Autoformación y mejora constante del temperamento político - un factor decisivo para el éxito del Partido Comunista de Vietnam

Prof. Asoc., Dr. Nguyen Ngoc Ha
Subeditor jefe de la Revista Comunista
11:13, 04-05-2021

Revista Comunista - Desde su fundación, el temperamento político del Partido Comunista de Vietnam (PCV) se formó pronto y ha sido continuamente forjado y promovido a través de las etapas revolucionarias. Gracias a su entereza política, el Partido ha superado dificultades y desafíos, liderando al pueblo vietnamita a grandes victorias de trascendencia nacional y para la época durante los últimos 90 años.

Temperamento político para superar desafíos históricos

El éxito de un partido político depende de varios factores clave: el Partido debe tener una base teórica sólida de la conciencia de clase avanzada; el lineamiento científico y acertado; un sistema de organización sólido y ajustado; la capacidad de liderazgo y combate; así como la capacidad de aglutinar y promover la fuerza de las masas, a la par de tener siempre el apoyo del pueblo y un contingente de militantes lo suficientemente fuerte para llevar a cabo las tareas trazadas. Además, como un partido político, un factor decisivo para su éxito o fracaso es su temperamento político.

En respuesta al "Llamamiento a la resistencia nacional" del Presidente Ho Chi Minh el 19 de diciembre de 1946, todo el pueblo vietnamita se levantó contra la invasión colonial francesa _Foto: VNA

El temperamento político constituye la combinación de postura, cualidad, capacidad y coraje político, lo cual se manifiesta en la firmeza y la perseverancia frente a todas las conspiraciones y artimañas de los enemigos; y en la determinación y esfuerzos para superar todos los desafíos que surjan en la vida para alcanzar los objetivos trazados. La entereza política se muestra con más claridad en los puntos de inflexión históricos y en las situaciones peligrosas que enfrenta un partido político.

En el caso del PCV, el temperamento político se ha mostrado en diversas formas, las cuales incluyen la aplicación firme y creativa del marxismo-leninismo y el pensamiento de Ho Chi Minh; el cumplimiento consecuente de las metas y estrategias establecidas; la planificación de forma proactiva y creativa de las estrategias revolucionarias adecuadas y la determinación de implementar con éxito las misiones revolucionarias, Se manifiesta además en la capacidad de reunir y poner en juego eficientemente el poder de las fuerzas revolucionarias; luchar tenaz, ardua y creativamente contra los enemigos; e identificar correctamente y rectificar con valentía sus errores y deficiencias. En especial, la firmeza política del Partido se ha mostrado con más claridad en las circunstancias históricas de mayor peligro y difíciles de superar. Durante los últimos 90 años, se han producido esas situaciones arduas que desafiaron el temperamento y la determinación del Partido.

Inmediatamente después de su nacimiento, el Partido lideró al pueblo vietnamita a realizar una serie de actividades y movimientos revolucionarios entre 1930 y 1931, que tuvieron su punto culminante en el alzamiento de Xo Viet-Nghe Tinh. Los colonialistas franceses y sus secuaces reprimieron a esos movimientos. Decenas de miles de combatientes comunistas y patriotas fueron arrestados, encarcelados y masacrados, incluido el Secretario General del Partido. El líder Nguyen Ai Quoc (Ho Chi Minh) fue detenido en Hong Kong (China) por los colonialistas británicos, en colusión con los franceses. El sistema organizativo del Partido se vio seriamente entorpecido. En tal circunstancia, la mayoría de los militantes aún mantenían el espíritu comunista. Todos los militantes y las masas todavía determinaron implementar el lineamiento del Partido. Numerosas organizaciones partidistas y militantes continuaron participando y dirigiendo las actividades revolucionarias. Por su parte, los militantes en cautiverio convirtieron las cárceles imperiales en escuelas revolucionarias, y siguieron estudiando y luchando para proteger y difundir los lineamientos del Partido. En 1932, se anunció oficialmente el "Plan de acción". En marzo de 1935, el Partido celebró su primer Congreso Nacional, marcando la recuperación del sistema organizativo partidista para continuar llevando la revolución vietnamita a una nueva etapa. La lucha demostró claramente el temperamento político del Partido frente a un serio desafío relacionado a su supervivencia, incluso en los primeros años de su fundación cuando la fuerza y la organización no se habían consolidado firmemente y carecían de experiencias del combate. En tales circunstancias, otros partidos comunistas en el mundo no podían sostenerse y recuperarse, lo que demostró la vitalidad y la entereza del PCV en ese momento.

