, convirtiéndose en parte infaltable de las actividades de asuntos externos del Partido, la diplomacia del Estado y la diplomacia del pueblo, lo que ha contribuido a construir la confianza, mantener la paz y estabilidad en la región, y elevar la posición del país y su ejército en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y en la arena internacional. Esos resultados constituyen una premisa importante para seguir impulsando la construcción de las tropas revolucionarias, regulares, de élite y modernizadas paso a paso, poniendo énfasis en la modernización de algunos servicios, cuerpos y fuerzas para construir desde 2030 un ejército moderno, capaz de cumplir la misión de salvaguardar a la Patria en la nueva situación.

Para los próximos años, se pronostica que la paz, la cooperación y el desarrollo seguirán siendo la tendencia dominante en el panorama regional y global, pero continuarán apareciendo cambios rápidos, complejos e impredecibles. La competencia estratégica entre las potencias, los conflictos internos y las disputas de soberanía, especialmente sobre los mares e islas evolucionarán de manera compleja e intensa. En medio de la cuarta revolución industrial, aparecerán nuevos tipos de armamento, mientras que las guerras que utilizan armas de alta tecnología y sin contacto serán cada vez más habituales. Los desafíos emergentes, especialmente los relativos a la seguridad, ciberseguridad, terrorismo, criminalidad, desastres naturales y epidemias se tornan cada vez más complicados.

Tras 36 años de renovación integral, el potencial, la posición y el prestigio de Vietnam en la arena internacional se han elevado cada vez más, hecho que se cree una base importante para un desarrollo más fuerte y sostenible en el nuevo período. Sin embargo, el país sigue enfrentando desafíos y dificultades. Las fuerzas hostiles y reaccionarias, y los oportunistas políticos han intensificado los actos de sabotaje contra el Partido, el Estado y el Ejército Popular, empeñándose en la estrategia de “evolución pacífica” y acelerando la “autoevolución”, “autotransformación” y “despolitización” de las fuerzas militares, con intrigas y maniobras muy sofisticadas, maliciosas y difíciles de identificar. Esa situación plantea nuevos requisitos en la construcción del ejército, el fortalecimiento de la defensa y la salvaguarda de la Patria, sobre todo en la formación de unas tropas revolucionarias, regulares, de élite y modernas. Para cumplir esa visión en línea con las Resoluciones del XIII Congreso Nacional del PCV y la XI Asamblea del Comité partidista del Ejército Popular, las organizaciones partidistas y dirigentes de todos los niveles en esas fuerzas deben interiorizar e implementar con eficiencia las siguientes soluciones básicas:

Primero, persistir en el principio de construir un ejército políticamente firme y mantener su naturaleza revolucionaria como base para reforzar la calidad integral y la combatividad.

Se trata de una cuestión fundamental y un principio inmutable que decide la naturaleza del Ejército Popular de Vietnam como las fuerzas de la clase obrera, el pueblo y la nación; y garantiza que en cualquier situación y circunstancia las fuerzas armadas sean absolutamente leales a la Patria, al Partido y al pueblo, firmes en los objetivos e ideales del PCV y dispuestos a asumir y cumplir bien todas las tareas encomendadas.

La construcción del ejército se debe llevar a cabo de manera integral en todos los aspectos: militar, político, logístico y técnico; así como en todas las misiones combativas, es decir, que debe siempre estar dispuesto a participar en operaciones, entrenamientos, actividades productivas y otras tareas. En específico, hay que prestar especial atención al fortalecimiento de la firmeza política del ejército, pues “realizar actividades militares excluyendo el factor político es como un árbol sin raíz, inútil y perjudicial”(1). Por lo tanto, al construir un ejército de élite, compacto, potente y moderno hay que garantizar una estructura organizativa optimizada a partir de la racionalidad, mejorar su calidad en todos los aspectos y prestar constante atención al mantenimiento y fomento del liderazgo absoluto, directo e integal del PCV sobre esas fuerzas. Es también necesario construir un comité partidista en el ejército transparente, sólido y ejemplar en términos de política, ideología, ética, organización y personal, además de mejorar sin pausa la capacidad de liderazgo y la combatividad de los comités y organizaciones partidistas, y la ejemplaridad de los cuadros y militantes en el ejército.