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, los colonialistas franceses abolieron los derechos democráticos que ganó anteriormente el pueblo vietnamita, y trataron de perseguir y reprimir los movimientos y organizaciones revolucionarias. El Pleno del Comité Central del PCV en noviembre de 1939 analizó de manera oportuna la situación y cambió la dirección estratégica, centrándose en la liberación nacional. Ese lineamiento demostró la madurez en la conciencia del Comité Central del Partido sobre las leyes objetivas, su firmeza política, la proactividad y creatividad. Cuando los fascistas japoneses entraron en Indochina, el pueblo vietnamita tuvo que sufrir el “doble yugo”. Muchos militantes fueron capturados, encarcelados o asesinados, incluidos líderes de alto rango del partido, como secretarios generales y miembros permanentes del Comité Central del Partido. En ese difícil contexto y con solo unos pocos miles de militantes activos, el Partido aún preparó resueltamente las condiciones para dirigir al pueblo a organizar con éxito y de manera rápida y con el menor derramamiento de sangre el levantamiento para tomar el poder y recuperar la independencia nacional cuando surgió la oportunidad.

Un año después de la Revolución de Agosto de 1945, el Partido, sin experiencia de gobernanza ni apoyo directo de la comunidad internacional, lideró al pueblo a luchar contra la pobreza, erradicar el analfabetismo y expulsar a los agresores extranjeros. En la situación “pendiente de un hilo”, la entereza política del Partido se evidenció claramente en la lucha de resistencia y la construcción nacional al defender firmemente sus principios y lineamientos estratégicos, y ser flexible en el combate contra los enemigos internos y externos. Como resultado, la fuerza revolucionaria interna se fortaleció en todos los aspectos, mientras que las fuerzas reaccionarias fueron sofocadas y algunos enemigos externos fueron repelidos, lo cual creó las condiciones para que las fuerzas revolucionarias se concentraran en combatir al principal enemigo, el colonialismo francés. A pesar de que se vio obligado a declarar la “autodisolución”, que de hecho fue retirarse a la clandestinidad, el PCV aún creció continuamente en términos de la organización y contingente de militantes, liderando con firmeza la revolución nacional.

El Partido adoptó una posición proactiva en negociar un armisticio con los franceses para prolongar la paz, pero cuando se llevó al extremo la concesión, el PCV llamó el 19 de diciembre de 1946 a una lucha de resistencia a escala nacional contra los colonialistas franceses, no aceptando presiones en la frontera entre la concesión basada en principios y la rendición.Se trató de una decisión absolutamente acertada y oportuna, que mostró la entereza, autoconfianza y proactividad del PCV. Con el espíritu de “¡Preferimos sacrificar todo a perder nuestro país! ¡Estamos resueltos a impedir que se nos esclavice”, el Partido planeó pronto una lucha de resistencia popular, integral y duradera basada en su propia fuerza, además de manejar satisfactoriamente las relaciones entre la nación y la clase, entre la guerra y la revolución, entre el nacionalismo y el internacionalismo; y también de perfeccionar y desarrollar sus filas constantemente, engendrando movimientos significativos y llevando la lucha de resistencia a la victoria final.

En respuesta al "Llamamiento a la resistencia nacional" del Presidente Ho Chi Minh el 19 de diciembre de 1946, todo el pueblo vietnamita se levantó de forma unánime contra la invasión colonial francesa _Foto: Archivo de la Agencia Vietnamita de Noticias

Desde mediados de los años 50 y principios de los 60 del siglo XX, la situación nacional e internacional evolucionó de manera impredecible. En concreto, el imperialismo estadounidense emprendió la guerra de invasión al sur de Vietnam, conspirando para dividir permanentemente el país; mientras, el Partido cometió errores en la reforma agraria y la reorganización de las células partidistas en áreas rurales, y existían discrepancias entre los países socialistas. En tal circunstancia, la entereza política del Partido se reafirmó cuando reconoció audazmente sus errores en la reforma agraria y los corrigió resueltamente. El PCV propuso las pautas para llevar a cabo simultáneamente dos revoluciones, a saber: la construcción del socialismo en el Norte y la lucha por la liberación del Sur de Vietnam. La revolución vietnamita debió lidiar con el imperialismo estadounidense, un enemigo poderoso que causó grandes pérdidas para la revolución de Vietnam del Sur. En este contexto, el Partido decidió unánimemente utilizar la violencia revolucionaria para combatir y derrotar la violencia contrarrevolucionaria, con un “levantamiento general” para cambiar la revolución del Sur de una posición defensiva a una ofensiva, frustrando paso a paso las estrategias de guerra de los estadounidenses. Cuando llegaron las oportunidades, el Partido lideró a toda la población en llevar a cabo la ofensiva y el levantamiento general que finalizaron con la histórica victoria en la primavera de 1975, logrando la independencia y reunificación nacional.

A finales de los 70 del siglo pasado, como otras naciones del sistema socialista en ese momento, Vietnam se hundió en una crisis socioeconómica. En la década de 1980, mientras los partidos comunistas en Europa del Este y la Unión Soviética implementaron reformas sin éxito y se desviaron del socialismo, perdiendo así su liderazgo, el PCV, con su firmeza política, se atrevió a enfrentar directamente a la verdad e inició la reforma nacional de manera integral, formando gradualmente un nuevo pensamiento y percepción sobre el socialismo y el camino hacia su construcción en Vietnam.

Después del VI Congreso Nacional del Partido, Vietnam volvió a enfrentar dificultades y desafíos aparentemente insuperables. Muchos países socialistas se vieron afectados por graves crisis. Vietnam ya no contaba con el apoyo tradicional y estaba sujeto al asedio, embargo y sabotaje de fuerzas hostiles. En ese momento existían en el Partido y en la sociedad diversas corrientes de ideas, sobre si se debía renovar o no y qué camino seguir. El sexto pleno del Comité Central del PCV en 1989 propuso los principios básicos para garantizar el mantenimiento de las orientaciones socialistas en la causa de la renovación y demostrar claramente el temperamento y perspicacia política del Partido ante la complicada la situación nacional y mundial. Asimismo tuvieron como objetivo asegurar el éxito de la causa de renovación, contribuyendo significativamente a la lucha contra el oportunismo, y revisar, proteger, aplicar y desarrollar el marxismo-leninismo de manera creativa y adecuada a la realidad de Vietnam.

A finales de los años 80 y principios de los 90 del siglo XX, a pesar que el proceso de renovación logró sus resultados iniciales, el país todavía debió enfrentar dificultades en el desarrollo socioeconómico; y el colapso del socialismo real en los países de Europa del Este y la Unión Soviética en ese momento impactó integral y fuertemente a la revolución nacional. El VII Congreso Nacional del PCV en junio de 1991 ratificó el socialismo como la única opción correcta y aprobó la Plataforma de la Construcción Nacional en el período de transición al socialismo. Con su firmeza y orientaciones oportunas y certeras, el Partido dirigió al pueblo a mantener la estabilidad política y superar los enormes desafíos provocados por el derrumbe del sistema socialista en muchos países. Desde la práctica de la renovación y la plena comprensión de la teoría, el XI Congreso Nacional del PCV en 2011 complementó y desarrolló la Plataforma de Construcción Nacional en el período de transición al socialismo, aclarando más la percepción del socialismo y el camino hacia el socialismo en Vietnam.

A finales de 2007, mientras la crisis financiera mundial provocó la recesión económica global, la tasa de inflación en el país indochino también aumentó. Al afrontar las nuevas dificultades y retos, el Partido adoptó oportunamente las políticas y medidas destinadas a prevenir el declive del crecimiento económico, controlar la inflación, estabilizar la macroeconomía y mantener el crecimiento, además de garantizar el bienestar social, impulsar la erradicación del hambre y la reducción de la pobreza, así como elevar la calidad de vida material y espiritual de los pobladores y lograr el progreso y la igualdad social.

El Partido también muestra su entereza al reconocer valientemente sus errores y deficiencias, y corregirlos de forma resuelta. En el proceso de dirigir la revolución, el PCV cometió a veces errores por imprudencia y tendencia de izquierda. El transcurso de tiempo demostró, sin embargo, que el Partido siempre reconoció con franqueza sus propias deficiencias, al realizar en serio la autocrítica y rectificar los errores de manera drástica y exitosa.

Por otro lado, el PCV ha practicado a menudo la "autocrítica", la "autorrectificación" y las "reformas de los métodos de trabajo". Ha combinado la "construcción" con la "lucha", a la par de destacar la ética revolucionaria y erradicar el individualismo, así como “afrontar la verdad y decir la verdad". En este caso, el temperamento político del Partido se manifiesta en la determinación de autosuperarse, para eliminar las desvirtuaciones y obsolescencias; y renovarse con audacia para mantener su misión pionera.