Los comités partidistas y dirigentes de todos los niveles deben continuar renovando y mejorando las actividades de educación política, orientación ideológica, sensibilización sobre las tareas y determinación de la motivación, voluntad y elevada audacia para cumplir las tareas. Además, deben realizar con eficiencia los movimientos de emulación y otras campañas, y crear un entorno de cultura militar progresista y sana en el nuevo período, con el fin de reforzar la unidad, la solidaridad y consenso en todo el ejército. Es fundamental desplegar con eficiencia las labores de supervisión e inspección, prestando la atención a las manifestaciones de degradación de la ideología política, la moral y el estilo de vida, la “autotransformación” y “autoevolución” y la baja eficiencia en el trabajo, como contribución al fortalecimiento de la disciplina. También hay que garantizar la seguridad y luchar de manera proactiva contra las maniobras de las fuerzas hostiles, prevenir y repeler los actos negativos y las ideas erróneas y dañinas, para depurar las filas del ejército. Además, es preciso dirigir con seriedad la movilización de las masas con modelos creativos y prácticos para promover las cualidades de los “soldados del Tío Ho” y estrechar los vínculos entre el ejército y el pueblo. Al mismo tiempo, hay que elevar la eficiencia y eficacia de las tareas partidistas y políticas en las actividades del ejército.

Entrenamiento de soldados de la Brigada 172, Zona 3 de la Armada _Fuente: baohaiquanvietnam.vn

Segundo, prestar constante atención al desarrollo de recursos humanos de alta calidad, renovar y mejorar las actividades de entrenamiento, ejercicio, formación y capacitación del personal para cumplir los requisitos y tareas encomendadas en cualquier situación.

Se trata de una de las orientaciones estratégicas capaces de generar cambios radicales, que decide y asegura el avance del ejército hacia la modernidad. Hay que prestar atención a la cuestión de la cantidad y calidad en la formación de los recursos humanos, y concentrarse en el desarrollo del contingente de investigadores de las ciencias militares, los expertos de primer rango, profesores en las academias y escuelas, y funcionarios de los institutos del ejército. Es necesario desarrollar un contingente de cuadros militares y políticos de alta calidad, y de funcionarios logísticos y técnicos con suficientes conocimientos y habilidades para cumplir sus tareas. Además, hay que adoptar políticas apropiadas para atraer, desarrollar y aprovechar los talentos al servicio de la construcción y salvaguarda de la Patria en la nueva situación.

Al mismo tiempo, se debe seguir renovando y mejorando la calidad de entrenamiento y formación en las escuelas del ejército, creando una fuente de cuadros en  todos los niveles con suficientes virtudes revolucionarias, inteligencia, capacidades profesionales y habilidades de liderazgo y gestión en correspondencia con sus cargos. También hay que construir escuelas e institutos de élite, racionalizados, potentes y modernos; asociar la educación académica con la formación y capacitación en las unidades; vincular la escuela con el frente de lucha, y la teoría con la práctica según el lema “La calidad de formación de la escuela se refleja en la disponibilidad combativa de las unidades”; heredar el peculiar arte militar de los antepasados en las guerras independentistas a través de la historia y lo más valioso del arte militar mundial; y responsabilizar a los comités partidistas y dirigentes de la calidad del entrenamiento. Las actividades de entrenamiento se deben llevar a cabo de manera rigurosa y flexible, de acuerdo con los puntos de vista, principios y combinaciones; poniendo énfasis en la divulgación de experiencias, la mejora de la capacidad en la práctica, el dominio de nuevas armas y equipos modernos, la movilidad y la combatividad en la nueva situación. Además, se debe impulsar la aplicación de la tecnología de la información, la tecnología de simulacros y herramientas modernas en el entrenamiento de los soldados y la gestión de las actividades de educación y formación.

Tercero, seguir implementando con eficiencia las reformas radicales en materia de organización y equipamiento.

Se trata de uno de los contenidos más importantes que contribuyen a la fuerza combativa del ejército. Para resolver bien esa cuestión, en primer lugar hay que estudiar a fondo y desplegar con seriedad y eficiencia la Resolución 05-NQ/TW, del 17 de enero de 2022, del Buró Político sobre la organización del Ejército Popular de Vietnam en el período 2021-2030 y los años posteriores. Cada nivel tomará la iniciativa en la elaboración de planes integrales y medidas estrictas y científicas para desplegarlos según un itinerario apropiado; reajustar la plantilla de cada bloque militar en sintonía con los lineamientos de defensa y guerra popular, así como el abastecimiento de armamento y equipamiento; mantener y desarrollar las tradiciones del ejército y el arte militar de Vietnam. Es fundamental construir y reajustar la arquitectura del ejército para que sea más racionalizado, compacto y fuerte, y que cuente con una estructura organizativa sincrónica y adecuada en cuanto a las fuerzas; reducir las entidades intermediarias y unidades logísticas y de servicio; crear algunas unidades de reserva estratégica al servicio de la salvaguarda de la Patria socialista; construir fuerzas de reserva abundantes y milicias fuertes, sólidas y amplias, para garantizar que el ejército sea capaz de actuar como núcleo, acompañado por todo el pueblo, en el cumplimiento exitoso del objetivo de defender a la Patria en cualquier situación.

Por otro lado, hay que intensificar la investigación científica, aprovechar las iniciativas, mejorar las habilidades de dominio del armamento y equipamiento técnico, creando un gran avance en la explotación de las armas de alta tecnología y la fabricación de insumos técnicos, armas y equipos para cumplir los requisitos y misiones de entrenamiento, incrementar la combatividad y llevar a cabo otras labores del ejército. Al mismo tiempo, es necesario promover la cooperación internacional y la aplicación de los logros de la cuarta revolución industrial en la gestión, explotación, reparación y modernización de armas y equipos técnicos, especialmente los de alta tecnología.

Cuarto, intensificar la regularización y el fortalecimiento disciplinario para crear cambios integrales y sostenibles en el cumplimiento de la disciplina del ejército y las leyes del Estado.

La regularización del ejército se propone garantizar el consenso en el pensamiento, la voluntad y la acción en todas las actividades y operaciones de los soldados y sus unidades. En tal línea, la regularización de hábitos y el mantenimiento de la disciplina son dos factores importantes que crean la calidad general y la fuerza combativa del Ejército Popular de Vietnam. Esas labores deben contar con contenidos integrales y focos concretos, que se dirigen a los puntos y ámbitos débiles; elevar el nivel de los combatientes regulares en el entrenamiento y la preparación para el combate; y gestionar el personal, el armamento y equipamiento técnico. Hay que vincular de manera estrecha la regularización y la obediencia a la disciplina del ejército y las leyes del Estado minimizando las faltas graves y el incumplimiento de las regulaciones de seguridad en el entrenamiento.

Es importante prestar mayor atención a la educación para consolidar la motivación, determinación y voluntariedad de los cuadros y combatientes en el cumplimiento de sus funciones y tareas; orientaciones y políticas del PCV y el Estado; y órdenes, estatutos y normativas del ejército y de cada unidad. Se requiere también asociar la educación política y legal con las medidas administrativas y sanciones a los  cuadros cuya responsabilidad se relaciona con las violaciones. Cada entidad y unidad debe revisar y evaluar los resultados de su regularización, el cumplimiento legal y disciplinario para extraer de forma oportuna lecciones, adoptando así soluciones al respecto; mantener el orden y el estilo de vida, estudio y trabajo; y manejar bien las relaciones sociales de los soldados. Además, hay que prestar atención a la capacitación de los cuadros, especialmente a nivel divisional, para que reúnan suficientes habilidades para dirigir, monitorear y formar a los soldados.

Otras medidas incluyen cumplir bien las regulaciones sobre la responsabilidad de los cuadros y militantes de actuar como ejemplo a seguir para los demás; promover la sinergia de las instituciones y fuerzas en la regularización, el fortalecimiento de la disciplina y el manejo del pensamiento ideológico de los combatientes; detectar de forma oportuna y sancionar con seriedad y hasta el final las violaciones justo desde el nivel de base, previniendo que las pequeñas infracciones se acumulen en grandes errores. Además, hay que vincular la construcción de unidades integralmente sólidas y ejemplares con la rectificación y consolidación de las organizaciones partidistas, así como con la mejora de la vida económica y espiritual de los soldados. Es necesario crear una cultura militar positiva, sana y diversificada; prevenir y combatir de forma proactiva los efectos negativos, maliciosos y nocivos. Por otro lado, hay que cumplir bien las tareas logísticas y las demás, en aras de garantizar la base para el entrenamiento, la preparación de combate, la construcción de las unidades y la mejora de la vida económica y espiritual de los soldados.

Quinto, construir y desarrollar una industria de defensa avanzada y moderna, para que se convierta en una rama clave al servicio de la construcción y salvaguarda de la Patria.

Para cumplir el objetivo de construir un ejército moderno, durante su XIII Congreso Nacional, el PCV exigió: “Construir y desarrollar una industria de defensa… moderna y de doble uso: cumplir los requisitos y misiones de salvaguardar la Patria y contribuir de manera importante al desarrollo socioeconómico”(2); mientras el Buró Político promulgó la Resolución 08-NQ/TW, del 26 de diciembre de 2022, sobre el impulso del desarrollo de la industria de defensa hasta 2030 y los años posteriores. Como resultado, en el futuro cercano se necesita continuar construyendo y desarrollando una industria de defensa autónoma, autosuficiente, moderna y de doble uso, que se convertirá en una rama clave de la industria nacional con altos niveles de ciencia-tecnología y apropiadas escala, estructura y mecanismos administrativos y operativos; además de promover el papel, la responsabilidad y la participación activa y efectiva de los sectores de la economía para contribuir a reforzar el potencial y la fuerza militar y de defensa de la nación. Hay que vincular el desarrollo de la rama de defensa con el de la industria nacional en  una proporción adecuada y priorizar las tecnologías de punta y de alta eficiencia, en aras de satisfacer cada vez mejor las necesidades de abastecimiento de armamento y equipamiento técnico para las fuerzas armadas populares.