De esa forma, el Partido ha superado dificultades y desafíos que a veces parecían insuperables, y de hecho, hubo otros partidos comunistas en el mundo que no pudieron superar circunstancias similares. El PCV llevó a cabo con éxito tareas sin precedentes y, gracias a su firmeza política, lideró al pueblo a grandes victorias con relevancia nacional y para la época. Cuanto más difícil sea la situación, más persistente y drásticamente actúa el Partido, y cuanto más complicada sea la circunstancia, persiste en mantener más sus principios para avanzar con firmeza al éxito.

Autoformación y elevación del temperamento político para responder a nuevas exigencias de la causa revolucionaria actual

El temperamento político es el resultado de un largo proceso de experiencia práctica y autoformación. En el caso del PCV, esta cualidad se formó pronto y se ha forjado incesantemente debido a que el Partido es el producto de la combinación perfecta de tres factores, incluidos el marxismo-leninismo, los movimientos obreros y patrióticos. El Partido se inspira en la teoría del marxismo-leninismo y siempre la aplica y desarrolla con creatividad; a la vez que promueve el pensamiento de Ho Chi Minh como fundamento de la ideología y la guía para las actividades revolucionarias. El Partido encierra en sí mismo la naturaleza de la clase obrera, la cual ha sido fortalecida constantemente. En particular, también ha heredado los preciosos valores del pueblo, el principal de los cuales es, sin duda, el patriotismo vietnamita. El PCV posee una gran fuerza forjada a lo largo de historia de miles de años del pueblo vietnamita que siempre se mantiene firme y determinado en la construcción y salvaguardia nacional. También reúne la fuerza de todas las clases patrióticas que comparten el mismo objetivo de construir un país fuerte, democrático, equitativo y civilizado. La firmeza política también se origina en el hecho de que el Partido siempre es consciente de su misión para con el pueblo y el país, sin lo cual, no puede cumplir su tarea.

El Partido obtiene un firme temperamento político porque en todas las circunstancias, siempre mantiene su confianza en la certeza, la ciencia, la fuerza invencible de la ideología marxista-leninista, el pensamiento de Ho Chi Minh y la inevitable victoria de la revolución socialista que se está materializando paso a paso en todos los aspectos de la vida. A pesar de numerosos altibajos, dificultades y desafíos, siempre tiene una fe inquebrantable en la fuerza del pueblo y está dispuesto a luchar por sus derechos e intereses legítimos, aparte de ser capaz de congregar y promover la fuerza de las masas.

La entereza política se debe, además, a que el Partido se empeña en fomentar incesantemente su espíritu revolucionario y de luchar, consolidar y renovar la organización, además de fortalecer la solidaridad entre los órganos partidistas, así como la gran unidad nacional. Durante las etapas revolucionarias, ha extraído de manera oportuna y seria las experiencias, forjado el temple y espíritu revolucionarios para los militantes y las masas, y mantenido una posición proactiva para afrontar los nuevos desafíos. Por otro lado, siempre presta atención a autorrenovarse y rectificar sus filas,  reconoce seriamente y lucha resueltamente contra sus limitaciones y deficiencias en la planificación e implementación de los lineamientos, así como las manifestaciones negativas en los órganos partidistas. De este modo, el Partido se ha perfeccionado incesantemente y resulta cada vez más transparente y fuerte, mejorando así la capacidad del liderazgo y de combate.

La renovación de Vietnam bajo el liderazgo sabio y creativo del PCV ha cosechado grandes frutos con significados históricos. El país se ha esforzado para acelerar la industrialización, modernización e integración internacional de forma proactiva y más profunda, brindando grandes oportunidades para el desarrollo nacional. Sin embargo, el Partido todavía ha enfrentado los retos impredecibles. El proceso de construcción del socialismo es todavía duradero y arduo debido a las dificultades y retos. Surgen algunas cuestiones en su propio proceso de desarrollo e incluso riesgos desde el exterior y también interior. En primer lugar, se trata de los riesgos de desviación socialista, el desvanecimiento de la ideología y postura política y la degradación ética y del estilo de vida que afecta a una parte de los cuadros y militantes. Por otro lado, el proceso del impulso de la industrialización y la modernización carece de la estabilidad. La defensa y la seguridad nacionales afrontan muchos desafíos emergentes, sobre todo en la salvaguardia de la soberanía territorial y los intereses estratégicos del país. Las fuerzas hostiles se han opuesto ferozmente a la causa revolucionaria del pueblo vietnamita con conspiraciones cada vez más sofisticadas y siniestras. Esas amenazas continúan desafiando la firmeza política del Partido.Ante esa situación, el XII Congreso Nacional del PCV aseveró la necesidad de enfocarse en “elevar el temperamento político, conocimientos y capacidad combativa de todo el Partido, cada cuadro y militante, sobre todo de los dirigentes y gestores clave en todos los niveles; sin vacilar en ninguna situación¨ (1), aparte de “elevar el temperamento político, la profesionalidad  y el espíritu de servicio al pueblo de los cuadros, funcionarios y empleados públicos¨(2).