Para alcanzar esos objetivos, se debe perfeccionar con prontitud el sistema de documentos legales, mecanismos, políticas, estrategias, planificaciones y planes de desarrollo de la industria de defensa a mediano y largo plazo, teniendo en cuenta las nuevas circunstancias. Es importante priorizar los sectores y productos industriales básicos y con alto valor para el doble uso. Además, hay que concentrar las inversiones en algunos establecimientos de la industria de defensa dotados de tecnologías modernas como núcleos para construir grupos y complejos de industria militar de doble uso y alta tecnología, encargados de la investigación, fabricación y abastecimiento de armamento y equipamiento técnico militar. En el horizonte visible, se priorizará la construcción y el desarrollo de la industria de defensa con una apropiada escala, estructura organizativa y mecanismo administrativo, promoviendo el papel y la autorresponsabilidad de los establecimientos de la rama. Al mismo tiempo, se perfeccionará la organización del sector técnico para que sea más “racionalizada, compacta y unificada”, adecuada a las características de las armas, equipos técnicos y tareas de cada nivel; además de garantizar una gestión fluida y sin superposiciones entre los cargos directivos. Otra solución es renovar el método de garantía técnica para las armas y equipos técnicos de nueva generación y alta tecnología en la dirección centralizada y unificada; así como cambiar la mentalidad sobre la fabricación de insumos técnicos priorizando la ampliación de los modelos mixtos, asociaciones y mecanismos que cuentan con la participación de sectores no estatales.

Sexto, elevar la eficiencia de la integración internacional y las labores de relaciones exteriores en el sector de la defensa.

Las relaciones exteriores en el sector de la defensa forman parte importante de los tres pilares: las relaciones exteriores del Partido, diplomacia del Estado y la diplomacia del pueblo- que sirven para materializar la política exterior del PCV y contribuir al mantenimiento de la paz y estabilidad en aras de  cumplir la labor de proteger a la Patria con anticipación y desde la distancia con medidas pacíficas y compatibles con el derecho internacional. Hay que continuar, mediante la integración global y las relaciones exteriores del sector de la defensa, la construcción de la confianza y el fortalecimiento de la posición y el prestigio del ejército en la arena internacional; a la par de movilizar y aprovechar los recursos externos. La defensa nacional debe actualizar, adaptar y adecuar sus normas a los estándares internacionales en materia de personal, organización, plantilla, entrenamiento, formación, armamento y equipamiento, sobre todo en las labores de dirección, coordinación y operación en circunstancias difíciles, como parte de los esfuerzos para modernizar y construir un ejército capaz de proteger firmemente la Patria en la nueva situación.

Sobre la base del cumplimiento serio de los puntos de vista y la política exterior del PCV, la integración internacional y las relaciones externas del sector de la defensa se deben llevar a cabo de forma proactiva, flexible, creativa y constantemente renovada, con énfasis en el asesoramiento y propuestas sobre la cooperación con los socios, en pos de cumplir los objetivos estratégicos y grantizar los intereses de la nación y el pueblo. Hay que impulsar la cooperación bilateral y multilateral para que sea más profunda, práctica, estable y efectiva, priorizando los nexos con los países vecinos, los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y los amigos tradicionales, y garantizando el equilibrio en las relaciones con las potencias mundiales. Resulta necesario ampliar la cooperación con los socios potenciales y manejar bien las relaciones exteriores del sector de la defensa, para contribuir a consolidar la confianza política, profundizar los nexos entre los países e incrementar los intereses estratégicos compartidos con otros estados. Además, hay que participar de forma activa en las misiones de paz de las Naciones Unidas en los programas y lugares apropiados, para elevar la posición y reputación del ejército en la arena internacional. Al mismo tiempo, se deben acelerar las negociaciones y la firma de los compromisos y tratados internacionales y memorandos de entendimiento con los socios sobre la cooperación en la defensa y técnica militar. Es importante  elaborar y desplegar la Estrategia de integración internacional y relaciones exteriores del sector de la defensa hasta 2030 y los años posteriores, creando un entorno favorable para proteger firmemente la Patria con anticipación y desde la distancia./.

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(1) Ho Chi Minh: Obras Completas, Editorial Política Nacional Su That (La Verdad), Hanoi, 2011, tomo VII, pág. 217
(2) Documentos del XIII Congreso Nacional del PCV, Nxb. Editorial Política Nacional Su That (La Verdad), Hanoi, 2021, tomo I, págs. 158 - 159

Este artículo fue publicado en la Revista Comunista No.1004 (diciembre de 2022)