Se presenta el Comité Central del Partido Comunista de Vietnam del XIII mandato _ Fuente: Agencia Vietnamita de Noticias

En cuanto al temperamento político del contingente de cuadros actual, el Partido afirmó que “en general, esas personas cuentan con la ideología y firmeza política, moralidad y estilos de vida sencillos; y son ejemplos que siempre se autoforman y respetan la disciplina, al mismo tiempo que se esfuerzan incesantemente por cumplir sus misiones asignadas. Muchos cuadros son dinámicos, creativos, adaptativos a la tendencia de integración y capaces de trabajar en el entorno internacional. La mayoría de los dirigentes del Partido, el Estado, el Frente de la Patria, las organizaciones políticas y sociales en todos los niveles son calificados y tienen prestigio. Los cuadros del nivel estratégico tienen el temperamento político, y se mantienen firmes en el marxismo-leninismo, el pensamiento de Ho Chi Minh, los objetivos de la independencia nacional y el socialismo, con mentalidad de renovación y capaces de dirigir y trazar los lineamientos y políticas¨(3).

Por otro lado, el Partido también reconoció con franqueza que ¨muchos cuadros jóvenes carecen del temperamento y la autoformación. En una parte de los militantes se ve el desvanecimiento de la ideología y voluntad al trabajar superficialmente, la apatía ante las  dificultades y desafíos, la degradación de su ideología política, moralidad y estilo de vida, y también señales de autoevolución y autotransformación. Varios dirigentes y gerentes, incluidos los de nivel estratégico carecen del prestigio y cualidades requeridas. Además, se someten a la burocracia, el individualismo, la corrupción, el despilfarro y los intereses de grupo” (4).

La entereza política del Partido está compuesta por la de cada uno de sus cuadros y militantes, especialmente los de nivel estratégico. Mientras tanto, el temperamento político de cada miembro del Partido es la combinación de sus cualidades que les permiten decidir de manera proactiva y creativa sus propias acciones políticas frente a los puntos de inflexión y situaciones políticas complicadas, para cumplir con éxito las tareas asignadas.

El temperamento político de cada funcionario y militante se muestra en numerosos aspectos como la firmeza, perseverancia y perspicacia ante los cambios sociopolíticos, su participación activa en los procesos sociopolíticos, así como la resolución de forma acertada, rápida y eficaz de los asuntos emergentes. 

Una vez que cada militante se autoforme e implemente regularmente los principios de autocrítica y crítica con postura firme y confianza certera, ¨la riqueza no puede seducirnos, la pobreza no puede sacudirnos, la fuerza poderosa no puede intimidarnos. No importa lo difíciles que sean las tareas, las podremos cumplir” (5).

Al hacer un balance de los arduos desafíos que enfrenta el Partido Comunista durante los últimos 90 años, se puede afirmar que con la firmeza política de un verdadero partido revolucionario, junto con la confianza y el apoyo de todo el pueblo, el Partido llevará definitivamente al país adelante y cumplirá el objetivo final de construir un Vietnam fuerte con un pueblo rico y una sociedad democrática, justa y civilizada./. 

----------------------------------

(1) Partido Comunista de Vietnam: Documento del XII Congreso Nacional del Partido Comunista de Vietnam, Oficina del Comité Central del Partido, Hanoi 2016, Pag. 199
(2), (3), (4) Partido Comunista de Vietnam: Documento del séptimo Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Vietnam del XII mandato, Oficina del Comité Central del Partido, Hanoi, 2018, Pag. 68, 45, 47
(1) (5) Ho Chi Minh: Obras completas, Editorial Política Nacional de la Verdad, Hanoi, 2011, Pags.5 y 538

Este artículo fue publicado en la Revista Comunista 936 (2-2020)